La SEC se disculpa por la confusión al calificar tokens como valores: denuncia reciente En un giro inesperado en el panorama regulatorio de las criptomonedas, la Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. (SEC, por sus siglas en inglés) ha emitido una declaración en la que se retracta de su caracterización anterior de las criptomonedas como “valores”. Esta revelación, que proviene de una presentación judicial el 12 de septiembre, ha encendido el debate sobre la naturaleza de los activos digitales y su regulación, especialmente en el contexto de la creciente tensión entre las plataformas de intercambio de criptomonedas y los reguladores financieros. La controversia se originó en medio de la demanda de la SEC contra Binance, uno de los intercambios de criptomonedas más grandes del mundo, por supuestas violaciones de las leyes de valores.
En una queja presentada en 2023, la SEC había clasificado diez activos criptográficos en la plataforma de Binance como “valores”, mencionando entre ellos tokens nativos como Solana (SOL), Cardano (ADA) y Polygon (MATIC). Sin embargo, en la reciente presentación, la SEC expresó su “arrepentimiento por cualquier confusión” que su caracterización previa haya causado y anunció que utilizaría un lenguaje más específico en adelante. En la nota destacada de la presentación, la SEC explicó que su uso del término “valores de activos criptográficos” no se refería a los criptomonedas en sí mismas como tales, sino que enfatizó que la clasificación de un token como valor depende del conjunto completo de contratos, expectativas y entendimientos en torno a la venta y distribución del activo digital en cuestión. Esta aclaración parece representar un intento de la agencia por dar un paso atrás en una regulación que muchos en la comunidad de criptomonedas consideran ambigua e imprecisa. Este cambio de enfoque coincide con un aumento en la presión hacia las agencias reguladoras de EE.
UU., como la SEC y la Comisión de Comercio de Futuros de Mercancías (CFTC), para que abandonen lo que se ha denominado un enfoque de “regulación a través de la aplicación”. Este término se refiere a la tendencia de las autoridades a implementar normas y regulaciones a través de acciones de cumplimiento en lugar de establecer directrices claras y transparentes para las empresas de criptografía. La comisionada de la CFTC, Summer Mersinger, criticó recientemente este enfoque, pidiendo una mayor claridad y orientación para las plataformas de intercambio de criptomonedas. El ambiente se ha vuelto aún más tenso desde el anuncio de la SEC sobre la clasificación de ciertos activos como valores.
Coinbase, otra plataforma de intercambio de criptomonedas, ha sido objeto de múltiples críticas a la actuación de la SEC en la que su director jurídico, Paul Grewal, sugirió que la agencia trataba de juzgar activos como Ethereum (ETH) de manera diferente sin proporcionar una base lógica clara para tal diferenciación. Grewal destacó que, aunque la SEC ha clasificado ciertos tokens como valores, otros activos que podrían considerarse similares parecen estar fuera del alcance de las normativas de la SEC. Este tipo de contradicciones y la falta de claridad han dejado a muchos inversores y empresas en la industria de las criptomonedas sintiéndose inseguros y confundidos. Muchos argumentan que una regulación más clara es fundamental para el desarrollo y la innovación dentro del sector criptográfico, que se ha visto obstaculizado por la incertidumbre legal. Con el avance del tiempo, la pregunta que muchos se hacen es: ¿Dónde está la línea entre un activo criptográfico y un valor? La retirada de la SEC no significa, sin embargo, que las cuestiones de las violaciones de la ley de valores por parte de las empresas de criptomonedas hayan desaparecido.
La SEC ha reafirmado que, aunque flexibiliza su lenguaje, sigue persiguiendo reclamaciones contra Binance por la supuesta oferta y venta de valores no registrados. En este sentido, la SEC sigue insistiendo en que, incluso con su nueva interpretación, Binance sigue siendo culpable de ofrecer tokens que pueden ser considerados como contratos de inversión, lo que dicho sea de paso, es el punto clave que la regulación de valores busca abordar. Este enfoque de dos frentes –por un lado, un intento de aclarar la jerga y, por otro, un continuo énfasis en el cumplimiento– refleja el dilema con el que se enfrenta la SEC. Si bien por un lado busca proteger a los inversores y asegurar el cumplimiento de las normas, por otro lado, debe lidiar con la rápida evolución del espacio de las criptomonedas que desafía las categorías regulatorias tradicionales. El continuo escrutinio de la SEC hacia las plataformas de criptomonedas también plantea importantes preguntas sobre el futuro de la regulación en el sector.
Con el anuncio reciente de la aprobación de fondos cotizados en bolsa (ETF) basados en Bitcoin y Ether, utilizando estructuras legales asociadas típicamente con fondos de materias primas y no con valores, algunos observadores sugieren que la SEC podría estar intentando adoptar un enfoque más matizado hacia la regulación de las criptomonedas en el futuro. En este contexto, la llamada al desarrollo de políticas más claras es más relevante que nunca. Observadores en el ámbito legal y financiero han estado instando a las agencias a desarrollar normas de publicación que aseguren una mayor transparencia y claridad sobre cómo las criptomonedas pueden ser clasificadas y reguladas, lo que no solo ayudaría a las empresas a cumplir con la normativa, sino que también devolvería la confianza a los inversores. A medida que el panorama de las criptomonedas continúa evolucionando y madurando, la comunidad espera que las regulaciones y directrices sean más claras y reflejen la naturaleza en rápida evolución de estos activos. Los críticos advierten que una regulación inadecuada no solo perjudica a las empresas y a los inversores, sino que también podría inhibir la innovación que se ha visto en la industria potencialmente transformadora de las criptomonedas.
En resumen, la reciente retractación de la SEC respecto a la clasificación de tokens como valores representa tanto un paso atrás como un nuevo intento de reconciliar sus esfuerzos de regulación ante la complejidad de las criptomonedas. A medida que la batalla legal con Binance y otros intercambios avanza, la presión sobre la SEC y otras autoridades federales solo aumentará, planteando cuestiones cruciales sobre cómo se estructurará la regulación del espacio criptográfico en el futuro.