Dos ex-jefes del FDNY arrestados por aceptar casi $200,000 en sobornos para acelerar inspecciones En un giro inesperado en el mundo de la lucha contra incendios, dos exjefes del Departamento de Bomberos de Nueva York (FDNY) fueron arrestados el 16 de septiembre de 2024, bajo acusaciones de haber participado en un esquema de corrupción que involucraba la aceptación de sobornos por un total de $190,000. Este escándalo de corrupción se enmarca en la administración cada vez más cuestionada del alcalde Eric Adams, exacerbando las tensiones en una ciudad que ha estado lidiando con varios escándalos políticos. Los exjefes, Anthony Saccavino y Brian Cordasco, hicieron historia en la Oficina de Prevención de Incendios del FDNY, pero su legado ahora está amenazado por ser parte de un entramado criminal que supuestamente permitía acelerar inspecciones a cambio de dinero. De acuerdo con la acusación presentada en la corte federal de Manhattan, estos funcionarios se asociaron en secreto con un exbombero convertido en empresario, Henry Santiago Jr., para facilitar la realización de inspecciones de seguridad contra incendios en varios establecimientos.
El modus operandi de Saccavino y Cordasco era intrigante y claro. Realizaban cenas en restaurantes de lujo en Manhattan donde Santiago les entregaba los pagos sobornados en efectivo y cheques, incluso en las oficinas de la Oficina de Prevención de Incendios en Brooklyn. Este enfoque audaz y abierto ha dejado a muchos preguntándose cómo pudieron operar sin ser detectados durante casi dos años. El esquema abarcó alrededor de 30 proyectos distintos en la ciudad de Nueva York, que incluían revisiones de alarmas contra incendios en apartamentos, restaurantes, bares y hoteles. Este tipo de corrupción, como lo describió el fiscal federal Damian Williams, era un ejemplo clásico del "pago por jugar" en el que solo aquellos dispuestos a sobornar podrían acceder a un servicio más rápido.
Los detalles de esta acusación son tan desconcertantes como alarmantes. La larga espera para las inspecciones de incendios, que se intensificó durante la pandemia de COVID-19, había provocado un aumento en los tiempos de espera de hasta 30 semanas para ciertas inspecciones. En lugar de seguir los procedimientos adecuados para la programación de estas inspecciones, Saccavino y Cordasco decidieron crear un "carril VIP" accesible únicamente a quienes podían ofrecer sobornos. Esto no solo violó su deber como funcionarios públicos, sino que también comprometió la seguridad pública en la ciudad. La situación se volvió más complicada cuando se supo que Santiago había cambiado su negocio de hospitalidad y vida nocturna a una empresa relacionada con la seguridad contra incendios, ofreciendo "servicios" a clientes que deseaban acelerar sus inspecciones.
La acusación indica que Santiago logró seducir a clientes notables, como un lujoso restaurante de Manhattan y dos hoteles cercanos al aeropuerto JFK, prometiendo que podría acelerar sus inspecciones a cambio de pagos substantivos. El hecho de que Saccavino y Cordasco, que fueron promovidos durante la gestión de la excomisionada del FDNY, Laura Kavanagh, estuvieran actualmente involucrados en un esquema tan turbio ha suscitado críticas internas y externas. Kavanagh, aunque no implicada directamente en el caso, se enfrenta a un escrutinio adicional por sus decisiones y promociones que han llevado a la corrupción. La historia dio un giro significativo el 10 de septiembre, cuando Santiago se declaró culpable por conspiración para cometer soborno y acordó cooperar con las autoridades federales. Esto sugiere que los dos exjefes no son los únicos en el punto de mira, y que las investigaciones pueden extenderse más allá de ellos, amenazando a más figuras en la administración de Adams.
Durante una conferencia de prensa posterior a los arrestos, el alcalde Adams se apresuró a distanciarse de la investigación y los crímenes cometidos por Saccavino y Cordasco. Mientras intentaba asegurar al público que su administración estaba tomando las medidas adecuadas tan pronto como supieron de las irregularidades, el peso del escándalo se cierne sobre su imagen política. Ambos exjefes se declararon no culpables de todos los cargos, que incluyen la solicitud y recepción de sobornos así como el fraude por cable. Desde su arresto, han sido liberados bajo la condición de que presenten una fianza personal de $250,000 y entreguen sus pasaportes. Los abogados de ambos han expresado su sorpresa y preocupación, defendiendo la trayectoria de sus clientes como servidores públicos a lo largo de dos décadas.
El abogado de Saccavino, Joseph M. Caldarera, hizo hincapié en que su cliente es un héroe estadounidense y un primer respondededor del 11 de septiembre, instando al público a no apresurarse a emitir juicios antes de que se presenten todas las pruebas. Por su parte, el abogado de Cordasco, Frank Rothman, también destacó la dedicación y el servicio de su cliente a lo largo de los años. Ambos hombres estaban próximos a recibir importantes pensiones luego de sus años de servicio al FDNY, que ahora están en peligro de verse empañadas por las acusaciones contra ellos. El comisionado de bomberos, Robert Tucker, quien asumió su cargo después de la jubilación de Saccavino y Cordasco, expresó su compromiso de cooperar totalmente con cualquier investigación en curso.
Su declaración enfatiza que todos los miembros del FDNY deben adherirse a un código ético y que cualquier violación de este código no será tolerada. La narrativa de corrupción que rodea a estos dos exjefes del FDNY ha resaltado cuestiones más amplias sobre la integridad en el servicio público y la necesidad de una supervisión más efectiva. A medida que se desarrollan los acontecimientos, la Oficina del Fiscal Federal continúa advirtiendo a otros posibles implicados en la corrupción pública que colaboren con la investigación en lugar de resistirse. El caso pone de manifiesto la fragilidad de la confianza pública en las instituciones y pone bajo el microscopio cada aspecto del sistema de prevención de incendios en Nueva York. Con el tiempo, la lucha contra la corrupción y la búsqueda de justicia en este caso probablemente seguirán siendo un tema candente en los debates públicos y políticos en la ciudad.
La mirada del público está fijada, no solo en las acciones de los acusados, sino también en el futuro del FDNY y la seguridad pública en la ciudad.