En el mundo de la literatura y la historia, pocos documentos son tan valiosos y emblemáticos como los folios de William Shakespeare. Estas ediciones, que recopilan las obras de uno de los dramaturgos más influyentes de todos los tiempos, no solo representan piezas literarias, sino auténticos tesoros históricos que han llegado hasta nuestros días preservando el legado del poeta y dramaturgo inglés. Recientemente se ha anunciado que un conjunto completo de los cuatro folios (Primero, Segundo, Tercero y Cuarto) está programado para ser subastado en Londres, con un precio estimado que podría alcanzar los seis millones de dólares. Este evento marca un hito en el mundo de las colecciones bibliográficas y literarias, puesto que hace más de tres décadas que no se reunía en una sola colección estos cuatro volúmenes emblemáticos desde la última subasta en 1989. Los folios de Shakespeare son mucho más que simples libros: son documentos históricos que jugaron un papel fundamental en la preservación y difusión de sus obras.
En 1623, siete años después de la muerte del dramaturgo, Henry Condell y John Heminge, dos colegas y amigos que formaban parte de la compañía teatral King's Men, tomaron la iniciativa de publicar la primera recopilación oficial de sus comedias, tragedias e historias. Bajo el título "Mr. William Shakespeare’s Comedies, Histories & Tragedies", esta edición, conocida como el Primer Folio, contenía un total de 36 obras, de las cuales 18 nunca antes se habían publicado. Sin este gesto editorial, muchas de estas piezas posiblemente se habrían perdido para siempre, ya que antes la mayoría de las obras de Shakespeare habían circulado en formatos más precarios y frágiles como los llamados "cuartos", impresiones pequeñas y poco duraderas. El Primer Folio no solo permitió la conservación de la obra de Shakespeare, sino que sentó las bases para la continuidad de su influencia a lo largo de los siglos.
Tras su publicación, se realizaron tres nuevas ediciones: el Segundo Folio en 1632, el Tercero en 1663 y el Cuarto en 1685, cada uno con sus particularidades, modificaciones y ediciones únicas, lo que hace que poseer un set completo de los cuatro folios sea un sueño para bibliófilos y coleccionistas. Sin embargo, la supervivencia de estos documentos es desigual; solamente alrededor de 235 ejemplares del Primer Folio existen en la actualidad, de un total de 750 impresos originalmente. Por su parte, el Tercero Folio es el más raro debido a numerosos daños sufridos, incluidos los causados por el Gran Incendio de Londres en 1666. La subasta venidera, organizada por la prestigiosa casa Sotheby’s, representa una oportunidad única para coleccionistas e instituciones. El conjunto completo que saldrá a puja fue conformado paulatinamente a lo largo de varios siglos, iniciando con la adquisición del Primer, Tercero y Cuarto Folio por parte del coleccionista George Augustus William Shuckburgh-Evelyn a principios del siglo XIX, y culminando con la incorporación del Segundo Folio a esta colección en 2016.
El valor histórico y económico de esta colección se refleja en el estimado que oscila alrededor de seis millones de dólares, cifra que subraya la importancia y la rareza de contar con una serie completa y en buenas condiciones. Es interesante destacar que las condiciones de impresión y los textos varían en cada folio. Según estudios especializados, la calidad textual tendió a declinar en reimpresiones posteriores, pero cada edición ofrece elementos únicos. Por ejemplo, el Segundo Folio incluye un poema dedicado a Shakespeare escrito por el poeta John Milton, mientras que el Tercero tiene siete obras adicionales, de las cuales solo una se considera auténtica de Shakespeare. Estas particularidades aumentan el interés de académicos y coleccionistas, pues revelan la evolución editorial y literaria de la época.
El mercado de libros y manuscritos antiguos ha demostrado valoraciones crecientes en los últimos años y la demanda por piezas históricas ligadas a figuras literarias tan emblemáticas como Shakespeare es especialmente alta. En 2020, un ejemplar del Primer Folio alcanzó casi diez millones de dólares en una subasta realizada por Christie’s, estableciendo un récord para cualquier pieza de literatura. Igualmente, en 2022 otro ejemplar de este folio fue vendido por 2.4 millones de dólares, lo que refleja la constante valoración económica y cultural de estas ediciones. Para comprender la magnitud del valor de esta colección, se puede contrastar con la primera compra registrada de un Shakespeare Folio, ocurrida en 1623, cuando Edward Dering, un político, adquirió dos copias por apenas dos libras, alrededor de 550 dólares actuales.
Esta disparidad muestra cómo a lo largo de casi cuatro siglos el reconocimiento y la valoración de la obra de Shakespeare han crecido exponencialmente. Desde una perspectiva cultural, estos folios no solo son reliquias literarias sino también documentación histórica y escenarios de innumerables discusiones y estudios académicos. Sin el Primer Folio, por ejemplo, muchas de las obras clave de Shakespeare, que constituyen hoy pilares del teatro y la literatura mundial, habrían dejado de existir o se habrían conservado fragmentariamente. La trascendencia del Primer Folio ha sido resaltada por expertos como Emma Smith, reconocida académica del Shakespeare en la Universidad de Oxford, quien afirma que sin esta compilación hoy no podríamos siquiera hablar de Shakespeare en la magnitud que lo hacemos. Las instituciones importantes a nivel mundial han comprendido también esta importancia.
La mayoría de los ejemplares existentes del Primer Folio se encuentran resguardados en bibliotecas e instituciones como la Folger Shakespeare Library en Washington D.C., la Biblioteca Británica en Londres o la Biblioteca Pública de Nueva York, lugares donde estas joyas literarias están protegidas y disponibles para el estudio y la preservación cultural. Este hecho fomenta además un debate sobre la accesibilidad de la cultura y la preservación patrimonial. La subasta de un conjunto tan completo suscita curiosidad más allá del ámbito de coleccionistas privados, dado que estas piezas podrían pasar a formar parte de colecciones públicas o museos dispuestos a conservar y difundir la obra de Shakespeare al público general.
En conclusión, la venta inminente de los cuatro folios completos de William Shakespeare no solo representa un gran acontecimiento para el mundo del coleccionismo literario sino que recuerda la importancia de preservar la historia cultural. Estos libros son testimonios vivos de la evolución de la palabra escrita, la dramaturgia, y la cultura inglesa y mundial. Su valor económico, aunque impresionante, junto con su valor histórico y cultural, convierten a esta colección en un símbolo perdurable de la riqueza del legado de Shakespeare. A medida que se acerca el día de la subasta en Londres, la expectativa crece entre expertos, coleccionistas y amantes de la literatura, anticipando quién será el próximo custodia de este fragmento excepcional de la historia literaria universal.