En medio de un entorno económico fluctuante, los inversores están comenzando a sentir el optimismo que acompaña a un mercado alcista. Este fenómeno, que se caracteriza por el aumento sostenido de los precios de las acciones, ha llevado a muchos a buscar oportunidades que podrían ofrecer rendimientos significativos a largo plazo. En este contexto, dos acciones que han caído más del 50% desde sus picos anteriores han atraído la atención de los analistas: Moderna y Pfizer. Ambos gigantes farmacéuticos, que ganaron notoriedad mundial gracias a sus vacunas contra el COVID-19, parecen estar en un punto de inflexión que podría beneficiarlos en el futuro. La importancia del mercado alcista no puede subestimarse.
Históricamente, estos períodos se extienden más que los mercados bajistas, y la posibilidad de que continúen las condiciones favorables es alta. En este sentido, el S&P 500 ha experimentado un aumento del 17% hasta ahora en el año, lo que sugiere que aún hay espacio para el crecimiento. En este entorno, las acciones de empresas que han visto descensos drásticos en su valor pueden representar una oportunidad de compra valiosa. En particular, Moderna, que ha visto caer su cotización más de un 80% desde su pico en 2021, y Pfizer, que también ha experimentado una caída de aproximadamente el 50%, son nombres que resaltan entre las opciones viables. Moderna se lanzó a la fama con su innovadora vacuna de ARN mensajero, que permitió a la empresa llevar un producto desde la mesa de dibujo hasta el mercado en un tiempo récord.
Este logro no solo generó miles de millones de dólares en ingresos, sino que también catapultó a la compañía a la primera línea de la industria biotecnológica. Sin embargo, con la disminución en la demanda de vacunas una vez que la pandemia comenzó a ceder, las acciones de Moderna también sufrieron una caída considerable. A pesar de este descenso, los analistas consideran que esta es una oportunidad para comprar. Uno de los aspectos más positivos sobre Moderna es la fortaleza de su pipeline de productos. La empresa no solo está enfocada en la vacuna contra el coronavirus.
Recientemente, obtuvo la aprobación de su vacuna contra el virus respiratorio sincitial (VRS), y también está desarrollando candidatos para el citomegalovirus (CMV) y vacunas personalizadas contra el cáncer, que actualmente se encuentran en ensayos clínicos de fase 3. Su ambición de lanzar hasta 15 nuevos productos en los próximos cinco años representa un potencial de crecimiento significativo. Así, a pesar de la caída actual de su acción, el interés de Moderna en innovaciones podría traducirse en un futuro más brillante. En el otro extremo, Pfizer ha visto cómo su valor se ha desplomado en un contexto donde sus ingresos y ganancias han disminuido en parte debido a la baja en las ventas de sus productos relacionados con el COVID-19. A pesar de esta situación, Pfizer tiene razones para ser optimista.
La gestión de la compañía pronostica un sólido crecimiento en la segunda mitad de esta década. Aunque las ventas de sus productos para COVID-19 nunca volverán a los niveles de 2021, se espera que la tormenta haya pasado. La expiración de patentes es una preocupación legítima para Pfizer, ya que varios de sus medicamentos más profitables enfrentarán esta realidad en los próximos años. Sin embargo, la empresa ha tomado medidas proactivas al realizar adquisiciones estratégicas y desarrollar internamente una sólida cartera de nuevos productos. Uno de los candidatos más prometedores en su pipeline es un nuevo medicamento oral para la obesidad que podría generar ingresos significativos a medida que avance en su desarrollo clínico.
La atracción de Pfizer, además de su potencial de recuperación, radica en su valoración. Con un múltiplo de beneficios a futuro de 10.6, muchos consideran que las acciones de Pfizer son una opción atractiva para quienes buscan valor. Además, con un rendimiento por dividendo de alrededor del 5.7%, los inversores que buscan ingresos pueden encontrar en Pfizer una opción que ofrece no solo potencial de crecimiento, sino también un ingreso constante.
Ambas empresas comparten un historial de beneficios significativos debido a sus productos relacionados con el COVID-19, pero su capacidad para adaptarse y diversificarse es lo que las convierte en candidatas fuertes en este mercado alcista. Es importante recordar que, aunque la recuperación no será inmediata, la inversión en acciones que poseen un potencial de crecimiento probado suele ser una estrategia favorable. Para los inversores a largo plazo, adquirir acciones de Moderna y Pfizer en este momento podría ser un movimiento inteligente. La posibilidad de que estas acciones se revaloricen a medida que se desarrollen nuevos productos y se estabilicen sus ingresos es considerable. El interés en empresas con un pipeline robusto y una dirección clara es un indicio de que el futuro puede ser brillante.