La afirmación de que hacer "QA Testing" no es posible ha generado debates profundos en la comunidad de desarrollo de software y testers a nivel mundial. A primer vista, puede parecer contradictorio, ya que constantemente escuchamos hablar de QA en contextos donde se prueban aplicaciones o sistemas. Sin embargo, para entender esta afirmación es fundamental distinguir claramente entre lo que significa Quality Assurance (QA) y lo que implica Testing. Quality Assurance, o garantía de calidad, se refiere a un conjunto de procesos, procedimientos, políticas y mejores prácticas que buscan garantizar que el producto final cumpla con los estándares requeridos. QA está orientado a prevenir defectos, no únicamente a detectarlos.
La garantía de calidad abarca actividades como la definición y supervisión de estándares, auditorías, revisiones de procesos y planes para la mejora continua. Se centra en el ciclo de vida del desarrollo y en la optimización de metodologías para crear software de alta calidad. Por otro lado, Testing es la acción concreta de evaluar un producto o sistema con el objetivo de identificar defectos, errores, o comportamientos inesperados. Testing es un proceso product-oriented, donde el foco está en el producto mismo—en su funcionalidad, rendimiento, seguridad y otros atributos. A través de pruebas, los testers ejecutan casos específicos diseñados para validar que el producto cumple con los requisitos y funcionalidades esperadas.
Este matiz es crucial para entender por qué "QA Testing" es un concepto problemático. QA no es Testing, ni Testing es QA. QA no es la acción técnica de validar el software mediante pruebas, sino la creación y mantenimiento de un marco para asegurar que el software sea confiable y cumple con los estándares desde el inicio hasta el final del proyecto. Cuando una organización o equipo menciona la "columna de QA" o que un producto ha sido puesto en "el drive de QA" para que se haga "QA en el producto", en realidad se está refiriendo a la fase de pruebas o verificación funcional, lo que técnicamente es Testing. La confusión surge de la utilización común y la terminología incorrecta dentro de las compañías o incluso en comunicaciones internas, pero es importante que los profesionales comprendan esta diferencia para pedir el tipo correcto de ayuda o intervención cuando un proyecto lo requiere.
Un ejemplo concreto ilustra esta diferenciación. Imagínese que un tester está probando un nuevo lanzamiento y encuentra repetidamente un mismo tipo de error, como la creación de registros duplicados al hacer doble clic en un botón de envío. Para el tester, la labor es proceder a documentar cada incidencia. Sin embargo, desde la perspectiva de QA, esta recurrencia puede señalar un problema en el proceso de desarrollo y control. Aquí, QA actuaría para analizar patrones en las incidencias reportadas, identificar falencias en las prácticas actuales y luego recomendar formaciones a desarrolladores o ajustes en los procesos para evitar que ese problema llegue al tester una y otra vez.
Otro aspecto crítico que QA aborda es la gestión de reportes de errores. Después de que un tester encuentra y reporta un bug, es vital que exista un proceso definido para gestionar ese informe: quién lo revisa, cuándo se toma acción, cómo se prioriza, y qué seguimiento recibe. Esto es trabajo de QA, establecer sistemas claros y responsables para que el ciclo de detección y resolución de problemas sea efectivo y organizado. En cuanto a la implementación de historias o user stories, un proceso de QA riguroso asegurará que todas posean criterios de aceptación claros y completos, lo que facilita a testers el diseño de pruebas significativas. En contraste, testers se concentran en realizar las pruebas que validen esas condiciones y descubran escenarios no contemplados.
Si se presenta un caso atípico en el que, por ejemplo, el sistema acepta entradas en formato científico como “999e99” y las interpreta erróneamente, el tester lo denunciará, y QA reforzará la necesidad de detallar criterios más precisos para evitar ambigüedades en futuros desarrollos. Las empresas que comprenden esta distinción pueden optimizar su ciclo de desarrollo y entrega. En lugar de confiar únicamente en testers para detectar defectos, el enfoque QA asegura que los procesos, controles y prácticas se diseñen para minimizar los errores antes y durante la creación del software. Esto no solo eleva la calidad del producto, sino que también reduce costos, retrabajos y aumenta la satisfacción de los usuarios finales. Sin embargo, la realidad es que en muchas organizaciones y equipos pequeños todavía existe confusión terminológica y funcional.
A menudo, el rol de QA es asumido por testers que solo realizan pruebas manuales o automatizadas sin involucrarse en las mejoras de procesos. Esta situación limita el alcance del aseguramiento de la calidad y puede llevar a ciclos repetitivos y tediosos de detección de errores sin avances sustanciales. Hoy en día, con la adopción de metodologías ágiles y DevOps, la integración de QA como una disciplina orientada a la mejora continua y a la implementación de procesos robustos es más importante que nunca. QA debe ser parte activa desde las primeras etapas de desarrollo, colaborando con product owners, desarrolladores y testers para establecer estándares, definir métricas, mejorar las pipelines de integración continua y asegurar que la calidad esté integrada en cada paso. En conclusión, entender que QA y Testing no son sinónimos ni la misma práctica permite a empresas y profesionales ser más efectivos en su trabajo.