El senador Dick Durbin, una figura destacada en la legislación financiera en Estados Unidos, ha dejado claro que, a pesar de su anuncio de retiro, su lucha por la reforma en el sector de tarjetas de crédito está lejos de concluir. Durante sus más de cuatro décadas en el Congreso, Durbin se ha consolidado como un defensor activo en temas que afectan a consumidores y comerciantes, centrándose particularmente en la competencia dentro del mercado de procesamiento de pagos con tarjeta. Su proyecto más reciente, el Credit Card Competition Act, refleja su intención de desafiar el dominio casi absoluto de dos gigantes del sector: Visa y Mastercard. Visa y Mastercard controlan aproximadamente el 87% de las transacciones con tarjetas en Estados Unidos, un porcentaje alarmante para quienes abogan por la competencia justa dentro del sistema financiero. La concentración del mercado en estas dos compañías crea un ambiente propicio para altos costos de procesamiento que recaen finalmente sobre comercios y consumidores.
El proyecto que Durbin promueve tiene como objetivo introducir una alternativa obligatoria; esto implica que los emisores de tarjetas de crédito deberán garantizar que los comerciantes tengan siempre la opción de elegir al menos una red de pago distinta a Visa y Mastercard para procesar las transacciones. Tal medida podría romper el duopolio que, hasta ahora, ha limitado la competencia y mantenido elevados los costos para pequeñas y medianas empresas, así como para establecimientos en el sector de restaurantes, tiendas minoristas y otros servicios. La importancia de este proyecto de ley radica en su capacidad para fomentar la competencia, la cual se traduce en menores tarifas transaccionales. Actualmente, los minoristas y otros operadores comerciales enfrentan cargas significativas por cada transacción con tarjeta de crédito procesada, y estas tarifas a menudo afectan directamente el precio final que paga el consumidor, creando presión en una economía sensible a los costos. Al promover un sistema donde los bancos emisores tengan que permitir el uso de otras redes además de las más dominantes, el Credit Card Competition Act abre la puerta para que más actores ingresen al mercado, generando alternativas que puedan abaratar el costo de estas operaciones.
Si bien Durbin ha centrado esfuerzos notables en este proyecto durante las últimas sesiones del Congreso, la aprobación definitiva aún no se ha concretado. En 2023 y 2024, el proyecto contó con el respaldo del senador republicano Roger Marshall de Kansas, quien manifestó apoyo bipartidista, algo crucial para avanzar en un ámbito legislativo tradicionalmente dividido. Sin embargo, la reintroducción del proyecto en 2025 no se ha realizado aún, en parte debido a que el Congreso se ha visto atrapado en múltiples cuestiones urgentes como la gestión del presupuesto federal y otras prioridades legislativas. La estrategia del senador y su equipo se orienta a identificar un momento oportuno para incorporar esta propuesta en una legislación más amplia, lo que aumentaría las probabilidades de que el Credit Card Competition Act sea aprobado. Doug Kantor, abogado general de la National Association of Convenience Stores y defensor activo de la iniciativa, ha señalado que esta táctica apunta a maximizar el impacto y la aceptación del proyecto en el contexto político actual.
Además, señala que el reconocimiento creciente entre las organizaciones de comerciantes sobre las prácticas monopolísticas o poco justas del sistema actual impulsa un consenso favorable para una reforma. El apoyo al proyecto no se limita a legisladores o asociaciones pequeñas. Grupos influyentes como la National Retail Federation y la National Restaurant Association, que representan una parte significativa de la comunidad comercial estadounidense, han expresado respaldo al proyecto de Durbin. La razón detrás de este apoyo radica en el potencial que tiene el Credit Card Competition Act para generar ahorros sustanciales en costos de procesamiento que se traducen en márgenes más saludables para sus miembros, y en mejores precios para los consumidores finales. Este impulso legislativo forma parte de un panorama más extenso donde la regulación financiera busca adaptarse a un mercado de pagos que está en plena transformación.
Tecnologías emergentes, como las criptomonedas y los sistemas de pago móvil, han alterado radicalmente la forma en la que las personas y negocios realizan transacciones. Sin embargo, la infraestructura tradicional de tarjetas de crédito continúa dominando la interacción financiera diaria, lo que hace urgente abordar las rigideces y barreras que presentan las redes más poderosas. La propuesta de Durbin intenta ser un catalizador para modernizar este sistema permitiendo una mayor competencia y, por ende, innovación y eficiencia. Los críticos y algunos jugadores del mercado, por supuesto, observan con cautela y en algunos casos oposición esta iniciativa, argumentando que la existencia de un duopolio ha permitido estandarización y confianza a nivel global, aspectos que podrían verse complicados con la entrada forzada de múltiples actores. Sin embargo, los defensores de la reforma insisten en que diversificar las opciones para procesar tarjetas es esencial no solo para limitar abusos en tarifas, sino para fortalecer la resiliencia del sistema, evitando riesgos asociados a la concentración y posibles fallas operativas centralizadas.
El senador Durbin, cercano a cumplir 80 años y con una trayectoria que incluye profundas reformas y debates sobre el sistema financiero, parece decidido a cerrar su carrera parlamentaria contribuyendo con un cambio significativo. Su anuncio de no buscar la reelección en 2026 no implica una retirada de sus objetivos legislativos, sino una determinación de dejar un legado en un tema que afecta tanto a millones de consumidores como al corazón mismo del comercio en Estados Unidos. A medida que el Congreso avanza en sus agendas, la expectativa está puesta en cómo se integrará el Credit Card Competition Act en futuras discusiones legislativas. La posibilidad de que este proyecto forme parte de un paquete más amplio que abarque otros aspectos económicos o financieros podría ser la clave para su aprobación. En conclusión, el empuje continuado del senador Durbin por reformar el mercado del procesamiento de tarjetas de crédito busca crear un sistema más justo y competitivo.
Su proyecto está diseñado para reducir la hegemonía de Visa y Mastercard y ofrecer nuevas alternativas a comerciantes y consumidores, una meta que cuenta con importante apoyo comercial y un entendimiento cada vez mayor sobre la necesidad de reformar el sistema vigente. En un ambiente político complejo y en constante cambio, esta iniciativa tiene el potencial de transformar la manera en que se procesan las transacciones financieras en el país, generando beneficios significativos tanto a nivel microeconómico como macroeconómico.