La compañía alimentaria australiana Bega Group ha confirmado la clausura progresiva de su planta de procesamiento y envasado de quesos en Strathmerton, Victoria, como parte de un ejercicio estratégico de consolidación. Este movimiento forma parte de un plan más amplio para simplificar la estructura operativa de la empresa y preparar su infraestructura para competir a nivel global. El proceso de cierre se extenderá hasta mediados de 2026, cuando las funciones actuales que realiza la planta de Strathmerton serán transferidas a la ubicación de Ridge Street, en la ciudad de Bega, Nueva Gales del Sur. Esta reubicación no solo representa un cambio geográfico, sino un paso significativo hacia la modernización y optimización de las operaciones industriales de Bega Group. Pete Findlay, CEO de Bega Group, expresó que la decisión se tomó tras un extenso análisis con el objetivo de mejorar la productividad y facilitar el crecimiento de la empresa.
En palabras del propio directivo, la consolidación permitirá una infraestructura más competitiva a nivel mundial, algo fundamental para mantener la posición de liderazgo en un mercado cada vez más exigente y dinámico. Uno de los puntos más sensibles en este proceso es el impacto sobre los aproximadamente 300 empleados de la planta de Strathmerton. La empresa ha señalado que está comprometida a gestionar esta transición con la máxima atención, ofreciendo apoyo a los trabajadores afectados. Esto incluye intentos de recolocación interna dentro de la empresa y asistencia para mitigar los efectos del cierre, procurando mantener el respeto y la consideración hacia la comunidad local. Desde el punto de vista económico, la consolidación operativa busca eliminar duplicidades y reducir costos fijos, generando un ahorro anual estimado de 30 millones de dólares australianos, equivalentes a aproximadamente 19,4 millones de dólares estadounidenses.
Esta significativa reducción de gastos responde a una estrategia de eficiencia que persigue fortalecer la rentabilidad y sostenibilidad del negocio. No obstante, este cambio también implica ciertos costos únicos. Se espera un deterioro contable no monetario estimado entre 30 y 40 millones de dólares australianos, relacionado con los activos en Strathmerton, incluyendo edificios, maquinaria y equipos. Además, el proceso de cierre conllevará costos en efectivo de un rango similar, principalmente destinados a indemnizaciones por despidos para los empleados que no puedan ser reubicados. Para asegurar una transición óptima y que la planta de Ridge Street pueda absorber la totalidad de las operaciones derivadas del cierre, Bega Group destinará una inversión cercana a los 50 millones de dólares australianos.
Este capital se orientará a modernizar y ampliar las capacidades tecnológicas y de producción, consolidando un centro que potenciará la eficiencia y calidad en el procesamiento y envasado de quesos. La inversión en Ridge Street no solo significa un esfuerzo para mantener las operaciones, sino que también está ligada a la creación de empleo. Se prevé que esta modernización generará alrededor de 100 nuevos puestos de trabajo en el Valle de Bega, aportando dinamismo y oportunidades a esta región. Desde una perspectiva financiera, Bega Group anticipa que una vez completada la consolidación, el beneficio por acción experimentará una mejora de dos centavos australianos. Este dato refleja la confianza de la empresa en que la reestructuración no solo es positiva desde el punto de vista operativo, sino que incidirá favorablemente en la rentabilidad para sus accionistas.
Cabe destacar que durante el proceso de transición, Bega Group ha garantizado que no habrá impacto en el suministro de sus productos de queso al mercado. La continuidad en la oferta es clave para mantener la fidelidad de sus clientes y su presencia en un sector altamente competitivo. Aunque la planta de Strathmerton dejará de operar, Bega Group mantendrá una destacada actuación en el estado de Victoria, donde posee otras cinco instalaciones manufactureras en ubicaciones como Tatura, Morwell, Chelsea, Koroit y Port Melbourne. Esta red de fábricas asegura la solidez de la empresa en un mercado regional que es estratégico para sus operaciones. Este ejercicio de consolidación refleja una tendencia creciente en la industria alimentaria hacia la optimización y modernización.
El mercado global exige a los productores eficiencia, flexibilidad y tecnología avanzada, factores que Bega Group está adoptando para asegurar su crecimiento y competitividad futura. Además, la decisión de cerrar una planta histórica como la de Strathmerton no se toma a la ligera y refleja un enfoque pertinente hacia las dinámicas del sector. La empresa busca equilibrar la necesidad de reducir costos con el compromiso social y el respeto por sus empleados y comunidades locales. En conclusión, el cierre de la planta de Strathmerton y la inversión en Ridge Street son movimientos estratégicos que buscan fortalecer la posición de Bega Group en el mercado nacional e internacional. La consolidación apunta a una mayor eficiencia operativa, reducción de costos y modernización tecnológica, con un cuidado especial por el impacto social y económico.