La reproducibilidad es uno de los pilares fundamentales de la ciencia moderna, y su ausencia representa un desafío crucial para la credibilidad y el avance del conocimiento científico. Recientemente, un ambicioso proyecto coordinado en Brasil ha puesto en evidencia una alarmante tasa de fracaso en la replicación de estudios biomédicos, lo que plantea interrogantes serios sobre la fiabilidad de muchas investigaciones en esta área crucial. El Proyecto Brasileño de Reproducibilidad, iniciado en 2019 por investigadores de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), involucró a más de 50 equipos de investigación y a 213 científicos en 56 laboratorios de todo Brasil. Este esfuerzo sin precedentes se propuso examinar la reproducibilidad de experimentos seleccionados de manera aleatoria en tres métodos comunes en la investigación biomédica: un ensayo de metabolismo celular, una técnica para amplificar material genético y una prueba de laberinto para roedores. Lo novedoso de este estudio radica en que no se centró en un área específica del conocimiento, ni en la importancia percibida de los resultados o en el impacto bibliométrico de los artículos, sino en los métodos empleados, lo que permitió evaluar la reproducibilidad desde un enfoque metodológico más amplio.
La muestra seleccionada abarcó artículos publicados entre 1998 y 2017, cuyos autores tenían al menos la mitad de sus miembros afiliados a instituciones brasileñas. Los resultados, publicados inicialmente en la plataforma bioRxiv en abril de 2025, son preocupantes: menos del 50% de los experimentos pudieron ser replicados con éxito por los equipos participantes y solo el 21% cumplió con la mayoría de los criterios establecidos para considerar un experimento reproducible. Además, se observó que los efectos reportados en los estudios originales eran, en promedio, un 60% mayores que los obtenidos en los intentos de replicación. Esto sugiere que los resultados inicialmente publicados pueden sobreestimar la magnitud de sus hallazgos. Este fenómeno no es exclusivo de Brasil; otras iniciativas internacionales han mostrado resultados similares, reflejando una crisis global en la reproducibilidad científica.
Sin embargo, el estudio brasileño aporta una perspectiva única al focalizar su análisis en métodos específicos y en la producción científica de un país en particular, lo que facilita la identificación de problemas estructurales y culturales dentro de ese contexto. La reproducibilidad baja no solo afecta la confianza en la ciencia, sino que también repercute en la eficiencia y la inversión en investigación. Estudios que no pueden ser replicados provocan desperdicio de recursos, retrasan el desarrollo de tratamientos y tecnologías, y pueden generar desinformación en la comunidad médica y el público general. Varios factores contribuyen a esta crisis. Entre ellos se encuentran la presión por publicar resultados positivos, sesgos sistemáticos en el diseño experimental, falta de detalles metodológicos en la publicación, errores estadísticos y la falta de estandarización en los protocolos.
En el caso del proyecto brasileño, también se destacó cómo las dificultades logísticas durante la pandemia de COVID-19 y las diferencias en la interpretación de los protocolos entre laboratorios complicaron aún más la tarea de replicación. Además, la sobreestimación del tamaño del efecto en los estudios originales podría deberse a prácticas como la “selección de resultados”, donde solo se reportan los hallazgos más favorables, o a pequeños tamaños muestrales que aumentan la probabilidad de resultados falsos positivos o exagerados. También puede existir un sesgo de publicación, favoreciendo la difusión de resultados llamativos frente a aquellos que no encuentran efectos significativos. Frente a este panorama, los investigadores responsables del proyecto hacen un llamado urgente a implementar reformas profundas tanto en políticas públicas como en las prácticas académicas. La adopción de estándares más rigurosos para el diseño experimental, la preregistración de estudios, la mejora en la transparencia de los datos y la promoción de la publicación de resultados negativos o nulos son algunas de las recomendaciones clave.
Las instituciones académicas y científicas tienen también un papel esencial en la formación y evaluación de los investigadores, promoviendo una cultura que valore la calidad y la replicabilidad sobre la cantidad de publicaciones. El fomento a la colaboración interdisciplinaria y al trabajo en equipo, así como la inversión en infraestructura y recursos para la replicación de estudios, pueden ser pasos decisivos para mejorar la confianza en la producción científica. Por otro lado, la comunidad científica global observa con atención los resultados de este proyecto, ya que son un reflejo de problemas sistémicos que atraviesan la investigación biomédica en distintas regiones. En este sentido, Brasil puede aprovechar esta experiencia para liderar iniciativas regionales y convertirse en un modelo de cómo enfrentar la crisis de reproducibilidad mediante una acción coordinada y transparente. La pandemia de COVID-19, con sus múltiples desafíos logísticos y científicos, evidenció la necesidad imperiosa de producir ciencia confiable y replicable que sustente la toma de decisiones en salud pública.
En este contexto, la reproducibilidad no es solo un tema académico, sino un requisito esencial para salvar vidas y garantizar la efectividad de las intervenciones médicas. En conclusión, el Proyecto Brasileño de Reproducibilidad ha puesto en primer plano una crisis que amenaza la integridad y el progreso de la investigación biomédica. La baja tasa de validación de estudios y la sobreestimación recurrente del efecto observado deben ser abordadas con estrategias multisectoriales que implican cambios culturales, metodológicos y políticos. Solo con un compromiso colectivo será posible restaurar la confianza en la ciencia y asegurar que sus contribuciones sean sólidas, útiles y duraderas para la sociedad. La ciencia necesita no solo avanzar, sino también ser capaz de reconstruir y avalar sus propios cimientos.
La reproducibilidad es, en esencia, una garantía de que el conocimiento es verdadero y confiable. Es momento de que Brasil y el mundo afronten este reto con determinación y creatividad, para que la investigación biomédica cumpla plenamente con su misión de mejorar la vida humana.