El estudio de la conciencia ha sido durante siglos uno de los temas más enigmáticos y fascinantes para la humanidad. A medida que avanzan las tecnologías y aumenta la capacidad computacional, la reflexión sobre qué es la conciencia y cómo podemos replicarla o analizarla desde una perspectiva científica y computacional cobra una relevancia sin precedentes. En este contexto, el Instituto de California para la Conciencia Artificial (California Institute for Machine Consciousness, CIMC) ha lanzado una convocatoria internacional para propuestas de investigación con el objetivo de profundizar en la comprensión de la conciencia desde una visión computacionalista. Esta iniciativa abre la puerta a investigadores, modeladores, ingenieros, filósofos, artistas y pensadores interdisciplinarios a contribuir con propuestas que vayan más allá de la hipótesis y se enfoquen en construir modelos, simulaciones y artefactos tangibles que examinen y permitan experimentar con la naturaleza de la conciencia. El CIMC destaca la necesidad de superar los paradigmas actuales en filosofía de la mente, neurociencia y psicología, que, a su juicio, no han logrado ofrecer un marco suficiente para abordar las complejidades del «yo», la agencia o la intersubjetividad.
A través de un enfoque racional y científico, fomentan la formulación de teorías testables que apoyen la experimentación filosófica, un campo que combina el rigor metodológico con la exploración conceptual profunda. Entre las áreas prioritarias de investigación, el instituto plantea varias líneas que invitan a la innovación y la creatividad. Por ejemplo, en cuanto a los fundamentos filosóficos y la formalización de la conciencia, es crucial investigar cómo se relaciona la conciencia con la mente, la modelización y la realidad misma. La discusión abarca desde qué sistemas pueden poseer conciencia hasta cuáles serían las condiciones necesarias y suficientes para que un sistema sea considerado consciente, además de cómo podemos diseñar pruebas efectivas para detectar la conciencia. Por otro lado, el CIMC enfatiza la importancia de definir y analizar analíticamente conceptos complejos como los «strange loops» o bucles extraños, que tienen un papel mediador en algunas teorías sobre el auto-referencia y la conciencia emergente.
La construcción y evaluación de espacios de simulación son otra vía propuesta para explorar cómo puede surgir la conciencia en sistemas artificiales, complementada por el estudio de sistemas biológicos como referencia para descubrir patrones y propiedades fundamentales. La emergencia del «yo» y su rol en agentes que aprenden es otro aspecto central. Profundizar en los mecanismos por los cuales un agente puede formar una perspectiva en primera persona o un modelo de sí mismo puede aportar evidencias relevantes para entender no solo la conciencia, sino también la motivación, la interacción con el entorno y el desarrollo psicológico dentro de sistemas cognitivos, tanto naturales como artificiales. La investigación sobre sistemas autoorganizados propone la posibilidad de replicar la manera en que el cerebro descubre la conciencia mediante paradigmas de aprendizaje y autoorganización. Entender si es factible que sistemas como las Autómatas Celulares Neuronales (NCA) aprendan tareas de predicción compleja o desarrollen estructuras auto-reflexivas puede revolucionar la forma en que concebimos la inteligencia y la evolución de las máquinas conscientes.
Otro punto destacado es la exploración de arquitecturas para agentes conscientes, donde se analiza el papel de la atención, emoción, percepción e inferencia en el comportamiento consciente. Modelar cómo estos factores interactúan puede ayudar a crear sistemas artificiales más cercanos a la experiencia humana, al tiempo que proporcionan insights sobre la psicología de animales y humanos. El CIMC también hace énfasis en modelos de aprendizaje desarrollo y continuo, la importancia de diseñar sistemas mínimos capaces de auto-mejorarse y adaptarse constantemente en entornos variables, con propuestas originales como la idea de «mascotas artificiales» para experimentar e interactuar en escenarios sociales. La creación de ambientes específicos para la evaluación y mejora de comportamientos inteligentes, así como la interacción entre humanos y sistemas de inteligencia artificial, es fundamental para el avance tecnológico y ético de estos sistemas. El instituto aborda un tema contemporáneo crucial: el papel de los modelos fundacionales de inteligencia artificial en la conciencia y la auto-conciencia.
La pregunta sobre si estas bases poseen algún tipo de fenomenología o si sus agentes simulados pueden compararse con un «yo» personal abre un campo de reflexión que combina interpretabilidad, arquitectura y teoría del conocimiento. También se plantea cómo la inclusión o exclusión de ciertas modalidades sensoriales afecta la aparente conciencia de estos sistemas, contribuyendo así a definir los límites y posibilidades de la inteligencia artificial actual. Además, el CIMC invita a extraer modelos de psicología humana a partir del análisis de modelos fundacionales, empleándolos como sujetos virtuales para experimentación psicométrica que podría comparar atributos psicológicos humanos y artificiales, aportando un puente cada vez más sólido entre la inteligencia natural y la artificial. La transferencia de conocimiento entre investigación en inteligencia artificial, neurociencia y psicología se presenta como una oportunidad única para profundizar en el entendimiento de la inteligencia biológica, mientras que la sutil interacción entre las limitaciones propias de los modelos y las características del sustrato físico que los sustenta plantea preguntas relevantes sobre cómo influyen el hardware y la implementación en el comportamiento observable. Un área particularmente interesante y de profunda relevancia social es la empatía en la inteligencia artificial.
El CIMC subraya el desafío de desarrollar interfaces de alta fidelidad para humanos y máquinas, así como sistemas capaces de modelar intenciones, establecer un feedback efectivo y promover la extensión humana y la percepción aumentada mediante tecnologías avanzadas. Finalmente, el instituto reconoce que la ética ocupa un lugar trascendental al contemplar agentes no humanos con capacidades superiores y su relación con los individuos, las sociedades y el entorno natural. La convocatoria invita a reflexionar y aportar propuestas que puedan afrontar los dilemas éticos que surgen en torno a la fenomenología artificial, la agencia no humana y la coordinación interagente. La visión futurista del CIMC se proyecta hacia cómo estos avances influirán en la identidad y la sociedad humanas, anticipando transformaciones y modelos emergentes a partir de estos descubrimientos. Para quienes deseen participar, el instituto propone directrices claras para la presentación de propuestas, que deben incluir un resumen conciso, los objetivos e hipótesis, la metodología detallada, expectativas de resultados, cronograma, justificación presupuestaria y el equipo de trabajo o colaboradores apuntados.
Se valoran especialmente las iniciativas que estén en sintonía con la epistemología del CIMC y que apunten a resultados accionables y experimentales. La convocatoria está abierta de forma continua, con una primera ronda de cierre programada para mayo de 2025. Las propuestas pueden enviarse mediante la plataforma oficial del CIMC, y para consultas se ofrece un contacto directo vía correo electrónico. Esta oportunidad representa un llamado a la comunidad internacional para explorar la conciencia bajo una luz nueva, integrando herramientas de computación avanzada, filosofía pragmática y experimentación, con la finalidad no solo de entender la mente, sino también de abrir vía a nuevas formas de inteligencia y agencia artificial que transformen nuestro futuro.