En el mundo acelerado de la tecnología, donde cada día surgen nuevas herramientas y métodos, la programación tradicional ha comenzado a transformarse gracias al auge de la inteligencia artificial. Una de las tendencias más prometedoras que ha llamado la atención tanto de expertos como de novatos es el llamado "vibe coding". Esta innovadora manera de programar permite a quienes no tienen conocimientos técnicos crear aplicaciones funcionales en un tiempo sorprendentemente corto. Hace poco tuve la oportunidad de experimentar un curso intensivo de vibe coding durante dos días, y a continuación compartiré mis impresiones y aprendizajes para quienes estén interesados en esta revolucionaria forma de desarrollar software. El vibe coding no es simplemente escribir líneas de código como solía ser anteriormente.
Fue un término acuñado por Andrej Karpathy, figura reconocida en el ámbito de la inteligencia artificial y exjefe de esta área en Tesla, que en un tweet describió esta práctica como un proceso de dejarse llevar por "las vibras" y dejar que la inteligencia artificial haga gran parte del trabajo. Para él, es una forma de programar en la que se interactúa con la IA para que haga el grueso del trabajo técnico, mientras el usuario guía y da instrucciones específicas, casi como si estuviera conversando con un asistente inteligente. Durante mi experiencia en el curso "Code with AI", que se realizó en formato presencial durante un fin de semana, quedé impresionada con lo accesible que resultó esta metodología, incluso para alguien sin formación previa en programación. Se trataba de un bootcamp intensivo de dos días con la promesa de que los asistentes podrían pasar "de cero a uno", es decir, lograr crear aplicaciones funcionales en solo 48 horas. El primer paso fue prepararme con algunas herramientas esenciales: descargar NodeJS, registrarme en plataformas gratuitas como Cursor, especializada en la generación de código con el respaldo de IA, y Vercel, un servicio para desplegar aplicaciones en la web.
Estos recursos, accesibles y gratuitos para sus versiones básicas, permitieron que la creación de productos digitales fuera mucho más simple y rápida. Los instructores, expertos que han construido sus propias startups sobre esta tecnología, destacaron que la habilidad más importante no es saber programar sino la paciencia y la capacidad de comunicar correctamente las instrucciones a la inteligencia artificial, un proceso que se conoce como "prompt engineering". De hecho, uno de ellos mencionó que la IA es «la cosa más inteligente y más tonta a la vez», lo que significa que requiere indicaciones muy claras y específicas para funcionar eficazmente. A lo largo de la primera jornada, nos concentramos en perfilar la idea inicial para desarrollar un producto claro y viable. Esto fue un desafío tan grande como divertido, porque la decisión sobre qué crear puede ser compleja cuando se tienen múltiples opciones.
Opté por diseñar una herramienta basada en IA para entrenar habilidades de negociación, que ayudara a los usuarios a practicar a través de ejercicios escritos y orales, adaptados a diferentes personalidades y escenarios. La inteligencia artificial de Gemini 2.5 Pro fue fundamental para refinar esta idea y elaborar un documento claro con los requerimientos del producto. Luego, con la ayuda de v0, construí el prototipo de la interfaz de usuario, y finalmente, con Cursor, extendí el desarrollo e integración de las funciones alimentadas por IA. Lo sorprendente es que, aunque parezca complicado, el proceso fue más natural y accesible de lo esperado, y lo que más me tomó tiempo fue la selección de la idea, no la programación en sí.
Durante la segunda jornada, el ritmo acelerado continuó mientras avanzábamos en la construcción completa del producto y su integración con la inteligencia artificial. Algo que me llamó mucho la atención es que el curso enfatizaba una filosofía disruptiva: hoy en día, escribir código ya no es la habilidad que más destaca; lo importante es saber cómo aumentar la productividad con la ayuda de la IA. Incluso los mejores ingenieros podrán multiplicar por diez su eficiencia, señala Sherry Jiang, emprendedora y una de las instructoras del bootcamp. Este enfoque representa una verdadera democratización de la programación. Personas sin formación técnica profunda pueden ahora construir aplicaciones funcionales, abrir nuevos negocios digitales y competir en el mercado con productos interesantes y útiles.
Además, la reducción en los costos de desarrollo puede hacer que los emprendedores no tengan que levantar tantas rondas de inversión para validar sus ideas, incrementando las posibilidades de innovación y crecimiento de pequeños proyectos. La potencialidad del vibe coding se extiende a la creación de aplicaciones hiper personalizadas y de nicho. Profesores pueden diseñar apps educativas para sus estudiantes, instructores de buceo pueden conectar comunidades globales de aficionados, y un sinfín de expertos en diferentes áreas pueden transformar su conocimiento en productos digitales. Además, según Jiang, ya existen personas que están generando ingresos de entre 10,000 y 20,000 dólares mensuales con aplicaciones que han vibe coded, sin tener experiencia en programación apenas algunos meses atrás. Sin embargo, no todo es sencillo ni ilimitado.
Los expertos advierten que esta metodología es ideal para aplicaciones ligeras, que no requieran sistemas con alta complejidad ni niveles avanzados de seguridad empresarial. Para proyectos que demanden infraestructura robusta y funciones altamente especializadas, el enfoque tradicional y el equipo técnico siguen siendo imprescindibles. Reflexionando sobre mi experiencia, el vibe coding es más que una moda tecnológica: es una puerta abierta para que más personas puedan dar realidad a sus ideas digitales sin las barreras técnicas del pasado. La clave está en saber cómo pedirle a la inteligencia artificial que traduzca esas ideas en código útil, y cómo iterar con paciencia y creatividad. En conclusión, la inteligencia artificial está redefiniendo lo que significa programar.
La era del vibe coding está apenas comenzando, y promete que en el futuro cercano cualquiera pueda construir aplicaciones funcionales desde cero en cuestión de días. Esta revolución abre un mundo de posibilidades para emprendedores, innovadores y curiosos, haciendo que la creación tecnológica sea mucho más inclusiva y accesible. Así que si alguna vez pensaste que la programación era para otros, el vibe coding es tu oportunidad para sumergirte en el mundo del desarrollo de software con la mejor aliada: la inteligencia artificial.