En un contexto global marcado por tensiones comerciales y la creciente presión para reforzar las cadenas de suministro locales, la industria de semiconductores se convierte en un sector clave para la economía estadounidense y mundial. Empresas como Onsemi y Lattice Semiconductor destacan por su preparación y estrategia para enfrentar posibles aranceles sin que esto afecte sustancialmente su desempeño operativo. Analizar cómo estas compañías gestionan riesgos, adaptan sus operaciones y proyectan su crecimiento resulta fundamental para comprender la dinámica actual y futura del sector. El sector de semiconductores está en el centro de debates estratégicos sobre la seguridad nacional y la independencia tecnológica, lo que ha llevado a gobiernos a aplicar medidas como los aranceles para proteger sus industrias. Sin embargo, Onsemi y Lattice han demostrado que una cadena de suministro flexible y diversificada permite mitigar los efectos directos de estas políticas.
Onsemi, presidida por Hassane El-Khoury, ha enfatizado en sus recientes reportes que la clave de su resistencia radica en su red global de 19 instalaciones, complementadas por colaboradores externos que optimizan toda la cadena de valor. Esta diversificación geográfica reduce la vulnerabilidad ante las tarifas arancelarias, pues permite redirigir producción y logística según convenga para evitar costos elevadores. Por su parte, Lattice Semiconductor, representada financieramente por su CFO Lorenzo Flores, obtiene aproximadamente el 80% de sus ingresos fuera de los Estados Unidos. Esta proporción facilita aún más la minimización de impactos directos derivados de aranceles focalizados en importaciones hacia o desde EE. UU.
Además, gran parte de la fabricación, procesamiento y testeado se realiza en países asiáticos como Japón, Corea, Taiwán y Malasia. Esta estructura le brinda a Lattice una ventaja competitiva que les permite mantener operaciones estables pese a las incertidumbres regulatorias en el mercado norteamericano. Cabe destacar que la administración estadounidense bajo el mandato de Donald Trump inició investigaciones formales bajo la Sección 232, que examinan la seguridad nacional en relación a las importaciones de semiconductores. Esto ha generado preocupación en toda la industria sobre posibles tarifas específicas. Sin embargo, tanto Onsemi como Lattice han destacado en sus comunicaciones que esperan un impacto directo limitado gracias a sus estrategias adaptativas.
Las empresas también se preparan para los impactos indirectos que pueden surgir, como interrupciones logísticas, aumento en costos operativos o cambios en la demanda mundial. Por ejemplo, Lattice ha informado sobre una baja en la demanda durante los últimos meses, con una reducción en ingresos del 14.7% interanual durante el primer trimestre. Aun así, la compañía confía en una recuperación en la segunda mitad del 2025. En este sentido, el CEO Ford Tamer señaló que durante el último trimestre han ajustado sus envíos para alinearlos con las necesidades reales de sus clientes, lo cual demuestra una gestión proactiva y flexible de la demanda.
El enfoque de Onsemi también contempla una colaboración estrecha con sus clientes a nivel global, optimizando las cadenas de suministro para minimizar cualquier repercusión ocasionada por las tarifas. La diversificación productiva y geográfica les permite atender con eficiencia a clientes en diferentes regiones, manteniendo la competitividad y reduciendo atrasos. Más allá de las dificultades, la reindustrialización de la industria de semiconductores en Estados Unidos es una tendencia clave que continuará en 2025. Las inversiones en fabricación local buscan disminuir la dependencia de productores asiáticos y fortalecer un ecosistema tecnológico interno más robusto. Aunque esto presenta retos logísticos y de costos, también abre oportunidades para empresas que pueden combinar presencia internacional con capacidades manufacturera doméstica.
Las estrategias exhibidas por Onsemi y Lattice pueden servir como modelo para otras empresas del sector. La adaptación a un entorno regulatorio cambiante, la diversificación en múltiples regiones y la colaboración fluida con proveedores y clientes son factores que permiten mejorar la resiliencia. La integración del conocimiento técnico, la planificación financiera prudente y la operación eficiente de las cadenas logísticas son esenciales para navegar un escenario de incertidumbre. Las compañías que implementen estas prácticas tendrán mayor capacidad para prosperar y captar oportunidades en el mercado global de semiconductores. Además, la demanda mundial de semiconductores sigue siendo alta, impulsada por la electrónica de consumo, automoción, inteligencia artificial y otros sectores en rápida expansión.
Esto genera un contexto favorable para empresas que logren mantener costos controlados y cumplir con plazos en la entrega de productos. En conclusión, las perspectivas para Onsemi y Lattice reflejan la importancia de la diversificación y cooperación internacional frente a políticas arancelarias restrictivas. Su experiencia maniobrando en un entorno económico y político complejo muestra que la innovación en gestión y la adaptabilidad son tan cruciales como la tecnología misma. Estos factores permitirán que la cadena global de semiconductores siga funcionando con estabilidad y eficiencia, beneficiando a la industria en el largo plazo.