Nvidia ha sido, sin duda, uno de los protagonistas más importantes en el universo tecnológico y financiero durante los últimos años. Su liderazgo en el desarrollo de chips para inteligencia artificial y gráficos ha hecho que sus acciones experimenten subidas impresionantes, convirtiéndose en uno de los valores favoritos de inversores de todo el mundo. Sin embargo, para este 2025, la historia parece compleja y el veterano trader Ed Ponsi ha lanzado una tesis poco convencional acerca de lo que podría suceder con Nvidia justo antes de la entrega de sus resultados trimestrales el próximo 28 de mayo. La trayectoria reciente de Nvidia es la de una auténtica estrella en ascenso. En 2023, sus acciones se dispararon más de un 230%, impulsadas por el auge del interés en la inteligencia artificial y los chips específicos para estos procesos.
Continuando con la tendencia, durante 2024, la empresa vivió un rally adicional del 171%, aumentando a pasos acelerados su valoración y posicionándola como una joya de la bolsa tecnológica. Sin embargo, no todo lo que brilla es oro: en lo que va de 2025, las acciones de Nvidia han caído cerca de un 17.7%, mostrando debilitamientos que han sorprendido a muchos analistas y fanáticos del sector. Ed Ponsi considera que la situación actual de Nvidia podría ser similar a una remontada histórica, evocando la emblemática partida de fútbol americano conocida como "The Comeback" que queda registrada en la memoria deportiva por una recuperación inesperada. Ponsi sugiere que, a pesar de la caída reciente y los desafíos evidentes, Nvidia podría estar preparando un nuevo impulso alcista en próximas semanas, apoyado en sus fundamentales y la demanda sostenida del mercado tecnológico.
Dentro del contexto que ha generado dudas en el mercado, un punto clave son las competiciones en inteligencia artificial provenientes desde China. Recientemente, una startup china llamada DeepSeek lanzó un modelo de inteligencia artificial con costos mucho más accesibles, generando incertidumbre sobre la saturación del mercado y el posible exceso de inversión en centros de datos y chips de alto rendimiento. Esto ha puesto presión sobre Nvidia, que hasta ahora contaba con poco rival directo para sus GPU de alta gama. Adicionalmente, Huawei entró en escena con un desarrollo de un chip competitivo que podría rivalizar con la Nvidia H100, un procesador gráfico crucial para varias grandes compañías como Tesla y Meta Platforms. Este avance en el panorama asiático no solo enfoca la atención en la competencia tecnológica, sino que también introduce riesgos geopolíticos, considerando las tensiones existentes entre Estados Unidos y China, lo que podría afectar acuerdos comerciales y suministro de componentes clave.
Este ambiente complicado se agrava considerando la dependencia significativa de Nvidia en la manufactura realizada en Taiwán, una región sensible a conflictos y disputas globales, especialmente en el contexto de impuestos y tarifas impuestas por la administración estadounidense de Donald Trump. Dichas tarifas buscan limitar la influencia tecnológica china, pero al mismo tiempo introducen vulnerabilidades para empresas estadounidenses que operan en un entorno cada vez más globalizado y complejo. El CEO de Nvidia, Jensen Huang, ha expresado preocupación sobre el impacto que podría tener la exclusión del mercado chino para la empresa, calificándola como una "pérdida tremenda", lo que subraya la importancia estratégica que tiene esa región para continuar impulsando la innovación y expansión comercial. Ponsi, con décadas de experiencia y una visión estratégica, apuesta a que Nvidia mantendrá su capacidad para adaptarse y responder ágilmente a estos retos, superando las incertidumbres actuales y posicionándose nuevamente como líder referencia. Señala que gran parte del declive del precio actual de las acciones podría estar relacionado con preocupaciones especulativas y no necesariamente con debilidades estructurales en el negocio.
Desde un punto de vista analítico, los expertos prevén que Nvidia reportará ganancias por acción de 83 centavos sobre una facturación aproximada de 43.28 mil millones de dólares. Si bien los números indicados muestran crecimiento sostenible, la clave para los inversores radicará en cómo la empresa aborda los riesgos de la competencia emergente y las tensiones geopolíticas, a la vez que mantiene el dinamismo en la innovación tecnológica. Además, Nvidia continúa beneficiándose del creciente interés en la inteligencia artificial, especialmente en sectores que demandan cada vez mayor capacidad de procesamiento, desde vehículos autónomos hasta plataformas sociales y entretenimiento digital, donde sus chips son insustituibles. Esta demanda podría sostenerla y atraer nuevos inversionistas tras la publicación de los resultados, fomentando una nueva etapa de crecimiento.