En los últimos días, Ethereum (ETH) ha sido protagonista de una caída del 7% en su cotización, reflejando la persistencia de una presión bajista significativa en el mercado de criptomonedas. Esta corrección ocurre a pesar de un anuncio reciente sobre una pausa temporal de 90 días en las tarifas arancelarias por parte del ex presidente Donald Trump, lo cual inicialmente generó cierto optimismo en los inversores, pero que no fue suficiente para contrarrestar los indicadores técnicos negativos que persisten. Esta situación plantea dudas sobre si Ethereum podrá sostener una recuperación sostenida o si continuará en un ciclo de corrección profunda. Los indicadores técnicos juegan un papel crucial para comprender el comportamiento actual de Ethereum. En particular, el BBTrend, un indicador basado en la volatilidad que mide la fuerza y dirección de una tendencia utilizando las Bandas de Bollinger, se mantiene en valores negativos, aunque con una leve mejora.
Actualmente, el BBTrend se sitúa en -18, lo que indica un dominio de la presión vendedora, aunque no tan intensa como días antes cuando alcanzó un nivel cercano a -22. Para revertir esta situación, Ethereum necesitaría que este indicador aproximara valores neutros o positivos, señalando un cambio firme hacia condiciones alcistas. Sin embargo, por el momento, el indicador sigue reflejando una tendencia bajista predominante en las sesiones recientes. Otro factor de suma importancia es la actividad de los llamados «ballenas» o grandes poseedores de Ethereum, quienes controlan entre 1,000 y 10,000 ETH en sus billeteras. Estas ballenas pueden influir notablemente en el mercado a través de movimientos significativos, ya sea acumulando durante las caídas o realizando ventas para captar ganancias.
Durante los últimos días, la cantidad de estas carteras alcanzó un pico momentáneo de 5,382, pero tras ese pequeño repunte se ha estabilizado en torno a 5,376, indicando una actitud de espera por parte de estos inversores de alto perfil. Esta estabilidad sugiere prudencia y falta de convicción lo suficientemente fuerte como para impulsar un impulso alcista significativo. Sin un renovado interés acumulativo de parte de las ballenas, será complicado que Ethereum pueda salir de su zona de desgaste técnico actual. El análisis de las medias móviles exponenciales (EMA) también revela un escenario dominado por la presión vendedora. La estructura bajista de estas medias móviles sigue vigente, con promedios a corto plazo situados por debajo de los valores a largo plazo, una señal clásica de tendencia descendente en la acción del precio.
Esta configuración suele indicar que, pese a eventuales rebotes, la sensación general en el mercado es de debilidad y vulnerabilidad a caídas adicionales. Por ello, mientras no se produzca un aumento considerable en el volumen de compra que modifique esta estructura técnica, es probable que Ethereum mantenga su trayectoria correctiva. Aunque el reciente anuncio sobre la pausa en los aranceles supuso un estímulo temporal que llevó a un rebote del 5%, no se ha traducido en un cambio de tendencia consolidado. La clave para que Ethereum pueda aspirar a un repunte sostenible será superar niveles de resistencia que han sido identificados por analistas técnicos, particularmente el nivel de los $1,749. Un cierre sólido por encima de este umbral podría abrir la puerta a una posible recuperación hasta los $1,954 e incluso alcanzar la zona de $2,100, motivado también por factores macroeconómicos como la reciente aprobación por parte de la SEC de opciones de trading sobre el ETF de Ethereum gestionado por BlackRock.
Sin embargo, si esta presión alcista no logra afianzarse, la criptomoneda corre el riesgo de reiniciar una fase correctiva profunda. Un soporte clave se encuentra alrededor de los $1,412; si este nivel es vulnerado, ETH podría descender aún más, rozando niveles inferiores a $1,400 y posiblemente revisitando valores cercanos a $1,300. Este escenario no sería inusual, considerando el entorno actual, en el que factores técnicos y geopolíticos generan incertidumbre y volatilidad en los mercados. Desde una perspectiva más amplia, el contexto de las criptomonedas en 2025 sigue siendo complejo. Los mercados han mostrado altibajos marcados, y la incertidumbre regulatoria, combinada con eventos macroeconómicos globales, sigue afectando significativamente las fluctuaciones de precios.
Ethereum, como protagonista de la segunda mayor capitalización del ecosistema cripto, no está exento de esta dinámica, y se encuentra especialmente sensible a señales técnicas y movimientos de grandes jugadores. La estabilidad o recuperación de Ethereum dependerá en buena medida de la recuperación del volumen y la confianza de los inversores. Para ello, es vital observar de cerca la reanudación de incrementos en la acumulación de ballenas y la posición del BBTrend, así como una mejora en otros indicadores técnicos fundamentales. Será igualmente crucial la evolución de factores externos, tales como decisiones regulatorias, adopción institucional y desarrollos tecnológicos en la red Ethereum, que podrían actuar como catalizadores para un cambio significativo en la tendencia. En conclusión, Ethereum se encuentra en un punto crítico que definirá su trayectoria en el corto plazo.
A pesar de la caída reciente y las señales bajistas que dominan el mercado técnico, algunos indicios sugieren que la presión vendedora podría estar perdiendo fuerza paulatinamente. Sin embargo, para que esto se traduzca en un repunte sólido y sostenido, se requiere un aumento considerable en el volumen de compra y una mayor participación de las ballenas. De no ser así, la criptomoneda deberá prepararse para enfrentar una posible corrección a niveles más bajos, dentro de un ciclo de incertidumbre que puede marcar la pauta para todo el mercado cripto en los próximos meses. Mantener la vigilancia sobre los indicadores técnicos, la actividad de los grandes inversores, y los acontecimientos macroeconómicos será esencial para quienes operan o invierten en Ethereum.