La red de Ethereum, una de las principales plataformas de blockchain enfocadas en contratos inteligentes y aplicaciones descentralizadas, se prepara para un cambio crucial en su estructura técnica mediante la próxima bifurcación dura denominada Fusaka. El equipo central de desarrolladores está actualmente evaluando un aumento de hasta cuatro veces en el límite de gas de la capa 1, lo cual representa una mejora significativa en la capacidad de procesamiento de la red y tiene como objetivo abordar retos relacionados con la escalabilidad y eficiencia de las operaciones en Ethereum. Durante años, uno de los principales obstáculos para la adopción masiva de Ethereum ha sido la limitación en la cantidad de transacciones que pueden procesarse por bloque, dado que el límite de gas determina cuántas operaciones se pueden ejecutar simultáneamente. Actualmente, este límite se encuentra alrededor de 36 millones, una cifra que aunque ha incrementado con el tiempo, aún pone presión sobre la demanda creciente de la red, especialmente con el auge de aplicaciones descentralizadas, tokens no fungibles (NFT) y finanzas descentralizadas (DeFi). La propuesta para multiplicar hasta cuatro veces el límite de gas, llevada a cabo a través de la Propuesta de Mejora de Ethereum conocida como EIP 9678, fue introducida por Sophia Gold, desarrolladora del equipo de soporte del protocolo en la Fundación Ethereum.
El objetivo principal de esta iniciativa es incrementar el límite a 150 millones, lo que permitiría que cada bloque de Ethereum pueda incluir una cantidad mucho mayor de transacciones. Este cambio no es solo un número, sino que implica una reestructuración y revisión minuciosa de la infraestructura tecnológica. Los desarrolladores son conscientes de los riesgos y dificultades que conlleva una alteración tan profunda del ecosistema del gas, por lo que han planteado el aumento como uno de los “objetivos clave” para la bifurcación dura Fusaka, que se prevé se implemente a finales de 2025, luego de la actualización Pectra programada para mayo del mismo año. En reuniones recientes del equipo, como la All Core Devs Execution (ACDE), se destacó la importancia de sincronizar a todos los clientes de la red para que adopten este nuevo límite como valor predeterminado, garantizando así un despliegue uniforme y sin fricciones. Tim Beiko, desarrollador central de Ethereum, afirmó que aunque el aumento es un proceso poco convencional, no es inédito, haciendo referencia a otras propuestas que han ajustado parámetros similares en el pasado.
Una de las implicaciones técnicas más importantes que acompañan a esta propuesta es la identificación y corrección de posibles errores que surgirán en los clientes o nodos de Ethereum al manejar gas limits elevados. Esto implica un trabajo intenso por parte de los desarrolladores del nivel de ejecución para probar y estabilizar el sistema bajo la nueva carga. Se espera que, con el apoyo de esta propuesta formal incluida en la bifurcación dura, la comunidad pueda invertir los recursos necesarios para asegurar una transición exitosa. Para comprender mejor la relevancia de esta medida, es importante recordar que el gas es una unidad que mide la cantidad de trabajo computacional necesario para ejecutar operaciones en Ethereum. Un límite bajo en gas significa que solo se pueden procesar un número limitado de transacciones o contratos inteligentes por bloque, lo que puede resultar en costos más elevados y congestión de la red durante períodos de alta actividad.
Al aumentar este límite, se reduce la saturación y se mejora la experiencia del usuario al facilitar mayor volumen de operaciones en menos tiempo. La demanda de esta escalabilidad ha sido un tema recurrente en el ecosistema Ethereum, especialmente con proyectos que dependen de una ejecución rápida y económica. A pesar de que soluciones fuera de cadena, como las cadenas laterales (sidechains) y protocolos de capa 2, han ganado popularidad para aliviar la carga, el desarrollo de mejoras en la capa base sigue siendo fundamental para la robustez y seguridad de la red. El proceso de implementación incluye también la activación gradual de esta nueva capacidad, permitiendo a los validadores y operadores de nodos ajustar sus configuraciones y realizar las adaptaciones necesarias. La propuesta contempla que, pese a que los validadores son quienes establecen el límite de gas, la existencia de una EIP oficial para coordinar los valores predeterminados es esencial para mantener la coherencia y el orden dentro del ecosistema.
Desde que en 2021 el límite de gas se elevó anteriormente, la red ha registrado un promedio cercano a los 30 millones, un valor que ha permitido sostener el crecimiento pero que ahora se ve insuficiente para las ambiciones futuras. La medida actual proyecta un salto significativo, reflejando una apuesta por modernizar la red y prepararla para el futuro. El éxito de esta transición no solo depende de la parte técnica, sino también del consenso y la confianza entre usuarios, validadores y desarrolladores. La comunidad de Ethereum, caracterizada por su dinamismo y constante innovación, juega un rol clave en supervisar y apoyar estas actualizaciones, asegurando que los cambios se realicen sin afectar la seguridad ni la descentralización de la plataforma. En resumen, el aumento del límite de gas a niveles cuatro veces superiores representa un paso decisivo en la evolución de Ethereum, enfrentando el desafío de escalar su capa 1 sin sacrificar la estabilidad y seguridad.