En el contexto económico actual del Reino Unido, las reformas propuestas por el gobierno a la normativa del impuesto de sucesiones (IHT, por sus siglas en inglés) han generado gran preocupación entre expertos fiscales y propietarios de negocios, especialmente aquellos de mayor edad. La institución líder que ha manifestado su inquietud es la Institute of Chartered Accountants in England and Wales (ICAEW), que advierte sobre los impactos negativos que estas modificaciones podrían ocasionar tanto en los empresarios mayores como en el futuro de empresas familiares y del sector agrícola. El impuesto sobre sucesiones ha sido un pilar estable durante más de tres décadas, permitiendo a los dueños de negocios planificar la transferencia de sus activos con cierto grado de certidumbre. Sin embargo, el proyecto de reforma establece un límite en las exenciones fiscales en £1 millón, un umbral que la ICAEW considera insuficiente para reflejar el valor real de muchas empresas, sobre todo aquellas que hayan crecido durante generaciones. Esta limitación en la exención es vista como un riesgo directo para los propietarios de empresas y agricultores que, al momento de heredar sus bienes, podrían enfrentarse a una carga impositiva del 20%.
Esta tasa puede resultar excesiva, provocando dificultades financieras inesperadas que dificulten la continuidad del negocio. Uno de los puntos más críticos señalados por la ICAEW radica en la situación de los empresarios mayores o en estado de salud delicada. Para evitar el pago del impuesto, es común que los dueños realicen donaciones significativas durante su vida, beneficiándose de un período de siete años tras la donación para exceptuar estas transferencias de la base imponible del impuesto. Sin embargo, este requisito temporal de supervivencia resulta inviable para muchos de estos propietarios, quienes podrían no contar con el tiempo necesario para aprovechar esta disposición. Este hecho coloca a los empresarios en una situación sumamente vulnerable, donde no solo deben enfrentarse a los desafíos habituales de mantener un negocio, sino a la amenaza consecuente de perderlo o tener que desmantelarlo para cumplir con las obligaciones fiscales.
En sectores tan sensibles y vitales como el agrícola, esta realidad puede traducirse en la desaparición de empresas familiares que han sido pilares del desarrollo rural, afectando no solo a sus propietarios, sino a toda la comunidad entorno a ellos. Además, la ICAEW destaca que el límite de £1 millón no está indexado a la inflación, lo que implica que con el paso del tiempo esta cifra se verá cada vez más reducida en términos reales. Esto haría que un número creciente de patrimonios empresariales y agrícolas queden sujetos a impuestos sobre sucesiones, aumentando la incertidumbre y dificultando la planificación fiscal a largo plazo. Para mitigar estos efectos, la ICAEW propone algunas soluciones orientadas a dar mayor flexibilidad a los propietarios afectados por las reformas. Entre las principales sugerencias se encuentran la implementación de un sistema de descuentos progresivos para las donaciones realizadas durante el período de transición, permitiendo así que aquellos que no puedan esperar siete años para fallecer tengan un alivio fiscal proporcional.
También abogan por la instauración de un alivio transitorio específico para propietarios activos mayores de 65 años, reconociendo la particular dificultad que enfrentan estas personas para hacer frente a los pagos impositivos y planificar la sucesión de sus negocios. La ICAEW considera fundamental que estas medidas sean implementadas para evitar consecuencias económicas y sociales no deseadas. Otra recomendación importante es la posibilidad de transferir el límite de exención entre cónyuges, facilitando la planificación fiscal y reduciendo la carga administrativa para las familias empresarias. Esta medida también podría ayudar a mantener la continuidad de los negocios que se transmiten dentro del núcleo familiar. En cuanto a las pequeñas y medianas empresas, que muchas veces carecen de recursos para una compleja planificación fiscal, la ICAEW advierte que estas reformas podrían generar un impacto desproporcionado y provocar la necesidad de recurrir a financiamiento externo o, en casos extremos, la venta parcial o total del negocio para cubrir pasivos fiscales.
Esta situación podría ser contraproducente para la economía, puesto que estas empresas suelen ser generadoras de empleo local y contribuyen al desarrollo económico regional. De este modo, una política fiscal que no tenga presente la realidad y particularidad de estos negocios podría ralentizar el crecimiento económico e incrementar la precariedad en ciertas comunidades. Por otra parte, el comunicado oficial de la ICAEW enfatiza que las incertidumbres generadas por las reformas no solo afectan a los propietarios actuales, sino que también pueden disuadir a futuras generaciones de empresarios a quedarse con los negocios familiares. La pérdida de estabilidad y previsibilidad dentro del marco tributario hace más difícil la toma de decisiones estratégicas a largo plazo. Desde la perspectiva de la ICAEW, el diseño de políticas fiscales debe ser transparente, estable y equitativo, brindando un entorno donde los empresarios tengan la seguridad necesaria para planificar el futuro sin temores repentinos a cambios que puedan desestabilizar su patrimonio y sus negocios.
En síntesis, la reforma del impuesto sobre sucesiones propuesta en Reino Unido representa un gran cambio en una legislación que ha permanecido constante durante décadas. Sin embargo, su implementación podría agudizar problemas fiscales para empresarios mayores, agricultores y pequeñas empresas familiares, poniendo en riesgo la continuidad de negocios vitales para la economía local. La ICAEW subraya la importancia de ajustar la exención a valores más realistas y adaptados a la inflación, además de incluir medidas transitorias y flexibles que consideren las condiciones particulares de los empresarios en edad avanzada o con problemas de salud. Estas acciones serían esenciales para evitar consecuencias económicas negativas y proteger la estabilidad de comunidades y sectores empresariales. De cara al futuro, será fundamental que el gobierno encuentre un equilibrio entre la necesidad de reformar el sistema fiscal para garantizar su sostenibilidad y la protección de los dueños de negocios que han contribuido durante años al desarrollo económico del país.
La voz experta de la ICAEW ofrece un llamado a la prudencia y a considerar el impacto real que estas reformas tendrían en la base empresarial británica. Mantener un diálogo abierto con los afectados y diseñar medidas que permitan una transición justa puede marcar la diferencia para preservar la vitalidad y el legado de los negocios familiares en Reino Unido.