El comportamiento del precio de Bitcoin continúa siendo uno de los temas más analizados en el mundo de las criptomonedas, y en las últimas semanas ha surgido un debate importante acerca de un posible retroceso desde el nivel actual de poco más de $105,000 hacia el rango de $91,000. Esta corrección podría generar incertidumbre momentánea, pero un análisis detallado de los datos onchain, es decir, la información registrada directamente en la cadena de bloques, sugiere que el mercado mantiene fundamentos saludables que podrían preparar el terreno para un nuevo impulso alcista en el mediano plazo. Para comprender las razones detrás de esta posibilidad de caída del precio, es fundamental evaluar diversos indicadores financieros y el comportamiento histórico del mercado. Bitcoin ha experimentado un crecimiento significativo desde el último halving en 2024, mostrando un rendimiento anual total aproximado del 53.61%.
Este porcentaje no solo refleja un sólido retorno para los inversores, sino también un cambio en la dinámica del mercado que se aleja del frenesí especulativo para dar paso a un crecimiento más orgánico y sustentado en la adopción real. Analistas experimentados como Axel Adler Jr. han señalado que el precio realizado (realized price) de Bitcoin, que mide el promedio de precio al que se movieron las monedas por última vez, ha aumentado en un 61.82% interanual. Este dato indica que los poseedores a largo plazo están elevando de manera constante la base del precio, lo cual es un signo claro de confianza y resistencia del mercado frente a las fluctuaciones de corto plazo.
Por otro lado, el indicador MVRV (market value to realized value ratio) ha mostrado una disminución de aproximadamente 8.98%, traduciéndose en que Bitcoin cotiza actualmente por debajo de su valor fundamental en comparación con el año pasado. Históricamente, esta compresión precede importantes repuntes de precio, ya que deja margen para que el valor fundamental ejerza presión al alza si la demanda continúa creciendo. Otra perspectiva única que aporta el análisis cohortado del precio realizado muestra una reducción en la prima especulativa. Se observa que quienes han mantenido Bitcoins por un mes tienen una base de costo un 5% inferior a aquellos con monedas de seis meses, reflejo de un mercado que se está estabilizando y acumulando de manera sostenible.
Este patrón recuerda fases previas de acumulación fuerte antes de movimientos significativos, y se estima que en alrededor de cinco a seis semanas podría producirse un aumento en el momentum, acelerando las alzas. Las expectativas de crecimiento no solo provienen del análisis técnico y onchain, sino también de importantes entidades financieras tradicionales. Standard Chartered, por ejemplo, ha proyectado un precio objetivo para Bitcoin entre $110,000 y $120,000 para el segundo trimestre de 2025. Esta predicción se basa en un interés creciente de los inversores estadounidenses en activos no locales, consecuencia en parte de tensiones geopolíticas y políticas como la guerra comercial iniciada en abril de 2024. Además, patrones de trading diurnos y la correlación con la prima en bonos del Tesoro de EE.
UU. refuerzan la hipótesis de un traslado estratégico hacia criptomonedas y activos digitales. Mientras estas proyecciones apuntan hacia un futuro alcista, también existen señales a corto plazo que podrían provocar cierto nerviosismo. Durante los días recientes, la tasa de financiamiento (funding rate) en el mercado de futuros de Bitcoin, que mide los pagos entre traders de posiciones largas y cortas, experimentó un cambio de negativa a positiva. Un funding rate positivo señala una mayoría de posiciones largas, lo que genera la posibilidad de una “long squeeze”.
Este fenómeno ocurre cuando una caída súbita en el precio obliga a los traders con posiciones largas apalancadas a cerrar sus posiciones, resultando en ventas masivas y mayor presión a la baja. Entre el 24 y 25 de abril, la tasa de financiamiento tocó valores negativos momentáneamente, lo que provocó especulaciones sobre una posible corrección hacia $97,000. Sin embargo, el cambio posterior hacia valores positivos reconfiguró las expectativas, aumentando el riesgo de un retroceso que podría alcanzar niveles tan bajos como $90,500 en los próximos días. Esta zona de precio se ubica dentro de un “fair-value gap” identificado en el gráfico de 4 horas, una brecha que actuaría como soporte natural para detener el movimiento a la baja. A nivel técnico, esta corrección inicial también se acompaña de una divergencia bajista en el índice de fuerza relativa (RSI), que marcó debilidad al no sostener el precio por encima de los $95,000.
La confluencia de estos factores técnicos y fundamentales sugiere que el mercado atraviesa una fase de consolidación necesaria, durante la cual se ajustan las posiciones y se preparan las bases para futuros movimientos más contundentes. Es importante destacar que la volatilidad inherente a Bitcoin y su naturaleza descentralizada implican riesgos significativos. Las fluctuaciones pueden ser rápidas e intensas, y aunque los datos actuales reflejan salud y potencial alcista en el mediano y largo plazo, cualquier decisión de inversión debe tomarse con cautela y después de un análisis profundo. Además, esta dinámica presenta una oportunidad educacional sobre la diferencia entre análisis técnico, análisis onchain y análisis fundamental. Mientras que el técnico se enfoca en patrones gráficos y momentum, el onchain mira el comportamiento y las posesiones reales dentro de la red, y el fundamental considera factores macroeconómicos y geopoliticos que afectan la demanda y oferta de Bitcoin.