Rodney Mullen es un nombre que resuena con respeto y admiración no solo dentro del mundo del skateboarding, sino también en la cultura urbana y deportiva a nivel global. Conocido por ser el creador de numerosos trucos que hoy en día son esenciales para cualquier skater, Mullen no solo ha cambiado la manera en que se practica este deporte, sino que ha logrado darle voz a una generación a través de su forma de vida y pensamiento. Su carrera y filosofía han trascendido la simple ejecución de maniobras para elevar el skateboarding a un arte, una forma de meditación y un poderoso vehículo de expresión personal. Rodney Mullen ha sido descrito como el arquitecto del lenguaje del skateboarding. Si consideramos este deporte como un idioma, Mullen es quien creó el alfabeto con las técnicas y modalidades que desarrolló desde joven.
Su innovación constante ha tenido un impacto profundo en la industria, inspirando a generaciones de riders, diseñadores de productos y realizadores de videos, quienes continúan construyendo sobre la base que él estableció. Durante una entrevista profunda en Londres, Mullen reflexionó sobre sus primeros viajes, sus hábitos de entrenamiento, la importancia de la autenticidad en el skate y su visión sobre la evolución de este deporte. Londres resultó ser un destino muy especial para él, marcando recuerdos ligados a sus primeras experiencias internacionales y a un ambiente donde la esencia purista de este movimiento siempre ha sido valorada. La escena británica, según Mullen, mantiene un amor y respeto al skateboarding con una forma de discernimiento que pocos lugares poseen, algo que le motiva y emociona cada vez que visita la ciudad. Mullen también comparte detalles personales sobre su rutina actual de skate, que mantiene con disciplina y pasión.
A sus 48 años, sigue practicando a diario, generalmente durante las horas más tranquilas de la noche para preservar un espacio de intimidad y concentración. Reconoce que para él, el skate es un refugio, una actividad que le conecta con su esencia más profunda y le permite descubrirse a sí mismo fuera de toda distracción externa. El legendario skater revela cómo la ausencia de skate puede afectar su bienestar emocional y mental, creando una desconexión que solo se resuelve volviendo a las tablas. Hablar de skate para Mullen es sinónimo de equilibrio, conexión corporal y claridad mental. No solo es ejercicio físico, sino también una fuente de inspiración constante y una forma de procesar la creatividad.
Confiesa que muchas de sus mejores ideas y momentos de concentración surgen después de rodar y explorar diferentes terrenos. Lo que hace especial a Rodney, además de su técnica inigualable, es su capacidad para adaptarse y evolucionar. Aunque algunos trucos que antes dominaba con facilidad ahora le requieren más práctica, su interés en reinventarse y experimentar con nuevas formas de patinar nunca ha disminuido. Actualmente trabaja en proyectos de grabación con amigos y colaboradores, sin la presión de cumplir expectativas externas, centrándose en la pura alegría del skate. Su relación con sus colegas skaters también es un aspecto fundamental de su experiencia.
Mullen se ha asociado con figuras prominentes como Daewon Song y Chris Haslam en diferentes proyectos, en especial para los videos "Rodney vs Daewon", que se destacaron por la camaradería y el desafío entre amigos y rivales amistosos. Para él, esa competencia sana impulsa a mejorar, aunque reconoce que a veces esa presión también puede dificultar la diversión. El respeto a las raíces y la autenticidad son pilares inquebrantables para Mullen. En la entrevista, destaca la importancia de mantener un equilibrio y no dejarse absorber por la búsqueda de fama o reconocimiento, elementos que pueden desgastar la pasión y la creatividad en el skate. Recomienda a quienes desean una carrera de larga duración amar lo que hacen por puro amor y no por resultados externos, definiendo la diferencia entre la libertad genuina del skate y la esclavitud a la producción constante de contenido o victorias en competencia.
En cuanto a las competiciones, Rodney ofrece una visión crítica pero equilibrada. Entró de lleno en el mundo competitivo en sus inicios y aunque ganó muchos títulos, siente que estos limitaron su crecimiento personal y creativo, ya que la necesidad de repetir trucos para no fallar lo condicionaba. Cree que los concursos deben tener un papel delimitado dentro del skateboarding, pues su formato puede fomentar una mentalidad deportiva que va en contra del espíritu libre que caracteriza al skate. El diálogo sobre los aspectos técnicos también dejó momentos interesantes. Rodney es innovador incluso con los detalles más pequeños en su equipo, como el uso de baseplates de magnesio o trucos para estabilizar su tabla durante ciertos movimientos complejos.
Su experiencia en diseño de hardware, especialmente a través de Uber y Tensor Trucks, ha contribuido a productos que mejoran la experiencia de quienes practican skate, demostrando que su aportación no termina en el suelo, sino que atraviesa también la fabricación y evolución del equipo. Además, Mullen profundiza sobre la dimensión espiritual que el skate le aporta. Para él, esta práctica es una forma de meditación en movimiento que lo conecta consigo mismo y con el entorno. Su enfoque personal, basado en la oración diaria y la introspección, se refleja en su manera tranquila y reflexiva de entender la vida y el skate. Prefiere patinar solo, en silencio, sin la mirada constante de espectadores, porque ese es su espacio sagrado.
Su influencia va más allá del arte y el deporte. Rodney Mullen ha llevado el skateboarding a espacios académicos y científicos, participando en charlas para profesionales y estudiantes de alto nivel, desde universidades hasta institutos médicos. En esos contextos, expone cómo el skate puede enseñar valores como la perseverancia, la creatividad y la capacidad de asumir riesgos y aprender del error, principios aplicables tanto en la vida cotidiana como en el mundo profesional. Gracias a estos diálogos, ha podido inspirar a expertos en campos como la ética de los datos, la investigación médica o el derecho, quienes reconocen la originalidad y profundidad de pensamiento que el skateboarding puede aportar a sus disciplinas. Esta intersección entre deporte, cultura y ciencia marca la singularidad de su carrera y personalidad.
Actualmente, Rodney sigue explorando nuevas fronteras, comprometiéndose con proyectos que implican investigación y aprendizaje constante. Se prepara para conferencias importantes y se interesa por conocer sobre diseño, tecnología y análisis de datos, buscando integrar estas áreas con su visión del skate. Aunque podría haberse conformado con su legado como uno de los mejores skaters del mundo, Mullen continúa activo y con ganas de seguir sorprendiendo a la comunidad. Desea reencontrarse con la sensación de esfuerzo y logro que viene con la filmación de nuevos trucos y proyectos, saboreando esa mezcla de miedo y alegría que impulsa a cualquier artista o deportista hacia adelante. Su humildad, pasión por mejorar y autenticidad le permiten mantenerse vigente y relevante, incluso en una cultura que cambia rápidamente.
Rechaza la comodidad excesiva y busca siempre el desafío, tanto personal como profesional. En síntesis, la vida y carrera de Rodney Mullen son un testimonio del poder del skateboarding como forma de vida, herramienta de desarrollo personal y puente cultural. Más que un deportista, es un innovador, un filósofo del movimiento que ha sabido llevar su amor por el skate a cada rincón donde ha llegado. Su ejemplo invita a todos, sean skaters o no, a perseguir con pasión aquello que hace únicas sus vidas y a nunca dejar de explorar, aprender y expresarse.