En la conferencia Bitcoin For Corporations 2025, Michael Saylor, Executive Chairman de Strategy, ofreció una ponencia que está marcando un antes y un después en la percepción que tienen las corporaciones sobre el uso de Bitcoin como activo estratégico. Saylor comenzó enfatizando un punto crucial: el mercado corporativo se encuentra en un estado crítico, donde un alarmante 96% de las compañías públicas son catalogadas como "empresas zombis", incapaces de superar el rendimiento de un bono del Tesoro. Este concepto no solo retrata el estancamiento económico, sino también la urgencia de encontrar alternativas que permitan a estas empresas revitalizar su futuro financiero. Basándose en su experiencia personal con Strategy, Saylor relató cómo esta empresa logró dar un giro radical mediante la incorporación de Bitcoin en su balance desde 2020. Lo que parecía ser una estrategia arriesgada se transformó en un modelo que catapultó a la compañía a convertirse en una de las más rentables respaldadas por Bitcoin en todo el mundo.
Este testimonio sirve como una hoja de ruta para otras empresas que buscan salir del estancamiento y competir en un mercado dominado por gigantes tecnológicos y monopolios digitales. Saylor hizo una distinción clara entre las tecnologías emergentes. Por un lado, ubicó a la inteligencia artificial como una herramienta que, aunque poderosa, tiende a fortalecer aún más a los incumbentes en lugar de alterar el equilibrio competitivo. Por otro lado, posicionó a Bitcoin como un activo único y transformador que ofrece una verdadera disrupción. Al describirlo como "indestructible, invisible e inmortal", resaltó las características que lo convierten en un refugio de valor y una alternativa sólida ante la volatilidad económica y las limitaciones del sistema financiero tradicional.
El mensaje de Saylor fue contundente para las empresas que no forman parte del selecto grupo de los llamados 'Magnificent Seven' —Apple, Google, Meta, Amazon, Microsoft, Nvidia y Tesla—. Estas compañías dominan el mercado tecnológico y la economía digital, dejando poco espacio para que otras puedan crecer de manera significativa. En este contexto, Bitcoin aparece como la herramienta que permite romper con esta dinámica de monopolio digital y acceder a una red monetaria global en sus etapas iniciales con potencial de crecimiento exponencial. La propuesta de estrategia financiera de Saylor se resume en una fórmula audaz: para multiplicar por diez la empresa, hay que comprar Bitcoin; para multiplicar por cien, hay que hacerlo con dinero prestado. Este planteamiento refleja no solo confianza en la fortaleza del activo, sino también en su capacidad para funcionar como un multiplicador del capital empresarial.
La visión integral que propone conecta la inversión en Bitcoin con una transformación profunda de la economía corporativa, alentando a empresas medianas y pequeñas a aprovechar este camino para fortalecer su balance y abrir nuevas oportunidades de crecimiento. La conferencia también destacó la relevancia de Bitcoin como un socio de fusión universal y perpetuo para todas las empresas del planeta. Este concepto sugiere que la integración de Bitcoin en la estrategia financiera no es simplemente una cuestión de inversión, sino una alianza a largo plazo que puede redefinir la naturaleza misma de las finanzas corporativas. Saylor lanza una pregunta desafiante: ¿están las empresas preparadas para esta fusión, para incorporarse a una red monetaria global que ofrece rentabilidad sostenida y seguridad? Detrás de esta visión está la idea de que Bitcoin no es solo una criptomoneda, sino un cambio de paradigma que puede ayudar a las corporaciones a escapar de la "entropía corporativa", un fenómeno donde las empresas pierden dinamismo y capacidad competitiva. Por lo tanto, la adopción de Bitcoin se convierte en un acto estratégico que puede revitalizar empresas estancadas, darles nueva vida y permitirles competir en un mercado global cada vez más complejo y dominado por grandes conglomerados tecnológicos.
Este enfoque abre también una discusión sobre el futuro del sistema financiero tradicional y la necesidad de que las corporaciones adopten activos que no dependan de la confianza en intermediarios o en políticas monetarias fluctuantes. La naturaleza descentralizada de Bitcoin, su escasez programada y su resistencia a la censura y manipulación son atributos que lo posicionan como la opción ideal para preservar y multiplicar el valor corporativo a largo plazo. Además, la intervención de Saylor subrayó que la adopción de Bitcoin no es exclusiva de empresas tecnológicas o grandes inversores sino un camino accesible para cualquier compañía que busque proteger su capital y crecer. Este posicionamiento democratiza el acceso a la inversión en Bitcoin como parte de la estrategia financiera empresarial y contribuye a desmitificar la idea de que las criptomonedas son un territorio exclusivo para expertos o especuladores. La recepción de esta ponencia entre el público empresarial ha sido entusiasta, reflejando un cambio creciente en la mentalidad corporativa sobre la importancia de diversificar las reservas y apostar en activos que ofrecen ventajas inigualables frente a los instrumentos tradicionales.