Rivian, uno de los fabricantes más prometedores en el sector de vehículos eléctricos (EV), ha anunciado resultados financieros correspondientes al primer trimestre de 2025 que, aunque muestran avances en términos de ganancias brutas, revelan preocupaciones respecto a la creciente presión que las tarifas comerciales podrían ejercer sobre su rentabilidad. A pesar de conseguir una segunda consecutiva de ganancias brutas, la empresa estadounidense enfrenta un panorama complejo frente a las políticas arancelarias impuestas recientemente, originadas en gran medida por la administración del expresidente Donald Trump, que afectan distintos componentes esenciales para la fabricación de sus vehículos. El CEO de Rivian, RJ Scaringe, destacó la importancia de alcanzar un récord en ganancias brutas, situándolas en 206 millones de dólares durante el trimestre, un dato que superó las expectativas de los analistas. Este logro fue posible gracias a la consolidación de sus operaciones y la expansión de su fábrica en Normal, Illinois, junto con la validación en curso del modelo R2. Sin embargo, aunque este progreso es un indicativo de la creciente madurez de Rivian como fabricante, la sombra de las tarifas comerciales aumenta la incertidumbre sobre su capacidad para mantener esta tendencia positiva.
Las tarifas sobre autopartes y materiales clave, tales como acero, aluminio y componentes electrónicos, incluyendo baterías, han forzado a Rivian a elevar sus proyecciones de gastos de capital para 2025, pasando de un rango original de entre 1.6 y 1.8 mil millones de dólares a ahora estimarse entre 1.8 y 1.9 mil millones.
Este aumento se debe principalmente a los costos adicionales que supone la imposición de aranceles, a pesar de que Rivian fabrica el 100% de sus vehículos en Estados Unidos y obtiene la mayoría de sus componentes a través de proveedores estadounidenses o bajo el Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (USMCA). Esto demuestra que, aunque la empresa tiene una cadena de suministro localizada y relativamente protegida, no puede evitar completamente el impacto de la política comercial internacional. Además de los costos directos, Rivian también ha ajustado su pronóstico de entregas para el año 2025, reduciendo la cantidad esperada de vehículos vendidos desde un rango de 46,000 a 51,000 unidades hasta un nuevo rango de entre 40,000 y 46,000 unidades. Esta disminución refleja el efecto potencial que tienen las tarifas sobre la demanda del consumidor, que puede verse afectada por aumentos en los precios finales de los vehículos o incertidumbre económica general. La presión al alza en los costos también plantea el reto de mantener una estructura competitiva en un mercado cada vez más complejo, donde rivales como Tesla y Lucid continúan expandiéndose.
A pesar de estas dificultades, Rivian ha logrado asegurar inversiones clave que reflejan la confianza de socios estratégicos en su futuro. La empresa anunció que logró cumplir con el hito de ganancias brutas trimestrales, lo cual gatilló el desembolso adicional de mil millones de dólares en inversiones por parte del Grupo Volkswagen, como parte de un acuerdo conjunto. Este capital fresco, esperado para fines de junio, será vital para financiar los planes de expansión, innovación y para mitigar el impacto de los costos adicionales que representan las tarifas. El director financiero de Rivian, Claire McDonough, también aportó tranquilidad a los analistas al mencionar que la compañía ha acumulado un inventario suficiente de celdas de baterías para sostener su producción hasta comienzos de 2026. Esta estrategia no solo busca amortiguar riesgos relacionados con la cadena de suministro, sino que también muestra un movimiento hacia la resiliencia frente a las fluctuaciones del mercado global.
De hecho, Rivian manifiesta que varias baterías que actualmente importan desde Corea del Sur, a través de su proveedor LG, serán fabricadas localmente en Arizona en un futuro próximo, lo que reducirá la vulnerabilidad a las tarifas y mejorará la eficiencia logística. Desde la perspectiva financiera, Rivian reportó ingresos de 1.240 millones de dólares para el primer trimestre, superando ligeramente las estimaciones de Bloomberg, que habían proyectado 981 millones. Además, la compañía redujo su pérdida ajustada por acción a 0.41 dólares, mucho menor que la estimación previa de 0.
79 dólares. El EBITDA ajustado mostró una pérdida de 329 millones de dólares, también mejor de lo esperado. Estos datos reflejan que Rivian continúa mejorando su gestión de costos y eficiencia operativa, logrando avances importantes en un sector que demanda inversiones sustanciales. Sin embargo, se debe considerar el efecto que tienen las tarifas sobre el costo total de fabricación por vehículo. Los aumentos en el bill of materials (BOM) implican que cada automóvil encarecerá sus componentes, erosionando los márgenes y obligando a la empresa a buscar nuevas estrategias de reducción de costos.
La capacidad de Rivian para obtener compensaciones o “offsets” por algunos aranceles en partes importadas ayudará a mitigar parcialmente este efecto, pero no elimina el desafío de fondo. El entorno económico global y las políticas comerciales juegan un papel crucial en la dinámica competitiva de Rivian. Aunque la empresa goza de una estructura industrial localizada en Estados Unidos, el mercado automotriz es global y está influenciado por múltiples factores externos, incluyendo fluctuaciones en los precios de materiales, incertidumbre en las cadenas de suministro y variaciones en la demanda de consumidores que dependen del contexto macroeconómico. En este escenario, la capacidad de Rivian para adaptarse a estos cambios será determinante para su éxito a mediano plazo. Mirando hacia adelante, Rivian debe equilibrar sus planes ambiciosos con la realidad de un entorno de costos más elevado debido a las tarifas.
La empresa continúa enfocada en expandir su capacidad manufacturera, innovar en diseño y tecnología de vehículos eléctricos, y fortalecer su red de socios estratégicos. Al mismo tiempo, deberá mantener la disciplina financiera para evitar que las pérdidas ajustadas aumenten más allá de lo proyectado para 2025, que se encuentra en un rango entre 1.7 y 1.9 mil millones de dólares. En conclusión, aunque Rivian ha mostrado señales alentadoras en su desempeño del primer trimestre y ha logrado atraer inversiones estratégicas significativas, la imposición de tarifas comerciales sigue siendo un factor de riesgo importante.
Estas políticas están elevando los costos de producción y forzando ajustes en los pronósticos de crecimiento y entrega de vehículos. A pesar de estos retos, la empresa tiene herramientas y estrategias que podrían permitirle navegar este entorno complicado, como su localización nacional de fabricación, acuerdos de suministro de baterías y apoyo de inversionistas clave. El futuro de Rivian dependerá en gran medida de cómo evolucione la situación comercial global y su capacidad para adaptarse rápidamente a estos cambios sin sacrificar su competitividad ni visión de crecimiento.