En el último cierre del mercado, Wall Street evidenció un avance notable, consolidando así su segunda semana consecutiva de ganancias. Este comportamiento positivo responde en gran medida a la publicación de datos económicos alentadores provenientes de Estados Unidos, junto con señales de una posible distensión en las tensiones comerciales que han marcado las relaciones entre Washington y Pekín durante los últimos años. El informe laboral estadounidense reveló que la economía sumó aproximadamente 177,000 empleos en abril, superando las expectativas del mercado. Además, la tasa de desempleo se mantuvo estable en un 4.2%, cifra que refleja una estabilidad relativa en el mercado laboral pese a las complejidades económicas.
Estos números han contribuido a disipar ciertos temores sobre una desaceleración económica significativa, especialmente tras un informe previo del Departamento de Comercio que había mostrado una contracción del Producto Interno Bruto (PIB) por primera vez en tres años. Esta contracción se había atribuido en gran parte al impacto de las tarifas arancelarias que incentivaron una entrada masiva de importaciones. Diversos analistas financieros han interpretado estos indicios con cautela. Talley Leger, estratega en jefe de The Wealth Consulting Group, destacó que aunque el mercado respondió favorablemente al reporte de empleo, hay una desaceleración en el crecimiento del empleo que merece atención y discusión por parte de expertos y participantes del mercado. Este freno, según Leger, resulta algo inesperado dado que se esperaba una ralentización más marcada tras la implementación de nuevos aranceles.
En el plano internacional, la situación comercial entre Estados Unidos y China se mantiene como uno de los factores clave que inciden en la volatilidad e incertidumbre del mercado. Sin embargo, noticias recientes indican que China está considerando la propuesta estadounidense para entablar conversaciones respecto a los aranceles impuestos por la administración Trump, que llegaron a un exorbitante 145% en algunos productos importados desde el gigante asiático. Esta posible apertura al diálogo representa un rayo de esperanza para los inversionistas, quienes han experimentado episodios de altibajos dolorosos debido a la prolongada guerra comercial entre las dos mayores economías del mundo. Las tensiones y las respuestas arancelarias recíprocas han impactado diversas industrias y generado preocupaciones sobre el crecimiento económico global. Desde el punto de vista bursátil, la acción de revertir al menos parcialmente algunos de estos aranceles ha contribuido significativamente a la recuperación de los principales índices de Wall Street que habían sufrido caídas tras los anuncios arancelarios iniciales de principios de abril.
El índice S&P 500, en particular, logró borrar las pérdidas acumuladas desde el 2 de abril, mostrando una ganancia acumulada del 0.3% desde entonces. De igual forma, el Nasdaq, con un fuerte componente tecnológico en su composición, se cotizó en niveles previos a aquel fatídico anuncio. La racha positiva también se reflejó en la consistencia de las ganancias diarias. El S&P 500 registró su novena sesión consecutiva con rendimientos positivos, igualando una serie similar observada en 2004, mientras que el Dow Jones Industrial Average alcanzó una racha ganadora de nueve días, algo que no se veía desde diciembre de 2023.
Durante esa semana, los avances fueron del 2.9% para el S&P 500, del 3% para el Dow y un 3.43% para el Nasdaq, poniendo de manifiesto un robusto comportamiento conjunto en los principales indicadores. Dentro de la jornada de ganancias, el Dow Jones subió 564.47 puntos, resultado que representó un incremento del 1.
39%, situándose así en los 41,317.43 puntos. El S&P 500 agregó 82.54 puntos para cerrar en 5,686.68, y el Nasdaq Composite escaló 266.
99 puntos, alcanzando 17,977.73. Observadores del mercado como Thomas Hayes, presidente de Great Hill Capital en Nueva York, interpretaron estos resultados como una señal clara de que la economía estadounidense es más fuerte y resiliente de lo que muchos anticipaban. Esto a pesar de los miedos persistentes que generan las políticas arancelarias y las posibles repercusiones en el crecimiento económico. No obstante, no todos los sectores se vieron beneficiados de manera uniforme.
Un caso paradigmático fue el de Apple, que cerró la jornada con una caída cercana al 4%. La multinacional tecnológica recortó su programa de recompra de acciones en 10,000 millones de dólares, lo que generó inquietudes en los mercados. Además, el CEO Tim Cook advirtió que las tarifas podrían sumar hasta 900 millones de dólares en costos durante el trimestre, reflejando el impacto tangible que la guerra comercial aún tiene sobre las operaciones y resultados de las grandes corporaciones. A nivel microeconómico, esta situación añade capas complejas para los inversores que deben evaluar el balance entre ganancias sólidas del mercado laboral y los costes adicionales impuestos por las disputas comerciales. Por otro lado, la incertidumbre sobre la marcha de las conversaciones entre Estados Unidos y China sigue siendo un factor crucial para proyectar el comportamiento futuro de los mercados.
En esta dinámica, la atención también se centra en las futuras decisiones que puedan emprender ambas potencias para mitigar las barreras comerciales. Un arreglo o hasta un acuerdo parcial podría generar un estímulo adicional para las bolsas, aliviando presiones y facilitando el comercio bilateral. Además, el contexto global no debe ser pasado por alto, pues la interconexión de las economías hace que cualquier cambio en la relación EE.UU.-China tenga repercusiones en mercados internacionales, cadenas de suministro y flujos financieros.
De esta manera, los movimientos en Wall Street son un reflejo no solo de la economía estadounidense, sino también de la salud y expectativas del sistema económico global en su conjunto. En conclusión, la combinación de resultados económicos robustos y indicios de una posible negociación entre Washington y Pekín mantiene a Wall Street en una senda alcista en el corto plazo. Sin embargo, la cautela sigue siendo necesaria dada la naturaleza cambiante y, en ocasiones, imprevisible de las políticas comerciales. Los inversores, analistas y actores del mercado observan de cerca cada señal, sabiendo que el equilibrio entre crecimiento económico y tensiones geopolíticas será fundamental para determinar la dirección futura de los mercados financieros.