Wells Fargo, uno de los bancos más importantes de Estados Unidos, ha dado un paso clave en la gestión de sus múltiples órdenes regulatorias. Según un anuncio reciente, la entidad financiera ha logrado la terminación de la duodécima orden de consentimiento, dejando solamente dos pendientes, incluyendo una relacionada con un límite de activos impuesto por la Reserva Federal desde 2018. Este avance no solo representa un alivio para Wells Fargo, sino que también marca una señal positiva para el sector bancario en general, dado que evidencia una mejora sostenida en la supervisión y en los controles de riesgo internos del banco. Las órdenes de consentimiento son herramientas regulatorias mediante las cuales agencias federales, como la Oficina del Contralor de la Moneda (OCC) y la Oficina de Protección Financiera del Consumidor (CFPB), establecen condiciones que las instituciones financieras deben cumplir para resolver incumplimientos o problemas detectados a nivel operativo o de cumplimiento normativo. En el caso de Wells Fargo, estas órdenes surgieron a raíz de múltiples escándalos y deficiencias detectadas en diferentes áreas del banco, desde la protección al consumidor hasta la gestión de riesgos y la lucha contra el lavado de dinero.
La reciente terminación de la orden de consentimiento de la CFPB, que databa de 2018, se enfoca principalmente en el programa de gestión de riesgos de cumplimiento del banco. Según declaraciones del CEO Charlie Scharf, este cierre demuestra que gran parte del trabajo en infraestructura y controles de riesgo comunes se ha completado con éxito. Este progreso es visto como una validación del compromiso de Wells Fargo para transformarse en una institución más segura, transparente y robusta. Este avance no se produce en aislamiento; en febrero del mismo año, la OCC había cerrado una orden similar relacionada con este mismo tema, lo que sugiere una coordinación regulatoria efectiva y un progreso conjunto en la supervisión del banco. La capacidad de Wells Fargo para acelerar el cierre de estas órdenes es interpretada por analistas como un indicativo de que pronto podría levantar la importante restricción de activos impuesta por la Reserva Federal desde 2018.
Esta restricción, conocida como el “asset cap”, limita la capacidad del banco para expandir su balance, afectando su crecimiento y operaciones. Expertos de instituciones financieras como Royal Bank of Canada destacan que el levantamiento del “asset cap” podría materializarse en el segundo trimestre de 2025, en línea con la eliminación de las órdenes de consentimiento y una mayor disposición del gobierno federal para flexibilizar la regulación bancaria. Este punto coincide también con comentarios realizados por el Secretario del Tesoro, Scott Bessent, quien ha señalado un ajuste potencial en la carga regulatoria sobre las entidades financieras, buscando un equilibrio entre la supervisión y el crecimiento económico. El hecho de que Piper Sandler, otra firma de análisis financiero, apunte a un ritmo cada vez más rápido en la resolución de las órdenes de Wells Fargo subraya la mejora continua en la calidad de la gestión de riesgos y el cumplimiento normativo en el banco. La percepción de que los reguladores tienen ahora más confianza en las políticas y procedimientos implementados por Wells Fargo refuerza la expectativa de un levantamiento cercano de la restricción sobre los activos del banco.
No obstante, aún restan dos órdenes de consentimiento que deben cerrarse. Una de estas órdenes tiene un origen más antiguo, data de 2015, y está relacionada con violaciones de la Ley Gramm-Leach-Bliley, normativa que regula la privacidad de la información financiera de los consumidores. Dicha orden es responsabilidad de la OCC y continúa vigente, lo que indica que aún existen aspectos pendientes en el manejo de información y protección al cliente que Wells Fargo debe solucionar. Además, el banco también está sujeto a un acuerdo formal que no constituye una orden de consentimiento, sino una acción ejecutiva emitida en septiembre por la OCC, vinculada a los esfuerzos para combatir el lavado de dinero. Este tipo de acuerdos obliga a la institución a fortalecer sus controles internos para detectar y prevenir actividades financieras ilícitas, un área particularmente sensible para la estabilidad y reputación del sistema financiero.
El camino de Wells Fargo hacia la normalización regulatoria ha sido largo y complejo. Durante años, la entidad enfrentó múltiples controversias por prácticas indebidas, lo que desencadenó una revisión exhaustiva de sus políticas internas y prácticas comerciales. El cierre progresivo de las órdenes de consentimiento es un reflejo claro de que estas reformas están dando resultados tangibles, permitiendo al banco recuperar la confianza de inversionistas, reguladores y clientes. En términos estratégicos, la eliminación de estas órdenes abre la puerta a nuevas oportunidades para Wells Fargo. El levantamiento del asset cap, en particular, posibilitará una expansión en su balance, mayor capacidad para otorgar créditos e incrementar su influencia en el competitivo mercado financiero estadounidense.
Esto podría traducirse en mejores resultados financieros a mediano y largo plazo, así como en una mayor capacidad para financiar proyectos y apoyar a comunidades y empresas. Además, el hecho de contar con aprobaciones regulatorias y cumplir con estándares cada vez más estrictos es un mensaje positivo para los clientes y socios comerciales. La confianza en la integridad operacional y en la gestión adecuada de riesgos es fundamental para el éxito sostenido en el sector bancario, que se caracteriza por una alta regulación y un escrutinio constante. A nivel macroeconómico, la mejora en la situación regulatoria de un banco de la magnitud de Wells Fargo contribuye a la estabilidad del sistema financiero en Estados Unidos. La coordinación entre agencias regulatorias como la CFPB, la OCC y la Reserva Federal, sumada a la disposición del banco para corregir fallas y elevar los controles, fomenta un ambiente de menor riesgo sistémico y mayor protección para los consumidores.