En un contexto global donde las criptomonedas y los activos digitales continúan ganando protagonismo, los legisladores de la Cámara de Representantes de Estados Unidos han presentado un proyecto de ley pionero diseñado para establecer un marco regulatorio claro y efectivo para el mercado cripto. La iniciativa, liderada por cuatro representantes republicanos, apunta a resolver una de las grandes problemáticas que han frenado el desarrollo del sector en suelo estadounidense: la competencia y la ambigüedad en la supervisión entre dos importantes organismos reguladores, la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) y la Comisión de Comercio de Futuros de Materias Primas (CFTC). El anteproyecto de legislación, revelado a principios de mayo de 2025, representa un esfuerzo renovado para abordar la regulación de activos digitales, tras la tentativa fallida de aprobar un marco legal similar en el Congreso anterior. Este nuevo texto aspira a atender las necesidades de distintos actores del sector cripto, desde inversores minoristas hasta grandes desarrolladores de tecnología blockchain, ofreciendo un equilibrio entre protección al consumidor y promoción de la innovación. Uno de los puntos centrales de la propuesta es la diferenciación clara entre activos digitales considerados "descentralizados" y aquellos que se califican como "centralizados".
Según lo estipulado en el proyecto, las criptomonedas que demuestren una estructura verdaderamente descentralizada serían clasificadas como commodities o productos básicos, quedando bajo la jurisdicción de la CFTC. Por otro lado, activos que mantengan un carácter centralizado entrarían dentro del ámbito regulatorio de la SEC, organismo que tradicionalmente supervisa los mercados de valores. Esta división marca una estrategia para superar el conflicto de competencias que ha caracterizado hasta ahora la regulación cripto en Estados Unidos. Históricamente, la indefinición entre si ciertos activos son valores o commodities ha provocado incertidumbre jurídica, obstaculizando la entrada de inversiones institucionales y creando un ambiente complicado para las empresas que buscan operar legalmente en el país. El vicepresidente de asuntos regulatorios de Paradigm, una destacada firma de capital riesgo especializada en cripto, Justin Slaughter, ha expresado en sus redes sociales que la propuesta nuevamente asigna a la CFTC el rol principal de regulador del mercado cripto, mientras que la SEC mantendría control hasta que un proyecto alcance efectivamente una condición de descentralización.
Este enfoque se sostiene en la idea de que la descentralización es un criterio material para definir el tipo de regulación aplicable, reconociendo la naturaleza única de estos activos en comparación con instrumentos financieros tradicionales. Quienes impulsan la iniciativa legislativa, entre ellos los representantes French Hill (Arkansas), G.T. Thompson (Pensilvania), Bryan Steil (Wisconsin) y Dusty Johnson (Dakota del Sur), han enfatizado que la propuesta busca ofrecer una sensación de seguridad a los participantes del mercado y fomentar el crecimiento económico mediante reglas claras y estables. Su argumento se enmarca en un discurso que promueve convertir a Estados Unidos en la "capital cripto del mundo", reforzando su liderazgo dentro del sistema financiero global.
El proyecto no solo aborda la cuestión regulatoria, sino que también incluye pautas para la transparencia y la responsabilidad de los desarrolladores de activos digitales, con la introducción de requisitos de divulgación que aumentan la confianza y reducen riesgos de fraude. Además, prevé el reconocimiento del derecho de los usuarios a mantener la custodia directa de sus propios activos digitales, un aspecto valorado por la comunidad cripto que hace hincapié en la soberanía financiera individual. En concordancia con el impulso federal, el borrador contempla que los estados tengan un margen de maniobra para legislar en materia de activos digitales, promoviendo un modelo de gobernanza multinivel que permita adaptarse a las particularidades regionales sin comprometer el marco nacional. El mercado descentralizado (DeFi), las plataformas de intercambio descentralizadas (DEX) y las soluciones basadas en blockchain han experimentado un crecimiento considerable, pero enfrentan un vacío regulatorio que genera riesgos significativos para los usuarios. El nuevo marco busca mitigar estas amenazas, estableciendo salvaguardas para prevenir fraudes, proteger inversiones y promover prácticas responsables.
El contexto internacional añade mayor relevancia al avance legislativo. Varias jurisdicciones en Europa, Asia y América Latina han dado pasos decisivos para regular las criptomonedas, generando un escenario cada vez más competitivo para atraer inversión, innovadores y empresas cripto. Estados Unidos, con su peso financiero y tecnológico, corre el riesgo de perder terreno si no logra establecer un marco normativo dinámico y confiable. A la par de este proyecto, en el Congreso estadounidense se discuten otras iniciativas dedicadas a aspectos específicos del ecosistema cripto, como la regulación de stablecoins, que buscan establecer reglas claras en cuanto a las monedas digitales respaldadas por activos tradicionales. Dos de estas propuestas destacan: el Genius Act y el Stable Act.
Mientras que el primero ha enfrentado recientemente la retirada de apoyo de varios legisladores demócratas, su existencia refuerza la agenda legislativa de ordenamiento cripto en Washington. La recepción de la comunidad cripto y los especialistas regulatorios ha sido mixta, aunque predominantemente se valora el intento de acercar las reglas del juego, brindando claridad a un mercado que exige previsibilidad y seguridad jurídica. Algunos expertos alertan que la definición de descentralización puede ser objeto de interpretaciones y que la supervisión dual entre SEC y CFTC podría seguir generando desafíos operativos. Un aspecto importante es que, hasta ahora, el borrador se mantiene como un documento de discusión abierto a comentarios públicos, lo que permite la participación de diversos stakeholders para mejorar el texto antes de su posible introducción formal en el proceso legislativo. Este mecanismo aporta transparencia y la oportunidad de ajustar la legislación a la realidad dinámica del sector digital.
En el ámbito económico, la aprobación de un marco regulatorio robusto podría incentivar el desarrollo de empresas locales, atraer inversiones extranjeras y dinamizar un sector que ya representa miles de millones de dólares en volumen e innovación. Además, el fomento de la transparencia y la protección al consumidor puede reforzar la confianza de usuarios y minimizar la volatilidad que afecta desde hace tiempo a las criptomonedas. La ambición de convertir a Estados Unidos en el líder mundial de la revolución cripto no es un objetivo aislado sino que responde a una tendencia global en la que la tecnología blockchain y las monedas digitales están transformando el sistema financiero tradicional. La interacción entre reguladores, legisladores, empresas y usuarios será clave para construir un ecosistema equilibrado, que aproveche las ventajas de la innovación al tiempo que minimice vulnerabilidades. En definitiva, el proyecto presentado por los republicanos de la Cámara de Representantes se presenta como un paso relevante hacia la estructuración y regulación del mercado cripto en Estados Unidos.
Su ejecución podría marcar un antes y un después, estableciendo un modelo que no solo beneficie a los mercados internos, sino que proyecte al país como un referente global en tecnología financiera y regulación de activos digitales. A medida que avance el debate y se incorporen opiniones de expertos y la comunidad, se espera que el texto final refleje un consenso que permita al sector digital continuar su crecimiento bajo un paraguas legal claro, seguro y adaptado a los desafíos del siglo XXI.