En muchas ocasiones, obtener un seguro de auto se convierte en un desafío económico para quienes cuentan con ingresos limitados. Sin embargo, conducir sin seguro no solo es ilegal en la mayoría de los estados de EE.UU., sino también arriesgado, ya que cualquier accidente puede acarrear gastos enormes. Para atender esta realidad, varios estados han desarrollado programas de seguro de auto especialmente diseñados para personas de bajos ingresos, ofreciendo opciones de cobertura accesible y con requisitos adaptados a su situación financiera.
El seguro de auto para personas con bajos ingresos es un tipo de póliza patrocinada por el estado que busca proporcionar una alternativa asequible a los seguros tradicionales, que en muchas ocasiones resultan costosos y difíciles de costear para familias con presupuestos ajustados. Estos programas están diseñados para cumplir con ciertas normas mínimas de cobertura, aunque sus límites pueden estar por debajo del mínimo estatal exigido para otros conductores. Es importante destacar que estas pólizas comúnmente no incluyen coberturas como colisión o contra robos, enfocándose primordialmente en la responsabilidad civil. Uno de los estados pioneros en ofrecer este tipo de seguro es California, donde funciona un programa que resulta accesible para quienes ganan hasta 39,125 dólares anuales en hogares unipersonales o hasta 52,875 dólares en hogares de dos personas, con ajustes para familias más numerosas. La propuesta de California incluye límites de responsabilidad para lesiones corporales que pueden llegar hasta 10,000 dólares por persona y 20,000 dólares por accidente, junto con hasta 3,000 dólares para daños a la propiedad.
También se puede agregar cobertura contra conductores sin seguro y asistencia médica básica. Para ser elegible, el vehículo asegurado debe tener un valor no mayor a 25,000 dólares y el solicitante debe poseer una licencia de conducir válida en el estado, además de mantener un buen historial al volante o ser un conductor nuevo. En el caso de Hawaii, existe una opción gratuita de seguro de auto sin culpa, que cubre lesiones personales para quienes califican dentro de ciertos programas públicos de asistencia. Este seguro está disponible incluso para personas sin licencia que estén discapacitadas permanentemente o que no puedan conducir su vehículo. La elegibilidad se basa en recibir subsidios del estado que incluyan pagos directos en efectivo, beneficios de la Seguridad Social por ingresos suplementarios o asistencia médica proporcionada por el gobierno antes de una fecha específica.
Por su parte, New Jersey ofrece la póliza especial de seguro de auto, que se enfoca en brindar cobertura médica de hasta 250,000 dólares para lesiones graves como daños en la médula espinal o traumatismos cerebrales. También incluye un beneficio por fallecimiento de hasta 10,000 dólares. Este seguro tiene un costo anual accesible, alrededor de 365 dólares, y está dirigido a personas inscritas en Medicaid federal con cobertura hospitalaria. Además de estos estados, otras regiones pueden tener programas similares o al menos exigir el cumplimiento con los requisitos mínimos de seguro, los cuales varían considerablemente. En muchos lugares, la ley solo obliga a contratar seguro de responsabilidad civil, destinados a cubrir daños o lesiones que el conductor cause a terceros.
Algunos estados cuentan con sistemas sin culpa, en donde los gastos médicos personales están cubiertos independientemente de quién haya provocado el accidente. Sin embargo, los mínimos legales suelen ser bajos y pueden no cubrir completamente una situación de accidente grave, dejando al conductor vulnerable a grandes deudas. Para muchas personas, acceder a un seguro de auto de bajo costo a través de estos programas es una salvación, pero en estados sin tales opciones o para quienes no califican, existen algunas estrategias para reducir gastos al asegurar su vehículo. Comparar precios entre distintas compañías es una de las maneras más efectivas de encontrar tarifas más económicas, ya que cada aseguradora utiliza sus propios métodos para fijar precios y las diferencias pueden ser significativas. Otra modalidad emergente que puede ser beneficiosa para conductores con un uso limitado del vehículo es el seguro por milla recorrida.
Este modelo combina una tarifa base baja con un costo adicional por cada milla conducida, lo que puede resultar en ahorros importantes para quienes no usan frecuentemente su auto. Ejemplos de este tipo de seguros incluyen productos ofrecidos por grandes compañías como Allstate y Nationwide. Solicitar descuentos también es recomendable, pues existen diversos tipos de rebajas que pueden aplicar, desde reducciones por pago electrónico de pólizas y facturas hasta descuentos para conductores de cierta edad que realicen cursos de manejo defensivo. Algunos estados incluso requieren que las aseguradoras ofrezcan descuentos específicos para adultos mayores que tomen estos cursos. Otra opción para abaratar el seguro es aumentar el deducible, es decir, la cantidad de dinero que la persona debe pagar de su bolsillo antes de que la aseguradora cubra el resto.
Si bien esto reduce las primas mensuales o anuales, es una estrategia que debe evaluarse cuidadosamente, pues implica contar con la capacidad financiera para afrontar reparaciones significativas o gastos tras un siniestro. En algunos casos, buscar ayuda en otros programas sociales puede aliviar la carga económica total y facilitar el pago del seguro de auto. Las ayudas en alimentación, vivienda o salud pueden liberar recursos para dedicar a la seguridad del vehículo, manteniendo a los conductores dentro de la legalidad y protegidos ante cualquier eventualidad. Para los adultos mayores que reúnen los requisitos de bajos ingresos, estos programas estatales representan una opción viable para mantener su movilidad sin sacrificar su estabilidad financiera. En ausencia de planes específicos para esa franja etaria, muchas recomendaciones para reducir el costo del seguro también aplican a quienes están en esa etapa de la vida.