En el dinámico mundo de las finanzas corporativas, las fusiones y adquisiciones (M&A) han sido históricamente un mecanismo clave para el crecimiento, la diversificación y la obtención de ventajas competitivas. Sin embargo, recientemente el mercado se ha visto marcado por una marcada escasez de objetivos atractivos para realizar estas operaciones, una tendencia que ha sido claramente señalada por Andrea Pradelli, CEO de EFG, quien ha expresado que no hay una gran cantidad de targets disponibles en la actualidad. Esta realidad afecta no solo a firmas de inversión sino también a empresas de diversos sectores en busca de oportunidades para expandirse mediante compras estratégicas. Entender las causas que han llevado a esta situación, sus implicaciones y el panorama posible a futuro resulta fundamental para todos los actores involucrados en el ecosistema económico global. El rol de las fusiones y adquisiciones en la economía moderna es crucial.
Las empresas utilizan estas estrategias para acceder a nuevos mercados, innovar, optimizar costos y fortalecer su posición frente a la competencia. Cuando el mercado está activo y existe una oferta abundante de empresas interesadas en vender o fusionarse, las operaciones fluyen con mayor facilidad, generando un ambiente de dinamismo y crecimiento. Sin embargo, la advertencia del CEO de EFG es clara: la cantidad de objetivos viables actualmente ha disminuido considerablemente, lo que puede poner en pausa muchas negociaciones o forzar a los compradores a ser más selectivos y creativos en sus movimientos. Varias razones explican esta escasez de targets en el mercado actual. Una de las principales es la incertidumbre económica global provocada por factores como la inflación persistente, la volatilidad en los mercados financieros y las tensiones geopolíticas.
Estas condiciones generan cautela entre propietarios y accionistas, quienes prefieren mantener el control de sus compañías en vez de lanzar procesos de venta o fusión que pueden no producir los resultados esperados en un entorno incierto. Además, las empresas que permanecen como objetivos en mercado suelen tener valoraciones elevadas debido a las restricciones de oferta, lo que dificulta aún más los acuerdos pues las expectativas económicas de ambas partes pueden distar mucho. Otro factor a destacar es el impacto de las políticas regulatorias más estrictas y la vigilancia antimonopolio intensificada en diversas jurisdicciones. En años recientes, los órganos reguladores han aumentado su escrutinio sobre las transacciones que podrían reducir la competencia en sectores clave, lo que añade una capa adicional de riesgo y complejidad para los interesados en realizar M&A. Esta situación, unida a la mencionada escasez de compañías ofreciendo sus activos, ha llevado a que incluso aquellas empresas con intenciones de expandirse consideren cuidadosamente sus estrategias o posterguen decisiones importantes.
Andrea Pradelli recalca además que esta ausencia relativa de targets obliga a los compradores a diversificar sus perspectivas y buscar alternativas poco convencionales. Es probable que veamos un aumento en operaciones menos tradicionales, como alianzas estratégicas, joint ventures o acuerdos de cooperación, antes que transacciones completas de adquisición o fusión. También aumenta el interés en sectores emergentes, tecnologías disruptivas y mercados donde la competencia por targets es menor, para así maximizar el valor y minimizar los riesgos. Este contexto presenta un reto significativo para los bancos de inversión, firmas de asesoría y consultoras especializadas en M&A, que deben adaptarse a una realidad donde las oportunidades son limitadas y el proceso de búsqueda se vuelve más riguroso y prolongado. La selección de targets requerirá de un análisis aún más detallado y de la implementación de tecnologías avanzadas, como inteligencia artificial y big data, para identificar compañías con potencial oculto o que no estén abiertamente en venta pero que puedan ser convenientes para un acuerdo estratégico.
Por su parte, los inversores institucionales también enfrentan un escenario complicado. Los fondos privados y fondos de capital riesgo, históricamente activos en la adquisición de empresas para luego impulsar su crecimiento y rentabilidad, deben replantear sus criterios de inversión ante la falta de plataformas atractivas para estas operaciones. En algunos casos, puede aumentar la presión por alargar horizontes de inversión o recomponer los portafolios buscando diversificación más allá de las fusiones y adquisiciones tradicionales. El análisis sectorial también es clave para comprender dónde se concentran los pocos targets que sí existen en el mercado. La tecnología sigue siendo un área dinámica, aunque con gran competencia por los activos más innovadores y disruptivos.
La salud y biotecnología conservan interés elevado, pero con potenciales targets acotados debido a consolidaciones previas. Sectores tradicionales como la manufactura o el retail experimentan un freno debido a la reestructuración que enfrentan globalmente por cambios en la demanda y costos. Esto obliga a los compradores a ser muy estratégicos y precisos en sus aproximaciones para evitar desembolsos elevados en activos que no generen retorno a mediano plazo. Un aspecto positivo de esta coyuntura es que la calidad toma protagonismo. No se trata únicamente de cantidad, sino de acceder a oportunidades que aporten un valor real y sustentable a largo plazo.
El enfoque cambia hacia iniciativas que integren innovación, cultura empresarial alineada y adaptabilidad a la nueva realidad económica y tecnológica. En este sentido, las fusiones y adquisiciones no desaparecen ni pierden relevancia, sino que evolucionan hacia procesos más selectivos, maduros y con una visión estratégica refinada. De cara al futuro, es posible que el mercado se recupere a medida que mejoren las condiciones macroeconómicas, disminuya la tensión geopolítica y se clarifiquen nuevos marcos regulatorios que generen mayor certidumbre. Hasta ese momento, tanto vendedores como compradores deben ajustar sus expectativas y prepararse para un escenario donde la paciencia y la innovación en los acuerdos serán clave para el éxito. Las empresas que logren adaptarse a este nuevo entorno serán las que puedan aprovechar las mejores oportunidades y consolidar su liderazgo en sus sectores.
En suma, la manifestación del CEO de EFG, Andrea Pradelli, sobre la escasa disponibilidad de objetivos para fusiones y adquisiciones resalta una realidad vigente en el mercado global. Este fenómeno refleja una conjunción de factores económicos, regulatorios y estratégicos que impactan la dinámica de M&A. Para las empresas e inversores, comprender estas transformaciones es esencial para navegar con éxito los desafíos presentes y aprovechar las oportunidades futuras. La adaptabilidad, el análisis profundo y la creatividad en las estructuras de negocio serán los pilares fundamentales en esta nueva etapa donde no abundan los targets, pero sí la posibilidad de construir valor genuino y sostenible mediante decisiones bien fundamentadas.