Golar LNG Limited (GLNG) emerge en el mercado global del gas natural licuado (GNL) como una empresa con una posición estratégica singular dentro de un sector cada vez más competitivo y en evolución. Mientras que muchas compañías en el espacio de transporte marítimo de GNL enfrentan desafíos relacionados con la saturación del mercado y márgenes reducidos, Golar LNG ha orientado su negocio hacia segmentos más especializados y rentables, particularmente en torno a las unidades flotantes de licuefacción de gas natural conocidas como FLNG. El mercado global de transportistas de GNL es vasto, con aproximadamente entre 670 y 700 buques operativos a nivel mundial a principios de 2025. Este negocio tradicional de transporte se ha tornado competitivo y con márgenes estrechos, lo que llevó a Golar LNG a desinvertir sus activos en portadores LNGC (transporte) y en unidades flotantes de almacenamiento y regasificación (FSRU). Las ventas de estos activos, estratégicamente realizadas en 2021, han permitido a la empresa reenfocar sus esfuerzos y capital hacia las FLNG, un nicho que combina innovación tecnológica con alto potencial de rentabilidad.
Las unidades FLNG no solo transportan el gas, sino que también son fábricas flotantes capaces de procesar y almacenar GNL, lo que las convierte en infraestructuras estratégicas con gran valor añadido y capacidad para operar en mercados o localizaciones donde las instalaciones terrestres tradicionales pueden no ser viables o serían demasiado costosas. En este sentido, Golar LNG opera actualmente dos unidades clave, conocidas como Gimi y Hilli, dentro de un grupo mundial muy reducido compuesto por apenas ocho FLNGs. La escasez de estas unidades otorga a Golar una ventaja competitiva significativa. El modelo de negocio de Golar se fundamenta en contratos a largo plazo con clientes sólidos y confiables, entre los que destacan compañías como BP, PAE y YPF. Estos contratos aseguran flujos de ingresos estables y predecibles, lo que contribuye a una generación sólida y sostenida de EBITDA.
Según estimaciones, las unidades Gimi y Hilli pueden aportar hasta 642 millones de dólares en EBITDA combinado, cifra que posiciona a la empresa para generar entre 1,57 y 1,84 mil millones de dólares en EBITDA hacia el año 2029. Esta expectativa se basa en el mantenimiento de contratos a largo plazo, la estabilidad en las operaciones y la ausencia de necesidades significativas en gastos de capital. Además, la transición hacia una cartera enfocada en FLNG ha permitido a Golar mejorar la calidad y la rentabilidad de su negocio. A diferencia del transporte y almacenamiento tradicionales, que están sujetos a fluctuaciones operativas y de mercado, las unidades FLNG ofrecen altos márgenes debido a sus características especializadas y la complejidad tecnológica involucrada. Este factor, junto al bajo compromiso de nueva inversión en capital, favorece una conversión del flujo de caja libre en más del 70%, aspecto fundamental para inversionistas que buscan empresas con generación sólida y eficiente de libre efectivo.
Desde la perspectiva financiera, el precio de la acción de Golar LNG rondaba los 42.51 dólares a finales de abril de 2025. Aunque la relación precio-ganancias (P/E) pasada era elevada, ubicada alrededor de 88.55, la proyección futura ajustada se acerca a 21.60, reflejando una optimización en las expectativas de beneficio.
Este hecho sugiere un mejor equilibrio entre valoración y crecimiento esperado derivado de la estrategia renovada y la especialización en FLNG. No obstante, no todo recae solo en los números financieros. El contexto internacional relacionado con la demanda de gas natural licuado presenta ventajas adicionales. La creciente transición global hacia fuentes de energía más limpias y bajas en carbono ha elevado el interés en el GNL como un combustible puente hacia un futuro energético sostenible. La movilidad y flexibilidad que ofrece el GNL en forma licuada son cruciales para abastecer mercados emergentes y regiones con restricciones geográficas, donde la infraestructura tradicional terrestre es limitada.
Así, las FLNG se convierten en activos estratégicos para responder a estos desafíos y demandas en auge. En paralelo, la competencia en el negocio FLNG es limitada, producto de las altas barreras tecnológicas y de capital involucradas en la construcción y operación de estas unidades. Este escenario concede a Golar LNG un espacio privilegiado para crecer en contratos y proyectos adicionales, consolidando aún más su posición como líder en un segmento con barreras de entrada elevadas y que valora la experiencia operativa. En cuanto a la percepción del mercado y de institucionales, Golar no figura entre las acciones más populares entre fondos de cobertura, aunque el interés ha ido creciendo con la incorporación de 56 carteras al final del cuarto trimestre, frente a 39 en el trimestre anterior. Esto puede interpretarse como un reconocimiento paulatino de la estrategia y perspectivas de la compañía, aunque también refleja cierto nivel de cautela derivado del panorama global y las novedades tecnológicas en otros sectores.
Por ejemplo, algunos inversionistas comparan oportunidades en empresas más vinculadas a la inteligencia artificial o sectores tecnológicos, donde ven un potencial de retornos más acelerado, aunque con mayor volatilidad y riesgo. Sin embargo, Golar LNG presenta una alternativa más conservadora, anclada en activos tangibles, contratos robustos y un flujo recurrente más previsible, lo cual es vital para inversores con un perfil moderado que aprecian la estabilidad financiera y la generación consistente de caja. En síntesis, el caso alcista para Golar LNG se fundamenta en su exitosa transformación hacia un modelo de negocio centrado en FLNG, la explotación de un nicho con pocas unidades en el mundo y un enfoque en contratos a largo plazo con clientes sólidos. Estas características le permiten ofrecer una atractiva combinación de crecimiento y estabilidad, factor clave para atraer capital en la industria energética actual. De cara al futuro, factores clave a vigilar incluyen la evolución de los precios del gas natural, las políticas regulatorias globales en materia energética y ambiental, y la capacidad de la empresa para ampliar su presencia en el segmento FLNG o llevar a cabo innovaciones en el manejo técnico de sus unidades.