En los últimos tiempos, la tecnología y la digitalización han facilitado muchas actividades cotidianas, pero también han dado pie a nuevas modalidades de estafa. Uno de los sectores más vulnerables frente a estas amenazas son las personas mayores, que a menudo no están familiarizadas con el mundo digital y, por tanto, son blanco de criminales que buscan engañarlas y robarles grandes sumas de dinero. En Bloomingdale, la policía local ha emitido una fuerte advertencia debido a un aumento significativo de estafas vinculadas a criptomonedas que están afectando a esta población en particular. Durante las últimas semanas, las autoridades han registrado pérdidas que superan los cien mil dólares sustraídos a través de esta modalidad. Los delincuentes, utilizando correos electrónicos y llamadas telefónicas, se comunican directamente con las víctimas para manipularlas y convencerlas de enviar dinero en forma de criptomonedas, aprovechando la complejidad y el desconocimiento generalizado sobre estas nuevas formas de pago y transferencia.
El modus operandi más común comienza con una llamada o correo en la que los estafadores se hacen pasar por representantes de entidades de confianza, como empresas de servicios financieros, compañías tecnológicas o incluso autoridades oficiales. Advierten al supuesto usuario sobre cargos fraudulentos o problemas graves en sus cuentas que deben ser solucionados de inmediato para evitar consecuencias mayores. En algunos casos, los delincuentes simulan ser parte del equipo de soporte técnico de plataformas reconocidas, como PayPal. Uno de los ejemplos más recientes reportados involucró a una mujer que recibió una llamada referente a un cargo de mil dólares que supuestamente había sido aplicado fraudulentamente a su cuenta. Al intentar verificar el problema, la víctima consultó el primer número que encontró en una búsqueda, que estaba vinculado a un anuncio pagado, lo que la llevó directamente a los estafadores.
Los engaños no terminan ahí. Con la excusa de solucionar el inconveniente, los criminales toman control remoto del equipo informático de la víctima y la instruyen para que retire grandes cantidades de dinero de su banco y lo convierta en criptomonedas. Uno de los lugares donde se concretan estas operaciones es en cajeros automáticos de criptomonedas, ubicados en distintos negocios de la ciudad. Una vez que la víctima transfiere los fondos, el dinero desaparece sin posibilidad de recuperación. El director de seguridad pública de Bloomingdale comentó que pudo intervenir una situación en una tienda cuando una mujer estaba a punto de enviar casi veinticinco mil dólares a través de un cajero Bitcoin, lo que evitó una pérdida aún mayor.
Sin embargo, en otros casos, los afectados no pudieron evitar el daño y sufrieron pérdidas de decenas de miles de dólares. Otro relato alarmante involucró a un hombre que recibió un correo electrónico sospechoso de una empresa que supuestamente vendía software antivirus. El mensaje indicaba que debía pagar una multa por un retraso en el pago y, para resolver el problema, le solicitaron enviar tres mil dólares. Fue engañado para que enviara más de treinta mil dólares y luego le exigieron sumas adicionales con la promesa de recuperar el dinero anterior. Al final, la víctima perdió un total de más de sesenta mil dólares.
Además de estas tácticas, los estafadores han recurrido al uso de amenazas y chantajes para presionar a las personas mayores. Aseguran que informarán a familiares y conocidos sobre supuestas conductas inapropiadas, lo que genera angustia y miedo en las víctimas, llevándolas a actuar rápidamente sin pensar en las consecuencias. Las autoridades locales recomiendan a las personas mayores y a sus familiares estar atentos a señales sospechosas, tomar las llamadas o mensajes con precaución y no enviar dinero a cuentas o personas desconocidas bajo ninguna circunstancia. Es fundamental cuestionar cualquier solicitud urgente de fondos y contactar directamente a las entidades oficiales por canales verificados antes de realizar cualquier acción. También es vital que los familiares supervisen las cuentas financieras de los adultos mayores y tengan conversaciones abiertas sobre estafas comunes.
La educación y la prevención son herramientas esenciales para reducir la incidencia de estos fraudes y proteger el bienestar económico y emocional de los más vulnerables. La policía de Bloomingdale señala que nadie legítimo pedirá a sus clientes enviar criptomonedas para resolver problemas financieros. El consejo clave es detener inmediatamente cualquier comunicación que genere desconfianza y reportar la situación a las autoridades llamando al 911. En un panorama más amplio, los datos del FBI revelan que en 2024 se recibieron casi ciento cincuenta mil denuncias relacionadas con fraudes en criptomonedas, con pérdidas millonarias a nivel nacional. Esta cifra alarmante ha motivado acciones como las propuestas de la AARP para implementar regulaciones que limiten los montos retirados en cajeros automáticos de criptoactivos y exijan la instalación de avisos informativos sobre posibles estafas.