El panorama de las inversiones en criptomonedas en Estados Unidos está viviendo un momento crucial en 2025, marcado por una oleada sin precedentes de solicitudes para fondos cotizados en bolsa (ETFs) relacionados con activos digitales. Según datos recientes, la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) enfrenta la revisión simultánea de más de 70 propuestas de ETFs, lo que refleja un creciente interés institucional por diversificar las carteras y encontrar nuevas formas reguladas de acceder al mercado cripto. Esta avalancha de solicitudes no se limita exclusivamente al rey de las criptomonedas, Bitcoin, sino que incorpora una amplia gama de altcoins, con un protagonismo destacado para XRP y Solana, dos de las monedas digitales más dinámicas del ecosistema actual. La creciente demanda institucional tiene una base sólida en la evolución de los mercados y en la madurez creciente del sector cripto en Estados Unidos. A diferencia de Europa, donde los productos financieros que permiten invertir en criptomonedas, como los productos cotizados en bolsa (ETPs), están más instalados y cuentan con una oferta más amplia, el mercado estadounidense vive una etapa de aceleración que podría transformar el modo en que inversores tradicionales y fondos institucionales adoptan estos activos digitales.
Diversas instituciones financieras han presentado formalmente aplicaciones para ETFs que replican el rendimiento de altcoins como XRP, ampliamente conocido por sus soluciones para transferencias internacionales, y Solana, que destaca por su tecnología enfocada en altas velocidades y bajas comisiones. El auge de estas solicitudes representa una transición importante en la inversión en criptomonedas, donde la diversificación del portafolio digital comienza a ser un objetivo claro. Históricamente, la inversión institucional se ha concentrado en Bitcoin y Ethereum debido a su mayor asentamiento y liquidez. Sin embargo, la reciente proliferación de solicitudes para ETFs de altcoins señala que los jugadores del mercado están dando un paso adelante para crear productos estructurados que permitan una exposición más amplia y regulada a otros tokens con potencial de crecimiento y utilidad tecnológica. Este movimiento hacia la diversificación también coincide con un período en que los ETFs de Bitcoin en Estados Unidos demuestran volver a atraer confianza y capital.
El 21 de abril de 2025, los once ETFs de Bitcoin existentes reportaron una inyección neta combinada de más de 381 millones de dólares, la cifra más alta desde finales de enero del mismo año. Este repunte está dominado por el ARK 21Shares Bitcoin ETF, que recibió más de 116 millones de dólares en flujos netos de entrada. Paralelamente, otros fondos relacionados con Bitcoin, como el Fidelity Wise Origin Bitcoin Fund y el Grayscale Bitcoin Trust, también lograron captar sumas significativas. Las señales de fortaleza en los ETFs de Bitcoin podrían estar alimentando la confianza de los emisores para apostar por fondos que amplían el espectro más allá de las dos criptomonedas principales. La combinación de un contexto regulatorio que comienza a ofrecer mayor claridad y la demanda de productos financieros diversificados están creando el caldo de cultivo para que XRP, Solana y otros tokens ganen terreno en un mercado que históricamente se mostró más reacio a expandirse rápidamente.
Las diferencias entre Estados Unidos y Europa en cuanto a productos financieros vinculados a criptomonedas también resaltan que el desarrollo de este mercado seguirá con características propias. Laurent Kssis, CEO de CEC Capital, conocido por su experiencia en el mercado europeo de ETP, apunta que mientras Europa puede presentar saturación en productos para ciertas criptomonedas como Solana, el mercado estadounidense está apenas en una fase dinámica de crecimiento y regulación que responde a sus propias lógicas institucionales. Según Kssis, las estrategias de asignación institucional en Estados Unidos suelen partir del Bitcoin como activo gateway, pero luego se despliegan con un modelo distinto al europeo, apuntando hacia una mayor inclusión de altcoins mediante productos bien estructurados, con seguridad en la custodia y gran liquidez. El interés mostrado en las solicitudes para ETFs basados en XRP y Solana no es circunstancial. Estas criptomonedas ofrecen características que las vuelven atractivas para los inversores institucionales: Solana se ha posicionado como la solución blockchain con una velocidad de transacción superior y costos reducidos, ideales para aplicaciones descentralizadas y finanzas emergentes, mientras que XRP mantiene su enfoque en facilitar pagos transfronterizos de manera rápida y eficiente.
No obstante, la revisión y eventual aprobación de estos fondos enfrentan todavía un proceso riguroso y complejo. La SEC, bajo la presión de revisar una gran cantidad de solicitudes, analiza con detenimiento la robustez de cada propuesta, la protección al inversor y las implicancias regulatorias que podría traer la puesta en marcha de nuevos productos cotizados en bolsa relacionados con activos digitales percibidos como volátiles. El contexto macroeconómico y político tampoco es ajeno a este dinamismo. Las recientes tensiones comerciales impulsadas por retóricas proteccionistas y la incertidumbre en los mercados tradicionales han influido en el comportamiento del mercado cripto y en la percepción del riesgo de los inversores. Por ejemplo, en el primer trimestre de 2025, Bitcoin llegó a superar la barrera psicológica de los 100,000 dólares, pero luego experimentó caídas que afectaron también el sentimiento general para los fondos ETF relacionados.
Sin embargo, la capacidad de recuperación observada en abril, reflejada en entradas robustas a fondos de inversión cripto, muestra una resiliencia que puede ser un incentivo para que los gestores de fondos sigan apostando por el desarrollo de ETFs que incluyan una gama más amplia de activos. Las expectativas de los inversores se orientan a que, tras la eventual aprobación de estos nuevos ETFs, el mercado norteamericano de criptomonedas pueda experimentar un proceso de maduración similar al de otras clases de activos en las que la oferta de productos diversificados y regulados ha impulsado la adopción institucional y minorista. Estos productos brindan la oportunidad de invertir de manera más segura y sencilla en criptomonedas, sin la necesidad de gestionarlas directamente en exchanges o wallets, lo que puede atraer a un público más amplio y dar mayor estabilidad al mercado. Por otro lado, la competencia entre proyectos y emisores para conseguir la aprobación puede estimular mejoras en la calidad y estructura de los ETFs, incluyendo desde soluciones avanzadas de custodia hasta mecanismos de gobernanza y transparencia más estrictos, lo que fortalecería el sector. En síntesis, el episodio actual en el mercado estadounidense, con más de 70 solicitudes de ETFs cripto bajo revisión y el protagonismo de tokens como XRP y Solana, representa una señal clara de la transformación y crecimiento del ecosistema financiero digital.
La inminente inclusión de estos productos en el mercado regulado ampliará las opciones para los inversores, facilitará la entrada de capital institucional y consolidará la posición de Estados Unidos como un actor principal en la evolución global de las inversiones criptográficas. Mirando hacia adelante, será fundamental seguir de cerca las decisiones regulatorias de la SEC y las tendencias de flujo de capital que determinarán si esta oleada de innovación financiera logra materializarse plenamente y cambiar para siempre la manera de invertir en criptomonedas en el mercado norteamericano.