En marzo de 2025, Ethereum (ETH) experimentó una fuerte corrección que impactó negativamente en su cotización y produjo un ambiente lleno de incertidumbre dentro del mercado cripto. Desde entonces, esta criptomoneda ha entrado en una fase de consolidación, operando en un rango estrecho entre los 1,750 y 1,900 dólares. Este período de lateralidad ha generado debates entre analistas e inversores sobre si Ethereum está comenzando una reversión de tendencia o si simplemente está tomando un respiro antes de continuar su descenso. El contexto global no es favorable para las criptomonedas. La volatilidad macroeconómica, impulsada por temores de una guerra comercial y política, ha afectado tanto a los mercados tradicionales como a los digitales.
La indecisión y el miedo predominan en el sentimiento de los inversores, quienes buscan refugio ante la inseguridad creciente. La relación de Ethereum con el mercado bursátil estadounidense es evidente, ya que los riesgos externos tienden a influir en el comportamiento del activo digital, ampliando la presión vendedora. Desde finales de 2024, tras las elecciones presidenciales en Estados Unidos, el mercado ha mostrado una notable inestabilidad. La incertidumbre sobre la política económica y las medidas que se implementarán ha dado lugar a un entorno de fuerte aversión al riesgo. Dentro de este escenario, Ethereum cayó más de un 57% desde sus niveles máximos anteriores, penetrando niveles de soporte cruciales que ahora actúan como resistencias significativas.
Esta dinámica dificulta que los compradores puedan establecer un control firme del mercado, prolongando el sentimiento bajista. Sin embargo, la técnica ofrece ciertas señales que podrían anticipar una posible recuperación. Los analistas han identificado la formación de un patrón conocido como 'falling wedge' o cuña descendente, que suele considerarse una figura alcista. Este patrón indica que, pese a la presión de venta constante, la fuerza del movimiento bajista está disminuyendo, preparando el terreno para una posible ruptura al alza. De confirmarse esta ruptura, Ethereum podría salir de su zona de consolidación y empezar a construir un impulso hacia niveles más altos.
Para que esta recuperación se materialice, Ethereum debe superar la resistencia que se ubica entre los 1,900 y 2,000 dólares. Romper y sostenerse por encima de este umbral es fundamental para que los toros reconquisten terreno y empiecen a probar nuevas zonas de resistencia en niveles superiores. No obstante, mientras ETH no logre esta hazaña, la zona actuará como un muro difícil de franquear que mantendrá la presión vendedora y prevendrá cualquier intento serio de recuperación. A pesar del optimismo técnico generado por el 'falling wedge', las condiciones externas siguen siendo un obstáculo considerable. La correlación entre el mercado cripto y el mercado accionario estadounidense refleja que cualquier noticia negativa o tensión en los terrenos comerciales y políticos puede desencadenar nuevas caídas.
La volatilidad ha sido una constante en 2025 y es probable que se mantenga en el corto plazo, lo que implica que Ethereum deberá demostrar fortaleza para resistir estos embates. Otra métrica importante a considerar es la relación ETH/BTC, que ha estado rondando mínimos de varios años. Esta ecuación muestra poca resiliencia en Ethereum frente a Bitcoin, lo que sugiere que la moneda más estable está capturando la mayor parte del interés, mientras que ETH lucha por definir su posición dentro del mercado. Para que Ethereum inicie un movimiento alcista sostenible, la mejora en esta relación será un indicador relevante. Los días siguientes serán decisivos para el destino de Ethereum.
Si los toros no logran defender los niveles actuales alrededor de los 1,900 dólares, ETH podría caer nuevamente hacia soportes cercanos a los 1,750 dólares o incluso niveles inferiores, prolongando una tendencia bajista que podría extenderse por semanas o meses. En cambio, una defensa sólida y un posterior rompimiento del rango lateral podrían desencadenar un rally que coloque a Ethereum nuevamente en el foco de atención. Además del análisis técnico, los inversores deben tener en cuenta los riesgos macroeconómicos y políticos. La guerra comercial global y la política estadounidense son variables clave que pueden influir fuertemente en el comportamiento de los activos de riesgo, incluyendo las criptomonedas. En tiempos de incertidumbre, los activos digitales suelen mostrar alta sensibilidad, por lo que cualquier avance o retroceso en estos frentes marcará el pulso del mercado.
Aun así, algunos expertos mantienen una visión optimista para Ethereum a mediano plazo. Si la criptomoneda logra mantenerse firme y superar la mencionada resistencia, podría establecer una base sólida para un repunte importante. Esto, sumado a desarrollos tecnológicos y adopciones crecientes en cadenas de bloques y aplicaciones descentralizadas, podría atraer renovado interés y capital, apoyando la formación de nuevos máximos hacia mediados de año. No obstante, la fase actual subraya la importancia de tener una estrategia clara para operar en entornos volátiles. La gestión del riesgo es fundamental, ya que los movimientos bruscos pueden generar ganancias pero también pérdidas sustanciales.