Hertz Global Holdings ha vivido una travesía repleta de altibajos durante los últimos años, marcados principalmente por la pandemia de COVID-19 que afectó gravemente a la industria del alquiler de vehículos a nivel mundial. La empresa se vio obligada a declararse en bancarrota, una medida extrema que reflejó la magnitud de sus desafíos económicos. Sin embargo, con la salida del proceso de bancarrota, Hertz ha anunciado una serie de planes orientados a la recuperación, que incluyen nuevas estrategias y apuestas significativas a futuro. Pese a ello, la confianza de los inversionistas fue inicialmente limitada, generando dudas sobre si el camino sería suficiente para corregir el rumbo y revalorizar el negocio. El giro en esta narrativa llegó con la noticia de que Bill Ackman, un inversionista conocido y respetado en el mundo financiero, decidió realizar una inversión considerable en Hertz, adquiriendo millones de acciones.
Este movimiento fue interpretado como un voto de confianza importante en la recuperación y el futuro de la empresa. La compra masiva de acciones por parte de Pershing Square Capital Management impulsó un aumento notable en el precio de las acciones de Hertz en el mercado, despertando interés entre otros inversores que comenzaron a replantearse la posibilidad de apostar por esta compañía. Uno de los pilares sobre los cuales Ackman fundamenta su optimismo es la apuesta estratégica que Hertz ha hecho por la electrificación de su flota vehicular. La empresa compró una gran cantidad de vehículos eléctricos, principalmente modelos Tesla, con la intención de adelantarse a la transición hacia un mercado automovilístico más sostenible. No obstante, esta jugada no estuvo exenta de riesgos.
La caída en los precios de Tesla y la baja demanda inicial por estos vehículos en el mercado de alquiler generaron pérdidas significativas para Hertz durante el año 2024, alcanzando un déficit aproximado de 2.9 mil millones de dólares. Pese a los retos enfrentados por dicha apuesta, la perspectiva de Ackman no es meramente financiera en términos de operación diaria, sino que se fija en el valor subyacente de los activos que posee Hertz. Con una flota que supera los 500 mil vehículos, estimados en alrededor de 12 mil millones de dólares, la empresa cuenta con un patrimonio robusto en automóviles que, en un mercado donde los precios de autos usados aumentan, puede generar una revalorización sustancial. Por ejemplo, un incremento del 10% en los precios de vehículos usados podría traducirse en una ganancia de 1.
2 mil millones de dólares para Hertz, cantidad que representa una proporción considerable en comparación con la valoración actual de la empresa en bolsa. Esta situación coloca a Hertz en una posición única dentro del contexto económico actual, especialmente en medio de incertidumbres comerciales y tarifas que afectan al sector automotor. La empresa no solo tiene la capacidad de capitalizar la fluctuación de los precios de sus activos, sino que también cuenta con la oportunidad de restructurar su negocio y adaptarse a la nueva realidad del mercado, apostando por la tecnología y sostenibilidad que demanda el consumidor moderno. El repunte en la cotización de las acciones y el respaldo de un inversionista con experiencia como Bill Ackman han hecho que muchos analistas y públicos inversores reconsideren a Hertz como una opción viable y atractiva de compra. A pesar de que el precio actual de la acción aún se mantiene por debajo de los 9 dólares, la previsión es que dicho valor podría elevarse considerablemente en los próximos años, con estimaciones que apuntan a que la acción podría alcanzar los 30 dólares para el año 2029.
El análisis sobre si es momento de comprar acciones de Hertz debe considerar no solo la gestión interna y los desafíos que la empresa intenta superar, sino también el contexto externo donde se desenvuelve. El escenario global donde la transición hacia vehículos eléctricos está en aceleración, la incertidumbre económica persiste y el mercado automotor se ajusta a nuevas normativas, crea un entorno tanto de riesgo como de oportunidad para esta empresa. Además, es importante tener en cuenta el riesgo asociado a la exposición que Hertz tiene en la flota de Teslas, especialmente si la demanda por estos vehículos no logra estabilizarse o crecer al ritmo esperado. No obstante, la visión de Ackman sugiere que, más allá de la volatilidad a corto plazo, la solidez del patrimonio y la capacidad de la empresa para maniobrar dentro de este contexto complejo serán determinantes para su futuro éxito. La historia reciente de Hertz enseña una lección sobre cómo una empresa puede sobreponerse a crisis profundas mediante una redefinición estratégica y la atracción de apoyos clave en el mundo financiero.
Esta combinación ha hecho que la confianza en la recuperación de Hertz se refleje directamente en el mercado, ofreciendo una ventana de oportunidad para inversores dispuestos a apostar por una recuperación a mediano y largo plazo. En definitiva, la cuestión de si Hertz es una compra adecuada en este momento depende del perfil del inversor, su tolerancia al riesgo y su visión acerca del potencial de recuperación y crecimiento de la empresa. El respaldo de figuras como Bill Ackman y la posición activa de Hertz en sectores emergentes como el de los vehículos eléctricos, junto con la fortaleza de su flota vehicular, crean un escenario prometedor que vale la pena vigilar de cerca. Participar en este movimiento podría significar aprovechar un punto de inflexión para una compañía que busca dejar atrás los efectos de tiempos turbulentos y abrir un nuevo capítulo en su trayectoria.