Amgen, una de las biotecnológicas líderes a nivel global, anunció un incremento del 24% en sus ganancias durante el primer trimestre del año, resultado que refleja la solidez de sus ventas y el éxito de sus estrategias comerciales. Este crecimiento económico ha llegado en un momento crucial, justo cuando el debate sobre la efectividad de los aranceles para proteger la industria nacional ha cobrado fuerza en Estados Unidos. Desde la sede de Amgen en Thousand Oaks, California, sus ejecutivos han puesto énfasis en que la política fiscal representa una herramienta más potente y favorable para estimular la manufactura local que los aranceles, que podrían complicar las cadenas de suministro y generar inestabilidad en el mercado farmacéutico. Peter Griffith, director financiero de Amgen, enfatizó durante una conferencia telefónica con analistas e inversionistas que la empresa coincide con otras firmas del sector en que la imposición de aranceles a productos farmacéuticos resulta prematura y potencialmente perjudicial. En cambio, subrayó que incentivos tributarios sólidos ofrecerían un marco más estable para que las compañías biotecnológicas y farmacéuticas inviertan en sus plantas de producción dentro del territorio estadounidense.
Este enfoque coincide con declaraciones recientes de otros líderes del sector, como el CEO de Johnson & Johnson, Joaquín Duato, quien ha advertido sobre los riesgos de interrumpir cadenas globales de suministro mediante aranceles, en especial en un contexto donde los medicamentos y dispositivos médicos son vitales para la salud pública. Duato también ha abogado por políticas fiscales que alienten la capacidad manufacturera interna sin causar turbulencias operativas. No es un secreto que, en las últimas décadas, muchas compañías farmacéuticas desplazaron parte de su producción a países con menores tasas impositivas y costos más bajos, como Irlanda y otros estados miembros de la Unión Europea. Estos movimientos responden en gran parte a la optimización de beneficios mediante la gestión eficiente de la propiedad intelectual y la reducción de la carga fiscal. Aun así, la coyuntura actual ha impulsado a Amgen y a varios otros actores importantes a reconsiderar sus estrategias y reforzar sus inversiones dentro de Estados Unidos.
Recientemente, Amgen hizo pública la expansión de su instalación biotecnológica en Ohio con una inversión de 900 millones de dólares, apuntando a fortalecer la manufactura doméstica y crear empleos locales. Esta expansión representa un compromiso concreto para aumentar la capacidad de producción interna en cooperación con otras grandes farmacéuticas como Eli Lilly, Merck y Johnson & Johnson, que también han anunciado planes similares para ampliar sus plantas productivas norteamericanas. Los resultados financieros del primer trimestre de Amgen revelan que la empresa generó ingresos por 8.100 millones de dólares, un aumento del 9% con respecto al mismo período del año anterior, alineándose con las expectativas de Wall Street. Las ganancias ajustadas por acción alcanzaron los 4,90 dólares, superando la estimación promedio de 4,30 dólares y demostrando el buen desempeño operativo de la compañía incluso en un entorno económico desafiante.
En cuanto a sus previsiones para todo el año 2025, Amgen mantiene una perspectiva optimista. Espera unos ingresos totales entre 34.300 y 35.700 millones de dólares, mientras que sus ganancias ajustadas por acción estarían en un rango de 20,00 a 21,20 dólares. Estas cifras son compatibles con las proyecciones del mercado y reflejan una visión positiva sobre la evolución de su negocio principal y de sus nuevas áreas de crecimiento.
Aunque la empresa ha incluido en su pronóstico los efectos de ciertos aranceles ya implementados, señaló que su análisis no contempla eventuales imposiciones futuras específicas al sector farmacéutico. Este punto subraya la incertidumbre que generan posibles decisiones regulatorias y comerciales que podrían influir en la estabilidad y el desarrollo del mercado. En línea con su apuesta por la innovación, Amgen anunció que presentará próximamente los resultados completos de un ensayo clínico de fase intermedia para su medicamento experimental dirigido a la pérdida de peso, MariTide. Este medicamento es considerado por muchos analistas como un potencial éxito en ventas, dada la creciente demanda global de terapias para la obesidad y condiciones relacionadas. Paralelamente, la compañía continúa avanzando en la fase tardía del desarrollo de MariTide en pacientes con y sin diabetes, con resultados de un ensayo de fase 2 en esta área programados para ser divulgados más adelante en el año.
A su vez, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) levantó la suspensión que tenía sobre un ensayo en etapa inicial de otro fármaco contra la obesidad denominado AMG 513, lo que permite reanudar las pruebas clínicas y avanzar en su evaluación. Desde la perspectiva de los analistas financieros, el desempeño de Amgen muestra un claro impulso en sus productos consolidados, aunque la incertidumbre persiste en torno a su cartera de crecimiento más reciente. La empresa ha identificado la obesidad como una área estratégica fundamental para sostener y aumentar el valor para los accionistas a mediano y largo plazo, dado el creciente interés en tratamientos innovadores para esta condición y su importante impacto en la salud pública. El contexto global y nacional desafía a las farmacéuticas a equilibrar la innovación científica con las dinámicas económicas y políticas que influyen en sus operaciones. Mientras la administración estadounidense explora mecanismos para fortalecer la manufactura domesticada y proteger a la industria nacional, Amgen ha manifestado con claridad que, para ellos, las políticas fiscales tienen mayor potencial para fomentar el crecimiento y la competitividad que la imposición de tarifas o impuestos aduaneros.
Con inversiones millonarias en nuevas plantas y ensayos clínicos prometedores en marcha, Amgen apunta a consolidar su posición como líder en biotecnología y contribuir activamente al desarrollo industrial de Estados Unidos. Su enfoque combina la innovación médica con estrategias financieras y operativas que buscan minimizar riesgos y maximizar resultados en un entorno globalizado y competitivo. Además, la experiencia reciente ha puesto en evidencia la importancia estratégica de mantener cadenas de suministro sólidas y confiables, especialmente en el sector farmacéutico, donde cualquier disrupción puede afectar el acceso a tratamientos esenciales. Por ello, las empresas y los gobiernos están reevaluando sus políticas para asegurar que el crecimiento industrial vaya de la mano con la estabilidad y la capacidad productiva regional. Amgen, bajo esta nueva visión, parece apostar por un equilibrio entre la expansión interna y la participación en el mercado global, apoyándose en políticas fiscales que incentiven la inversión y la innovación dentro de Estados Unidos.
Esta postura no solo favorece el aumento en la producción doméstica sino que también ofrece un marco más sostenible para la industria en el largo plazo. En resumen, el reporte financiero y las declaraciones de Amgen reflejan un momento clave para la empresa y para el sector farmacéutico estadounidense. La compañía exhibe resultados económicos sólidos, una estrategia clara para fomentar la manufactura nacional a través de incentivos fiscales y un compromiso firme con el desarrollo de terapias innovadoras que pueden transformar el tratamiento de enfermedades como la obesidad y la diabetes. Esta combinación de factores posiciona a Amgen como un referente en el panorama biotecnológico y económico, demostrando que políticas bien diseñadas pueden impactar positivamente en el crecimiento, la innovación y la competitividad de la industria farmacéutica en Estados Unidos.