Ethereum, la segunda criptomoneda más importante y ampliamente utilizada en el ecosistema digital, se encuentra en un momento decisivo. La expectativa alrededor de la aprobación de los ETFs (Exchange Traded Funds) que incorporen staking sobre Ethereum ha generado un gran interés entre inversores y analistas. Sin embargo, el respaldo que este nuevo mecanismo podría ofrecer para impulsar el valor de Ether, el token nativo de Ethereum, parece estar condicionado a una fuerte recuperación del precio. La realidad actual muestra que la falta de un rally masivo limita el efecto positivo que los ETFs de staking podrían tener en la competencia por capital de inversionistas institucionales y minoristas. Uno de los expertos destacados en el análisis de ETFs, Eric Balchunas, ha señalado recientemente que a pesar de que los ETFs con capacidades de staking sobre Ethereum se encuentren cerca de una posible aprobación, este hecho por sí solo no será suficiente para provocar un aumento sustancial en la entrada de fondos.
Para que el staking mediante ETFs se traduzca en un dinamismo real en la demanda de Ethereum, es indispensable que el precio de Ether muestre una recuperación sólida y sostenida. Sin este elemento, el staking, aunque beneficioso, tendrá un impacto marginal en el posicionamiento de la criptomoneda. Durante el último trimestre de 2024, Ethereum vivió un momento brillante con una subida aproximada del 71%, alcanzando la impresionante cifra de 4,107 dólares. En ese lapso, los ETFs relacionados con Ethereum atrajeron ingresos por más de 2.44 mil millones de dólares en un período de 19 días consecutivos, evidenciando que el entusiasmo por invertir estaba íntimamente ligado a una escalada en el valor del activo.
No obstante, desde aquel pico, Ethereum experimentó una caída superior al 56%, ubicándose en la actualidad cerca de los 1,805 dólares, lo que ha generado incertidumbre y cautela entre los inversores. El comportamiento de las grandes ballenas, es decir, los poseedores de grandes cantidades de Ether, juega un papel fundamental. Entre el 9 y el 26 de abril de 2025, estas figuras vendieron aproximadamente 262,000 ETH, equivalentes a 445 millones de dólares, aprovechando un repunte temporal del precio que llevó a Ethereum de 1,438 a 1,840 dólares. Esta distribución masiva de tokens ha frenado el sentimiento alcista aún en medio de las conversaciones sobre ETFs de staking. La presión de venta de los grandes inversores dificulta que el mercado logre mantener aumentos sostenidos, limitando en consecuencia la atracción de nuevos participantes.
Desde un punto de vista técnico, Ethereum presenta señales mixtas en su gráfico diario. El indicador SuperTrend se mantiene mostrando una señal de venta, manifestando que la tendencia bajista aún no se ha revertido. Para que esto cambie y el mercado adopte una perspectiva optimista, es crucial que el precio cierre diariamente por encima de los 1,950 dólares. De lograrse, los analistas consideran que Ethereum podría ir en camino a un rally que lleve el precio hasta aproximadamente los 2,120 dólares. Otros indicadores técnicos también ofrecen señales a seguir.
El MACD (Moving Average Convergence Divergence) está en zona positiva, lo que indica que la presión alcista está resonando en el mercado, aunque la reducción en la altura del histograma advierte que esa fuerza puede estar disminuyendo. Asimismo, el RSI (Relative Strength Index) se posiciona alrededor de los 55.66, con una pendiente ascendente, lo cual es un signo de un sesgo alcista moderado con espacio para que los compradores ganen fuerza. El comportamiento de las Bandas de Bollinger señala que, tras un periodo de estrechamiento, las bandas comienzan a ensancharse, anticipando una posible ruptura del rango donde se ha mantenido el precio recientemente. En este contexto, Ethereum se acerca a la banda superior en torno a los 1,880 dólares.
Sin embargo, si el precio falla en sostenerse por encima del promedio móvil simple de 20 días, situado cerca de los 1,730 dólares, es probable que la cotización vuelva a caer hasta niveles de 1,680 dólares o incluso al rango de los 1,600 dólares. Las perspectivas para Ethereum no solo se limitan a su cotización en dólares. El par ETH/BTC ha tocado niveles históricos bajos, lo que sugiere que el desempeño relativo de Ethereum frente a Bitcoin podría estar cerca de un punto de inflexión. Analistas y traders han sugerido que esta fase dificil puede terminar pronto, alentando a los inversores a aprovechar las caídas para posicionarse anticipando una recuperación. A pesar de la volatilidad y la presión vendedora, algunos influyentes en la comunidad criptográfica, como el popular YouTuber Crypto Rover, han manifestado que Ethereum se encuentra “insanely” infravalorado en la actualidad, sugiriendo que el mercado podría estar subestimando el potencial real de la criptomoneda en el mediano y largo plazo.
Otros factores que podrían favorecer un ambiente positivo para Ethereum incluyen el desarrollo continuo de su red, la migración definitiva a Ethereum 2.0 y la creciente adopción de aplicaciones descentralizadas (dApps) que dependen de su infraestructura. Si se combinan estos avances con una mejora en la percepción del mercado y el calentamiento de su precio, los ETFs de staking tendrían un papel más decisivo y efectivo en atraer flujos de capital relevantes. Sin embargo, el desafío principal radica en recuperar la confianza y generar un sentimiento alcista sólido, algo que los expertos coinciden en que solo será posible con una pronta y significativa subida del precio de Ether que marque un punto de inflexión en la tendencia. En resumen, el futuro inmediato de Ethereum y su oportunidad para consolidar ganancias mediante staking en ETFs están condicionados por un importante movimiento alcista en el precio.
La tecnología y las novedades regulatorias son relevantes, pero sin el respaldo de una carrera favorable en el mercado, el potencial de los ETFs para atraer inversiones queda limitado. Los ojos estarán puestos en los próximos movimientos técnicos y en la acción de las grandes ballenas para determinar si Ethereum será capaz de romper su actual resistencia y abrir paso a una nueva fase de crecimiento.