Mercurity Fintech Holding Inc., una empresa con sede en Nueva York que cotiza en NASDAQ bajo el símbolo MFH, ha llamado la atención en los últimos meses debido a un incremento impresionante de aproximadamente un 400% en su valor en bolsa. Este crecimiento se ha atribuido a su supuesto avance en tecnologías relacionadas con la inteligencia artificial y las soluciones financieras, particularmente en áreas como el enfriamiento líquido avanzado para centros de datos de IA y la creación de un ecosistema financiero digital seguro y de vanguardia. Sin embargo, detrás de esta narrativa existencialmente atractiva se ocultan señales preocupantes que indican que Mercurity podría ser un fraude sofisticado dirigido por actores con un historial tóxico en el mundo de las criptomonedas y los esquemas financieros cuestionables. Fundada en 2011 originalmente como una plataforma de comercio electrónico, Mercurity pivotó su modelo de negocio en 2019 hacia el ámbito de las tecnologías basadas en blockchain y criptomonedas, un cambio que estuvo acompañado de una serie de dificultades financieras.
En 2021, la compañía reportó ingresos apenas superiores a 600 mil dólares provenientes de la minería de activos digitales y pérdidas acumuladas que sobrepasaban los 12 millones. La gestión se vio golpeada en 2022 cuando los principales ejecutivos, incluido el entonces CEO y CFO, fueron arrestados por autoridades chinas y se incautaron criptomonedas por valor de más de 8 millones de dólares, representando una parte significativa de los activos de la empresa. El principal líder actual de Mercurity, Shi “Victor” Qiu, asumió el cargo de CEO en mayo de 2022, apenas unos meses después de los arrestos que afectaron a la directiva anterior. Sin embargo, la reputación de Qiu y sus colaboradores cercanos está plagada de controversias. Qiu fue cofundador de Newstyle Capital, una entidad que fue sancionada por la Comisión Reguladora de Valores de China por conducir actividades ilegales, como la publicidad de retornos garantizados e incumplimiento de la divulgación adecuada a inversores.
Además, Qiu y el exdirector de estrategia de Mercurity, Ryan Xu, han sido vinculados conjuntamente a una serie de proyectos fraudulentos relacionados con criptomonedas, como HyperCash y HyperFund. Este último fue señalizado por la Comisión de Bolsa y Valores de los Estados Unidos (SEC) como una estafa tipo pirámide que defraudó aproximadamente 1.89 mil millones de dólares. Investigaciones periodísticas han asociado a estas figuras con múltiples fallos empresariales y un patrón repetido de manipulación financiera. Por ejemplo, Blockchain Global, otra iniciativa de Ryan Xu, colapsó dejando deudas millonarias y renombrado por operar esquemas de inversión fallidos.
Esto plantea serias dudas sobre las capacidades genuinas del equipo gestor para desarrollar proyectos tecnológicos legítimos y rentables. En el terreno de la innovación tecnológica, Mercurity anunció en diciembre de 2024 la creación de una empresa conjunta para desarrollar soluciones avanzadas de enfriamiento líquido orientadas a infraestructura de inteligencia artificial, supuestamente en colaboración con un “empresa de alta tecnología” y con vínculos con Nvidia, el gigante de GPUs reconocidos en el sector. No obstante, las pesquisas revelaron que el socio identificado es ZJK Industrial, una compañía cuyo negocio principal consiste en fabricar tornillos y componentes básicos, sin evidencia alguna de historial relevante en tecnologías de enfriamiento para servidores. Además, el supuesto vínculo de ZJK con Nvidia ha sido oficialmente negado por el departamento de relaciones con inversores de Nvidia, levantando sombras sobre la veracidad de estas declaraciones. En 2025, el nuevo emprendimiento conjunto estableció una filial en China para fabricar las denominadas placas de enfriamiento líquido, pero los investigadores comprobaron que la dirección registrada en Shenzhen no existía, lo que sugiere una fachada más que una verdadera operación industrial.
Esta situación refuerza la percepción de que estas iniciativas son más una estrategia para atraer inversores y mantener la cotización de las acciones que un plan serio para incursionar en el vasto mercado de hardware para IA. Otro aspecto clave del esquema de Mercurity es la adquisición en 2023 de una firma estadounidense de asesoría financiera y correduría denominada J.V. Delaney & Associates (JVDA), por un monto mínimo de aproximadamente 120 mil dólares. La empresa estuvo inactiva y sin ingresos reales durante ese periodo, lo que pone en entredicho su valor estratégico.
Posteriormente, Mercurity estableció una filial llamada Chaince Securities que, mediante la aprobación de FINRA, asumió esta estructura como parte de su transición hacia servicios financieros digitales. El nombramiento del CEO para Chaince Securities, Wilfred Daye, generó dudas adicionales, dado que mantiene compromisos ejecutivos a tiempo casi completo en otras compañías bajo el grupo Samara Asset Group, con presencia regulatoria y operativa en Europa. Además, Daye está vinculado a Risevest Financial Securities, una entidad que en Nigeria ha sido señalada por la Comisión de Valores por operar de manera ilegal. Esto sugiere que Mercurity podría estar utilizando conexiones y registros para cumplir requisitos regulatorios sin un compromiso efectivo con el desarrollo institucional real. En el entorno bursátil, Mercurity ha estado relacionado con movimientos sospechosos a través de otra compañía llamada Classover Holdings, una empresa de tecnología educativa que ha experimentado un aumento inusual en su precio de acciones después de anunciar planes conjuntos con Chaince Securities para implementar iniciativas con la criptomoneda Solana.
Estos movimientos, incluyendo ventas de acciones por montos exorbitantes en relación con la capitalización bursátil real y un comprador que resulta estar vinculado a accionistas existentes, son típicos rasgos de esquemas de bombeo y descarga (pump and dump), donde se manipula el precio para beneficio de un grupo selecto de inversores a expensas de los pequeños accionistas. Desde una perspectiva financiera, Mercurity presenta indicadores alarmantes. Su ratio valor de empresa sobre ventas (EV/Sales) supera las 380 veces, evidencia clara de una valoración desconectada de la realidad operativa y de ingresos reportados que apenas alcanzan el millón de dólares. Los informes anuales muestran pérdidas recurrentes que han llevado al acumulado déficit operacional cercano a los 680 millones. Además, la base laboral es extremadamente reducida, contando con apenas 11 empleados, un dato que contradice sus grandes afirmaciones sobre liderazgo en tecnología y servicios financieros a nivel mundial.
Este conjunto de elementos—gestión con antecedentes cuestionables, ausencia de producto o servicio sólido, vinculaciones con esquemas fraudulentos previos, exageraciones en alianzas estratégicas, y movimientos bursátiles atípicos—pinta un escenario donde Mercurity Fintech Holding Inc. opera como un caso ejemplar de estafa financiera disfrazada de innovación tecnológica. Empresas con operaciones mínimas o inexistentes que utilizan la narrativa de la inteligencia artificial y las finanzas digitales para captar inversiones no son un fenómeno raro en los mercados emergentes y pueden causar perjuicios significativos a la confianza del inversor y a la integridad del sistema financiero. Para los inversores, el caso Mercurity sirve como un recordatorio crucial sobre la importancia del análisis profundo y la diligencia debida. Las promesas de revolucionar sectores competitivos y especializados deben ser respaldadas por evidencia tangible, experiencia relevante y resultados financieros coherentes.
La historia y la conducta pasada del equipo directivo son indicadores clave que no deben ser ignorados. En conclusión, aunque el auge del valor de las acciones de Mercurity puede parecer una oportunidad atractiva para algunos, los fundamentos y el contexto de la compañía sugieren que el crecimiento está sustentado en ilusiones y declaraciones sin sustancia. Mercurity Fintech se configura como una advertencia sobre cómo la conjunción entre el bombo mediático alrededor de la IA y fintech puede ser aprovechada por actores inescrupulosos para perpetrar fraudes sofisticados que terminan perjudicando a inversores desprevenidos y dañando la reputación de sectores legítimos que buscan un futuro innovador y sostenible.