El nuevo dinero: ¿por qué los gobiernos están digitalizando sus monedas? En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados y la economía global se transforma constantemente, los gobiernos se ven obligados a adaptarse a nuevas realidades. Una de las transformaciones más significativas de la última década ha sido la creciente adopción de monedas digitales emitidas por los bancos centrales, conocidas como Monedas Digitales de Banco Central (CBDC por sus siglas en inglés). Este cambio se está convirtiendo en un pilar esencial del sistema bancario global del futuro. Según un informe de McKinsey, el 90% de los bancos centrales de todo el mundo ya están explorando sus propias CBDC. Esta cifra demuestra que la idea de que los gobiernos emitirán activos digitales como una forma de moneda fiduciaria está cerca de convertirse en una realidad inminente.
Se proyecta que el valor de los pagos realizados con CBDC alcanzará los 213 millones de dólares para el año 2030, lo que representa un impresionante aumento del 260,000% en comparación con los niveles actuales. Uno de los catalizadores principales de este acelerado desarrollo es la drástica reducción en el uso del efectivo. En países como Noruega, el uso del dinero en efectivo ha caído hasta un 3%, mientras que la utilización de monedas digitales ha crecido exponencialmente. Un estudio de Ripple revela que más del 75% de los responsables de decisiones financieras a nivel global se sienten confiados en que las criptomonedas y las CBDC pueden satisfacer sus necesidades comerciales de manera más eficaz que las monedas fiduciarias tradicionales. El liderazgo de China en la implementación de CBDC China se ha convertido en un pionero en la implementación de CBDC.
El yuan digital representa una herramienta clave en la carrera del país hacia una sociedad sin efectivo, complementando plataformas como WeChat Pay, que procesa más de mil millones de dólares al día. Con más de 3.6 mil millones de transacciones mensuales ya registradas, el yuan digital se establece como un activo fundamental en la economía china. Sin embargo, a pesar de estos avances, el camino hacia una sociedad completamente sin efectivo aún presenta desafíos significativos. En el otro extremo del espectro económico, se encuentran micronaciones como Palau, en el Pacífico occidental, donde ciertas transacciones financieras todavía requieren cargar efectivo en barcos que navegan entre sus 500 islas.
Para estas naciones más pequeñas, la implementación de CBDC representa una oportunidad única para avanzar hacia la era digital evitando la infraestructura obsoleta del pasado. Así, entre China y Palau, más de 100 países están explorando sus propias estrategias de CBDC, lo que representa más del 95% del Producto Interno Bruto (PIB) global. Ventajas de la CBDC para los gobiernos y bancos centrales Las ventajas que ofrecen las CBDC para los gobiernos son, sin duda, muy atractivas. La eficiencia, el costo reducido, la inclusión financiera, la supervisión, la transparencia y la capacidad de implementación y recolección de impuestos son solo algunas de las razones que justifican esta transición hacia una nueva forma de dinero. La modernización de la infraestructura económica es inevitable y el papel de las CBDC en este proceso es fundamental.
Para el sector financiero, las CBDC prometen una eficiencia mejorada en los pagos, tanto a nivel nacional como internacional. Esto significa que el procesamiento de pagos se realizará en segundos, en lugar de los días o semanas que puede llevar utilizar las plataformas bancarias tradicionales. Esta mejora es crucial para el comercio internacional y puede facilitar considerablemente las transacciones entre países. Además, a medida que las CBDC se convierten en un componente común del sistema financiero, los bancos centrales obtendrán mayor control sobre la circulación del dinero, mientras permiten que los ciudadanos realicen pagos contactless bajo la supervisión de las autoridades financieras. Esta dinámica brinda a los bancos centrales un control sin precedentes sobre las políticas fiscales y monetarias.
Las lecciones aprendidas de la pandemia de Covid-19 evidencian que la implementación efectiva de la política monetaria puede ser crucial para la estabilidad económica de una nación. Las CBDC ofrecen un caso de uso efectivo para la incorporación de la tecnología blockchain en los sistemas gubernamentales, lo que permite diseñar estructuras que prevengan actividades ilícitas, al tiempo que garantizan la privacidad y la seguridad cibernética de los ciudadanos. Un futuro colaborativo entre el sector público y privado Sin embargo, los beneficios tangibles de las CBDC todavía no resultan evidentes para los ciudadanos. La responsabilidad de innovar en productos y servicios recaerá en gran medida en el sector privado. James Wallis, vicepresidente de Compromisos con Bancos Centrales en Ripple, explica que la colaboración entre el sector público y privado es vital.
No es misión de los bancos centrales ser innovadores; su papel principal es controlar la infraestructura básica, mientras que el sector privado es quien realmente aportará los nuevos casos de uso que beneficiarán a la población. Las CBDC tienen el potencial de facilitar el acceso a cuentas de pago digitales para personas no bancarizadas y ofrecer servicios de remesas de bajo costo entre países. De acuerdo con el Informe de Nuevo Valor de Ripple, los bancos comerciales desempeñarán un papel fundamental en la adopción de CBDC por parte de los ciudadanos, debido a su cercanía con los clientes y su profundo conocimiento de sus necesidades. El futuro de las CBDC a nivel mundial Con todas estas últimas tendencias y desarrollos, uno puede preguntarse: ¿cuándo podremos ver una CBDC emitida por nuestro banco local? Aunque países como China están avanzando rápidamente, las oportunidades para otros países están aumentando. Las economías de tamaño medio, que cuentan con la capacidad y los recursos necesarios para implementar CBDC que ofrezcan beneficios tangibles como la inclusión financiera y servicios a bajo costo, tienen un "punto dulce" para su desarrollo.