El ecosistema de las criptomonedas sigue experimentando transformaciones dinámicas, especialmente en lo que respecta a las stablecoins, los activos digitales que buscan mantener un valor estable generalmente vinculado a monedas fiduciarias. Tradicionalmente, el dólar estadounidense ha sido la principal moneda de referencia en este espacio, pero recientes desarrollos apuntan a un escenario donde la supremacía del dólar podría verse desafiada. Según Reeve Collins, cofundador de Tether, la principal stablecoin por capitalización de mercado, la competencia se intensifica no solo por otras monedas sino también por distintos activos que pueden respaldar las stablecoins. Collins también resalta la aparición de stablecoins respaldadas por activos tokenizados y otros instrumentos financieros que ofrecen rendimientos más atractivos para los usuarios, lo que puede transformar las preferencias dentro del mercado. La dominancia del dólar en las stablecoins ha estado fuertemente ligada a su rol como moneda de reserva mundial y su adopción dentro del ecosistema cripto.
Sin embargo, Collins subraya que mientras la mayoría de las stablecoins actuales están denominadas en dólares, empiezan a emerger otras opciones que podrían competir no solo en términos de divisas sino también en el tipo de respaldo que ofrecen. Una de las innovaciones más importantes mencionadas es la tokenización de activos reales, es decir, la representación digital de activos tradicionales como fondos del mercado monetario, materias primas o incluso oro. Estos activos tokenizados pueden proporcionar rendimientos superiores a los instrumentos tradicionales como los bonos del Tesoro estadounidense, brindando así mayores beneficios a los usuarios de stablecoins. El atractivo del mayor rendimiento podría incentivar a los inversionistas y usuarios a diversificarse y preferir stablecoins respaldadas por estos activos en lugar de las que están exclusivamente vinculadas al dólar. Otra dimensión relevante que Collins destaca es el impacto que puede tener el respaldo de stablecoins por parte de proyectos vinculados a figuras políticas y nuevas entidades institucionales.
En marzo del 2025, un proyecto respaldado por el expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump, lanzó una stablecoin en las cadenas BNB y Ethereum. Aunque esta stablecoin todavía no es comerciable, su simple existencia señala una mayor aceptación y legitimidad hacia estas monedas digitales, lo que podría abrir la puerta a una adopción global más amplia. La entrada de personajes de alto perfil y proyectos institucionales en el espacio de las stablecoins también promueve un ecosistema más diverso y competitivo, donde las stablecoins podrán tener distintos respaldos y orígenes. Este fenómeno, por tanto, no solo afecta la dominancia del dólar, sino que también puede influir en la percepción y regulación de estas monedas a nivel mundial. Desde una perspectiva técnica y financiera, la evolución hacia stablecoins respaldadas por distintos tipos de activos tokenizados implica un cambio significativo en cómo se estructuran y utilizan estas monedas.
La posibilidad de tener un stablecoin respaldado por un fondo del mercado monetario tokenizado, que genere rendimiento positivo, rompe con el paradigma tradicional de solo mantener la estabilidad en términos nominales. Ahora, los usuarios de stablecoins pueden buscar no solo estabilidad sino también generación de ingresos pasivos. Este concepto amplía su atractivo y uso potencial dentro del ecosistema DeFi (finanzas descentralizadas) y más allá. La competencia no se limita solamente a otras monedas fiduciarias, sino que también considera los distintos activos que pueden ser usados para respaldar las stablecoins con un potencial de retorno mayor que el dólar, reforzando el ecosistema con nuevas oportunidades para usuarios y empresas. Por otro lado, los avances regulatorios y la mayor atención de gobiernos e instituciones financieras a las stablecoins podrían acelerar este proceso de diversificación y competencia.