El incidente del Mayaguez, ocurrido entre el 12 y el 15 de mayo de 1975, es considerado por muchos historiadores como la última batalla relacionada con la Guerra de Vietnam, aunque tuvo lugar después de la caída de Saigón y la victoria de los comunistas en Vietnam. Este acontecimiento involucró la captura del buque mercante estadounidense SS Mayaguez por parte de los Khmer Rouge, el régimen comunista que había tomado el control de Camboya, entonces llamada Kampuchea, apenas un mes antes. El contexto político y militar en el Sudeste Asiático estaba estremecido. La caída de Saigón el 30 de abril de ese año dejó claro que la Guerra de Vietnam había llegado a su fin con la derrota de las fuerzas respaldadas por Estados Unidos. Paralelamente, el régimen Khmer Rouge, liderado por Pol Pot, consolidó su poder tras la captura de Phnom Penh el 17 de abril de 1975.
La combinación de estos eventos produjo tensiones en la zona, especialmente en las aguas territoriales disputadas entre Camboya y Vietnam. La disputa sobre la soberanía marítima en el Golfo de Tailandia fue un factor crucial que desencadenó la crisis. Camboya había extendido su zona marítima hasta 12 millas náuticas, una medida no reconocida por Estados Unidos, que consideraba válidas apenas 3 millas náuticas de aguas territoriales. En este escenario, las patrullas del Khmer Navy comenzaron a realizar interceptaciones y detenciones de embarcaciones extranjeras sospechosas, temiendo que el espionaje o el apoyo a enemigos internos estuvieran ocurriendo en su territorio marítimo. El SS Mayaguez, un buque mercante estadounidense propiedad de Sea-Land Service Inc.
, navegaba desde Hong Kong hacia Tailandia cuando fue interceptado el 12 de mayo de 1975 cerca de la isla Poulo Wai, en aguas disputadas. El buque fue hostigado y finalmente abordado por soldados Khmer Rouge, quienes tomaron a la tripulación como rehenes. Aunque en informes posteriores se discutió si el Mayaguez estaba dentro de aguas internacionales o territoriales camboyanas al momento del incidente, el hecho generó una crisis internacional inmediata al no existir comunicación diplomática entre Estados Unidos y el régimen Khmer Rouge. La reacción del gobierno estadounidense bajo la presidencia de Gerald Ford fue rápida y fue definida por la necesidad de proyectar fuerza y resolver la crisis con decisión después de las derrotas recientes en Vietnam y Camboya. La percepción del incidente era que no actuar podría debilitar la imagen y credibilidad de Estados Unidos en un mundo todavía marcado por la Guerra Fría, especialmente ante adversarios y aliados estratégicos.
El Secretario de Estado Henry Kissinger intentó inicialmente solucionar el problema por vías diplomáticas, incluso solicitando la intermediación de China para presionar a los Khmer Rouge. Sin embargo, la falta de cooperación y la negativa de Camboya a liberar al Mayaguez y su tripulación llevaron a la planificación de una operación militar. Desde el punto de vista militar, el desafío fue inmediato y complejo. Se desplegaron rápidamente aviones de reconocimiento, barcos de guerra y fuerzas de infantería marina para localizar, capturar y rescatar el Mayaguez y sus tripulantes. La operación llevó a un asalto conjunto, principalmente de infantes de marina estadounidenses, para recuperar el buque y atacar la isla de Koh Tang, donde se creía que los rehenes estaban detenidos.
Las fuerzas terrestres estadounidenses fueron sorprendidas por la fuerte resistencia del Khmer Rouge en Koh Tang, un territorio selvático y estratégicamente fortificado. El enfrentamiento provocó la destrucción de varios helicópteros y la pérdida de vidas humanas, incluidos los trágicos casos de tres marines que fueron dejados atrás y posteriormente ejecutados por los Khmer Rouge, un hecho que conmocionó a los Estados Unidos y sigue siendo un símbolo doloroso para los veteranos de la guerra. Curiosamente, la tripulación del Mayaguez fue liberada poco después de iniciada la operación militar, siendo trasladada a la isla de Koh Rong Sanloem antes de poder regresar al control estadounidense. Esta liberación se produjo en medio de una confusión significativa en el mando estadounidense, que desconocía el paradero exacto de los rehenes en el momento del asalto. La operación para recuperar el Mayaguez y combatir en Koh Tang fue criticada por la falta de inteligencia precisa, la prisa en ejecutar el rescate y los problemas de coordinación entre ramas militares.
Sin embargo, tuvo un impacto psicológico fuerte en la política exterior de Estados Unidos, reafirmando la voluntad del país para responder ante actos percibidos como agresiones hacia sus ciudadanos y recursos. En las semanas posteriores, las autoridades estadounidenses evaluaron en profundidad las consecuencias del incidente. Por un lado, la operación permitió mostrar un nivel de capacidad militar y decisión política tras el agotamiento de la participación en Vietnam. Por otro lado, las bajas y las pérdidas materiales generaron críticas internas y controversias sobre la gestión del conflicto. La crisis también tuvo repercusiones en la región.
La fuerza militar de los Khmer Rouge se debilitó temporalmente debido a los ataques aéreos y navales estadounidenses que destruyeron una parte importante de su flota y equipo militar, afectando su capacidad para confrontar a Vietnam, con quien mantenían disputas territoriales. En Tailandia, país vecino utilizado como base aérea para la operación, el uso de instalaciones militares estadounidenses sin consentimiento explícito desató protestas y tensiones diplomáticas. Esto aceleró la retirada estadounidense de sus bases aéreas en territorio tailandés y modificó el equilibrio estratégico en la región. Entre las lecciones más importantes del incidente del Mayaguez está la necesidad de contar con información de inteligencia precisa y confiable para evitar pérdidas humanas y errores tácticos en operaciones militares. Además, el evento evidenció la complejidad de manejar situaciones de crisis en territorios sin acuerdos diplomáticos previos o canales de comunicación efectivos.
Desde el punto de vista conmemorativo, el incidente dejó una marca indeleble en la memoria de los veteranos de la Guerra de Vietnam y en la historia militar estadounidense. Los nombres de los fallecidos en el rescate del Mayaguez figuran en el Vietnam Veterans Memorial, y varias condecoraciones se otorgaron a quienes participaron en la operación, incluidos cruces del aire y medallas por actos de valentía. En los años siguientes, el gobierno estadounidense y diversas organizaciones realizaron esfuerzos arqueológicos y de búsqueda para localizar los restos de marines caídos y desaparecidos durante la operación, un proceso que a menudo fue doloroso para las familias y marcó la importancia de honrar a los soldados caídos. Aunque el Mayaguez no formó parte oficial de la Guerra de Vietnam, su conexión con el contexto final del conflicto y su complejidad militar y diplomática lo convierten en un estudio notable para especialistas en historia, relaciones internacionales y defensa. Hoy en día, el incidente del Mayaguez es recordado como un acto de determinación militar en un momento complicado de la historia global, donde el cambio geopolítico y los conflictos locales se entrelazaron en una batalla breve pero decisiva.
La comprensión profunda de este evento ayuda a valorar las consecuencias de la política exterior, los riesgos de la intervención militar y los sacrificios asociados a la guerra. A cinco décadas del incidente, el Mayaguez continúa siendo un ejemplo de las dificultades inherentes en operaciones de rescate en zonas conflictivas, destacando la necesidad de preparación, coordinación y gestión adecuada de riesgos en escenarios militares internacionales.