En un mundo financiero que evoluciona rápidamente, la integración de activos digitales en el sistema bancario tradicional se perfila como un desarrollo crucial para el futuro de las transacciones internacionales. A partir de 2025, los principales bancos globales han anunciado planes para probar en vivo transacciones con activos digitales utilizando el sistema de mensajería SWIFT, anticipándose a una nueva era en la que las monedas digitales y otros valores tokenizados coexistirán de manera fluida con las formas de dinero convencionales. La organización SWIFT, conocida por ser la columna vertebral de la comunicación financiera mundial, ha estado explorando activamente la forma de integrar activos digitales y monedas emitidas por bancos centrales (CBDCs) en su red. En este esfuerzo, se espera que la cooperación de los bancos más grandes del mundo facilite pruebas de transacciones y demuestre cómo se pueden realizar operaciones con varios tipos de activos de manera simultánea y segura. El anuncio de esta iniciativa llega en un momento en que se está dando un fuerte impulso a la exploración y adopción de las monedas digitales.
Según cifras recientes, más de 134 países están investigando la posibilidad de emitir sus propias CBDCs. Además, se prevé que el mercado de activos tokenizados alcance la asombrosa cifra de 16 billones de dólares para 2030. Este crecimiento exponencial está acompañado por el aumento de plataformas de intercambio que, aunque innovadoras, han contribuido a crear un entorno fragmentado donde distintas tecnologías de activos digitales operan en "islas digitales". La meta de SWIFT es actuar como un conector entre estos diversos sistemas, permitiendo que se realicen transacciones de activos digitales y monedas sin problemas, a la par que las monedas tradicionales. A través de una única ventana de acceso para instituciones financieras, SWIFT busca simplificar el proceso de transacción, eliminando los obstáculos que hoy en día entorpecen la integración de las nuevas formas de dinero con el sistema financiero existente.
Tom Zschach, Chief Innovation Officer de SWIFT, enfatizó la importancia de esta iniciativa al afirmar que “si los activos digitales y las monedas quieren tener éxito a nivel global, es fundamental que puedan coexistir sin problemas junto con las formas de dinero convencionales”. Para lograr esto, SWIFT ya ha demostrado su capacidad para realizar transferencias de valores tokenizados a través de las principales blockchains, tanto públicas como privadas, y ahora está enfocándose en cómo realizar pruebas en entornos reales de uso común. Las pruebas están programadas para centrarse en varios casos de uso, incluyendo pagos, divisas, transacciones de valores y comercio, permitiendo que las transacciones de entrega contra pago (DvP) y pago contra pago (PvP) sean posibles. Esto representa un paso crucial hacia un sistema financiero más integrado, donde diferentes tipos de activos pueden intercambiarse de manera efectiva en un solo marco, lo que refuerza la competitividad y la eficiencia en los mercados globales. Como parte de estas iniciativas, SWIFT también ha sido seleccionada para participar en Project Agorá, una colaboración con el Banco de Pagos Internacionales (BIS) que busca explorar la integración de depósitos tokenizados en bancos comerciales y grandes CBDCs en una plataforma unificada.
Esta colaboración es testimonio de la creciente importancia de los activos digitales en la conversación económica y financiera global. El ecosistema de activos digitales está en una fase crítica de desarrollo. A medida que las instituciones financieras buscan evolucionar y adaptarse a una realidad en la que más y más transacciones se realizan mediante criptomonedas y otros activos digitales, el éxito de estas iniciativas dependerá en gran medida de la capacidad para establecer marcos regulatorios y operativos que garanticen la seguridad y la eficiencia. La respuesta del mercado a este anuncio ha sido en gran medida positiva. Las instituciones financieras, que han sido históricamente cautelosas respecto a la adopción de tecnologías no convencionales, ahora reconocen que la integración de activos digitales puede ofrecer oportunidades significativas para mejorar la eficiencia operativa y reducir costos.
Sin embargo, también expresan preocupaciones sobre cuestiones de seguridad y la necesidad de asegurar un marco regulatorio claro y conciso. Al mismo tiempo, la inclusión de tecnologías emergentes como la blockchain en el tejido del sistema financiero internacional no se limita solo a SWIFT. Otras plataformas y redes están emergiendo, cada una buscando su espacio en un mercado que se mueve rápidamente. A medida que la competencia aumenta, la colaboración entre instituciones se convierte en un factor crucial. Es allí donde los esfuerzos de SWIFT para establecer una red integrada podrían jugar un papel fundamental en la creación de un ecosistema financiero más cohesionado y eficiente.
A largo plazo, el impacto de la digitalización en las finanzas globales podría ser monumental. La capacidad de realizar transacciones a través de diferentes plataformas y monedas tendría el potencial de reducir las ineficiencias que han caracterizado al sistema financiero tradicional durante décadas. Asimismo, la inclusión de activos digitales en este entorno podría abrir nuevas oportunidades para inversión, comercio y financiamiento. Mientras el mundo se prepara para este cambio significativo, se vuelve evidente que la colaboración entre instituciones, reguladores y desarrolladores de tecnología será crucial para asegurar un progreso armonioso. La industria debe trabajar para construir confianza, educar a los participantes del mercado y establecer prácticas de mejores que apoyen la resiliencia y la integridad del sistema financiero.
A medida que nos acercamos a 2025 y se inician las pruebas en vivo de transacciones con activos digitales a través de SWIFT, los ojos del mundo financiero estarán puestos en este esfuerzo pionero. Cada prueba, cada transacción, será un paso hacia un futuro donde la digitalización y la innovación transformarán cómo las personas y las empresas interactúan económicamente. Con cada avance, se nos recuerda que el futuro de las finanzas es digital, y que la clave para desbloquear este futuro está en la colaboración y la innovación continua.