En un giro significativo dentro del sector tecnológico y financiero, las acciones de Nvidia experimentaron una notable volatilidad tras la noticia de que la administración Trump tiene planeado revocar las restricciones a la exportación de chips de inteligencia artificial impuestas durante la administración Biden. Este anuncio ha suscitado gran interés tanto en el mercado bursátil como en la industria de semiconductores, puesto que dichas políticas afectan directamente a empresas clave como Nvidia y su competidor AMD. Las restricciones, conocidas como la regla de difusión de IA, fueron implementadas al final del mandato presidencial de Joe Biden con el objetivo de limitar la exportación de chips avanzados de IA a ciertos países, incluida China. Estas regulaciones estaban diseñadas para frenar el contrabando de chips a través de terceros países y para controlar la expansión de la capacidad de centros de datos de Estados Unidos en el extranjero. Sin embargo, muchos actores del sector tecnológico las han calificado como excesivamente complejas y burocráticas, lo que, a su juicio, obstaculizaba la innovación y la competitividad de las empresas estadounidenses en un mercado global cada vez más dinámico.
Tras un reporte inicial de Bloomberg, que anticipó la intención de la administración Trump de derogar dichas limitaciones, el Departamento de Comercio confirmó que la regla vigente sería reemplazada por un marco regulatorio simplificado. Según un portavoz, este nuevo esquema buscaría liberar la innovación estadounidense y mantener el liderazgo de Estados Unidos en la inteligencia artificial. Este cambio regulatorio tuvo un impacto inmediato en el mercado. Las acciones de Nvidia aumentaron un 3% al cierre de la sesión anterior al anuncio oficial y mostraron una oscilación alcista hasta un 1.4% durante la jornada siguiente antes de estabilizarse prácticamente sin variación al finalizar la sesión.
Por su parte, AMD experimentó un repunte tras aumentar casi un 2% inicialmente y llegar a marcar un 5%, cerrando con una ganancia del 1.3%. La experiencia reciente muestra que la implementación de las restricciones bajo la administración Biden contribuyó a una caída significativa en el valor de las acciones de ambos gigantes tecnológicos, con pérdidas aproximadas del 13% para Nvidia y 17% para AMD a lo largo de 2025. Estas caídas estuvieron en gran parte asociadas a las limitaciones de exportación a China, un mercado crucial para el crecimiento de las compañías dedicadas a desarrollar chips para inteligencia artificial y centros de datos. No obstante, no todo apunta a una mejora sin condiciones para Nvidia y otras empresas del sector.
Informes recientes indican que la administración Trump está considerando la creación de un régimen global de licencias que implicaría acuerdos bilaterales de gobierno a gobierno para la exportación de chips. Este sistema potencialmente podría ser incluso más riguroso que la regla anterior, ya que colocaría a los chips de IA en el centro de negociaciones arancelarias y políticas comerciales a nivel internacional. Este enfoque diferente plantea un panorama complejo y contradictorio. Por un lado, la simplificación de regulaciones internas puede beneficiar a la innovación y al crecimiento de las compañías estadounidenses, mientras que, por otro lado, las nuevas estrategias de negociación global podrían añadir capas de restricciones y control que impactarían la dinámica de comercio internacional de tecnología avanzada. En medio de esta coyuntura, la postura de empresas como Nvidia ha sido clara y activa.
La compañía, junto con otros grandes actores tecnológicos, había solicitado la eliminación de las restricciones vigentes, argumentando que estas reglas eran un intento de influir artificialmente en el mercado y de limitar la competencia. Ned Finkle, vicepresidente de asuntos gubernamentales de Nvidia, enfatizó que la regulación de Biden representaba un obstáculo para el desarrollo equilibrado y competitivo de la industria. La inteligencia artificial se ha convertido en un pilar fundamental para el avance tecnológico global, y los chips diseñados para procesar algoritmos complejos y aprendizaje automático están en el centro de esta revolución. Controlar la producción y exportación de estos componentes es una cuestión estratégica para los países que buscan mantener ventajas competitivas en sectores como la industria automotriz, la robótica, la salud, la defensa y la economía digital en general. En este sentido, Estados Unidos ha mostrado una doble estrategia: por un lado, tratando de limitar el acceso de países rivales a tecnologías clave, y por otro, buscando facilitar el desarrollo interno y la expansión global de sus empresas líderes.
El replanteamiento de las regulaciones con una regla más «simple» es un reflejo de la tensión entre estas dos tendencias, que buscan proteger los intereses nacionales pero sin asfixiar la capacidad de innovación. Desde el punto de vista del mercado bursátil, los inversores analizan cuidadosamente los impactos que tales cambios regulatorios puedan tener en la rentabilidad y el crecimiento de las firmas tecnológicas. La incertidumbre regulatoria es uno de los factores que influyen en la volatilidad de los precios de las acciones de Nvidia, AMD y similares, ya que afecta decisiones sobre inversión, expansión y alianzas estratégicas. Es importante destacar también que, aunque la noticia ha generado un alivio temporal para las acciones de Nvidia, la industria continúa enfrentando retos importantes relacionados con la competencia global, la escasez de materiales, la capacidad de fabricación y los cambios en las políticas comerciales. La resolución final sobre el régimen de exportaciones y las negociaciones internacionales será decisiva para definir el rumbo futuro de esta industria clave.