La Reserva Federal de Estados Unidos ha hecho un movimiento inesperado que está generando titulares y reacciones en todo el país. En una sorprendente reunión llevada a cabo el miércoles 18 de septiembre de 2024, la institución financiera anunció una significativa reducción de medio punto porcentual en su tasa de interés de referencia. Este cambio drástico marca un claro giro en la política monetaria después de más de dos años de mantener tasas elevadas que, si bien tuvieron éxito en muchas áreas para frenar el aumento de la inflación, también complicaron el panorama para los consumidores estadounidenses, quienes vieron cómo el costo de las operaciones de crédito y préstamos se disparaba. A través de esta recorte, la tasa de interés se redujo a aproximadamente 4.8%, descendiendo de un nivel máximo de 5.
3% que se había mantenido durante catorce meses. Este último estaba diseñado para combatir la tasa de inflación más alta en décadas, que alcanzó su punto máximo alcanzando un 9.1% a mediados de 2022. Ahora, el Índice de Precios al Consumidor ha vuelto a apuntar hacia la estabilidad, con un descenso al 2.5% en agosto de 2024, bastante próximo al objetivo del 2% que busca la Reserva Federal.
La medida del banco central, que no se había visto desde hace más de cuatro años, se interpreta como un intento de reactivar el mercado laboral, que ha mostrado señales de desaceleración en los últimos meses. A solo unas semanas de las elecciones presidenciales, esta decisión podría alterar el paisaje económico justo cuando los americanos se preparan para votar, lo que añade una capa extra de complejidad y algo de controversia a esta ya tensa contienda electoral. Jerome Powell, el presidente de la Reserva Federal, en su rueda de prensa post anuncio, dejó claro que no están proclamando una victoria total sobre la inflación, pero sí reconocieron el progreso significativo realizado. “Es el momento de recalibrar nuestra política de tasas de interés a algo más apropiado dada la mejora en la inflación”, declaró Powell. Subrayó que la economía estadounidense se encuentra en un buen estado y que su decisión busca mantener esa estabilidad.
Sin embargo, a pesar de los avances en la lucha contra la inflación, muchos ciudadanos estadounidenses siguen inquietos por los precios que continúan siendo altos para productos esenciales como alimentos, gasolina y alquileres. Esta política de reducción de tasas también conlleva el riesgo de críticas políticas, especialmente del expresidente Donald Trump, quien ha señalado que la administración actual ha sido responsable de la reciente crisis inflacionaria. Por su parte, la vicepresidenta Kamala Harris ha argumentado que la política de Trump de imponer tarifas a todas las importaciones podría aumentar aún más los precios para los consumidores, complicando la situación económica. ¡Las implicaciones de esta medida son amplias! Los analistas creen que los recortes en las tasas de interés deberían, con el tiempo, resultar en menores costos de préstamo para hipotecas, préstamos de automóviles y tarjetas de crédito, lo que impulsaría las finanzas de los estadounidenses y aumentaría el gasto y el crecimiento económico. De hecho, ya se ha observado una caída en las tasas hipotecarias que ha alcanzado un mínimo de 18 meses, lo que ha estimulado un aumento en la demanda de refinanciaciones, un alivio muy necesario para muchos propietarios.
Laura Rosner-Warburton, economista senior en MarcoPolicy Perspectives, se mostró optimista respecto a esta decisión y aseguró que ayudará a prevenir la acumulación de riesgos en la economía y evitar que la tasa de desempleo aumente de manera significativa. Los formuladores de políticas de la Reserva Federal también han indicado que anticipan más recortes en la tasa clave en sus próximas reuniones de noviembre y diciembre, y prevén hasta seis recortes adicionales en 2025 y 2026. A pesar de la esperada reducción de la inflación, la tasa de desempleo, que actualmente se ubica en un bajo 4.2%, podría experimentar un ligero incremento, alcanzando el 4.4% a finales de este año.
Esto se debe a una combinación de factores, incluyendo un flujo constante de nuevos migrantes y graduados universitarios buscando empleo, más que despidos masivos que tienden a generar una mayor tasa de desempleo. Durante la conferencia de prensa, Powell enfrentó la cuestionante de si la Reserva Federal había esperado demasiado para comenzar a recortar las tasas de interés. A lo que respondió firmemente, “No creemos que estamos rezagados. Pensamos que esto es oportuno”. Reiteró que su enfoque no era servir a figuras políticas, sino garantizar el máximo empleo y la estabilidad de precios para todos los estadounidenses.
Al afirmar que la economía está en un lugar sólido con inflación bajo control y un mercado de trabajo estable, Powell contrarrestó las advertencias de Trump sobre un inminente desastre económico. Sin embargo, la decisión no fue unánime entre los miembros de la Reserva Federal; por primera vez desde 2005, uno de los miembros disintió, con Michelle Bowman abogando por un recorte más modesto de un cuarto de punto. Esto refleja el diverso conjunto de opiniones en el seno del banco central sobre cómo gestionar la economía en estos tiempos inciertos. En resumen, la decisión de la Reserva Federal de reducir drásticamente las tasas de interés presenta tanto oportunidades como riesgos en el horizonte. Aunque la intención es revitalizar el mercado laboral y ofrecer alivio a los consumidores, muchos se preguntan si esta medida podría llevar a un nuevo ciclo de inflación.
Como siempre, el tiempo dirá si esta maniobra se convertirá en un alivio o en un nuevo desafío económico para los estadounidenses. Sin duda, los próximos meses serán críticos, no solo por la dirección económica del país, sino también, y quizás más importante, por cómo esos cambios influyen en la vida diaria de millones de ciudadanos a medida que se acercan las elecciones.