En el mundo económico y financiero, las decisiones de la Reserva Federal siempre tienen un impacto significativo en los mercados globales. En la última reunión celebrada el 7 y 8 de mayo de 2025, se confirmó la tendencia que casi nadie esperaba: la Fed decidió mantener las tasas de interés sin cambios. Esta decisión no fue una sorpresa, pero sí puso sobre el foco la importancia que tienen las declaraciones del presidente de la Fed, Jerome Powell, en la conferencia de prensa posterior a la reunión. Más allá de la ausencia de una modificación en los tipos, sus observaciones y el tono con el que abordó la situación económica actual son determinantes para interpretar hacia dónde podrían dirigirse las futuras políticas monetarias y, en consecuencia, cómo reaccionarán los mercados e inversores. Desde diciembre del 2024, cuando la Reserva Federal redujo las tasas de interés a un rango del 4.
25% al 4.50%, las mantuvo constantes, reflejando una postura de cautela ante la incertidumbre económica derivada de múltiples factores, entre los que destaca la política arancelaria instaurada durante la administración Trump, cuyos efectos todavía resuenan en distintos sectores de la economía estadounidense. Erik Weisman, economista jefe de MFS Investment Management, anticipaba que Powell adoptaría una actitud de espera y observación. Esta postura refleja el desafío actual: la política de aranceles ha creado un paisaje macroeconómico complicado y difícil de predecir. El mercado, por su parte, pese a haber descontado casi con total seguridad que no habrá cambios inmediatos en mayo, empieza a contemplar la posibilidad de una reducción de tasas en junio.
Sin embargo, la prudencia de la Fed sigue siendo evidente. Uno de los mayores retos para los responsables de política monetaria es la incertidumbre inherente ligada a las guerras comerciales y cómo influirán en la economía real. Bill English, profesor en la Escuela de Management de Yale y execonomista senior de la Fed, apuntó que los encargados de diseñar la política monetaria enfrentan una situación donde están obligados a decidir si pueden ignorar el probable aumento momentáneo de precios que traerán los aranceles. Esta decisión es crucial porque, si las expectativas inflacionarias se desanclan, podrían aparecer problemas mayores como la inflación persistente o incluso un escenario de estanflación, que mezcla un crecimiento económico lento con altos niveles inflacionarios. El concepto de estanflación ha ganado protagonismo en los análisis recientes.
Torsten Slok, economista jefe de Apollo, destacó que mientras las previsiones de crecimiento económico se han revisado a la baja, las expectativas de inflación han sido ajustadas al alza, dibujando un panorama inquietante y que desafía la efectividad de las políticas económicas tradicionales. Esto pone en entredicho la capacidad de la Reserva Federal para manejar simultáneamente la estabilidad de precios y el fomento del crecimiento económico. Las expectativas respecto a una posible rebaja de tasas en un corto plazo están sujetas a mucha cautela. Los economistas consideran improbable que Powell emita señales claras sobre futuros cambios durante su rueda de prensa. Más bien, se espera que reafirme el compromiso del banco central con una política dependiente de los datos y con la necesidad de evaluar la evolución del panorama económico antes de tomar decisiones relevantes.
Los datos recientes aportan una mezcla de señales que justifican esta prudencia. Por ejemplo, el Producto Interno Bruto (PIB) real mostró una contracción del 0.3% en el primer trimestre de 2025 y el gasto de los consumidores evidenció cierta debilidad. Por otro lado, las cifras más relevantes y seguidas por la Fed en materia de inflación permanecieron estables de un mes a otro, lo que evita por ahora justificar alarmas sobre un aumento inflacionario descontrolado. Además, las fluctuaciones recientes en los mercados financieros han sido un punto de atención.
Se registraron momentos de alta volatilidad en los rendimientos de los bonos del Tesoro de los Estados Unidos, pero posteriormente el mercado se estabilizó, mostrando niveles adecuados de liquidez. Powell podría enfatizar esta recuperación y funcionamiento eficiente del mercado como un indicio de que la economía aún tiene cierta resiliencia frente a las tensiones externas y riesgos actuales. La actitud cautelosa de la Fed, sin embargo, no está exenta de riesgos. Algunos expertos, como Vincent Reinhart, economista jefe de BNY Investments, advierten que una Fed reactiva, que planea ofrecer poco alivio en política monetaria, puede incrementar la probabilidad de que las dificultades comerciales se agraven, lo que elevaría el riesgo de una recesión más profunda o prolongada. En este contexto, los interrogantes sobre la balanza de riesgos son inevitables.