Las anguilas eléctricas, conocidas por su impresionante capacidad de generar potentes descargas eléctricas, han sorprendido a la comunidad científica nuevamente con un descubrimiento revolucionario. Más allá de su habilidad para aturdir presas y defenderse, estas criaturas pueden influir directamente en la genética de otros animales acuáticos en su entorno. Este fenómeno, recién descubierto por un equipo de investigación en la Universidad de Nagoya, sugiere que las descargas eléctricas de las anguilas pueden facilitar la transferencia de material genético entre organismos en los ecosistemas naturales, alterando potencialmente la evolución de ciertas especies. Durante décadas, la técnica llamada electroporación ha sido una herramienta clave en la biotecnología y la ingeniería genética. Mediante pulsos eléctricos controlados, los científicos pueden generar pequeñas interrupciones temporales en las membranas celulares, permitiendo la entrada de ADN u otras moléculas que luego se incorporan y expresan en las células.
Esta técnica es fundamental para introducir genes específicos en bacterias, células animales y plantas. Lo sorprendente de este nuevo estudio es la hipótesis de que un proceso similar podría estar ocurriendo de manera natural gracias a las anguilas eléctricas. El profesor Atsuo Iida, experto en ecología y biología de la anguila eléctrica, junto con su equipo, propuso que las descargas de estos peces no sólo tienen funciones tradicionales, como la captura de presas y la comunicación, sino que también pueden generar efectos biológicos inesperados. En un ambiente acuático lleno de ADN ambiental —fragmentos genéticos presentes en el agua debido a la presencia y descomposición de organismos— las anguilas podrían activar la entrada de este ADN en células de otros peces o microorganismos. Esto abriría la puerta a la transferencia horizontal de genes, un mecanismo evolutivo poco estudiado en animales complejos.
Para comprobar esta hipótesis, el equipo llevó a cabo experimentos en laboratorio con larvas de peces cebra sumergidas en soluciones que contenían fragmentos de ADN marcados con un gen que codifica una proteína verde fluorescente. Al introducir a una anguila eléctrica en el tanque y estimularla para que emitiera descargas, observaron que una proporción significativa de las larvas fluorescía, indicando que habían incorporado exitosamente el ADN ambiental. Este resultado evidencia que las descargas eléctricas están promoviendo una transferencia genética efectiva en organismos vivos. Desde un punto de vista ecológico y evolutivo, este hallazgo es asombroso. Sugiere que las anguilas eléctricas podrían actuar como agentes naturales de ingeniería genética, moldeando la diversidad genética y los rasgos de las comunidades acuáticas a su alrededor.
En realidad, esta transferencia de material genético inducida eléctricamente puede representar un mecanismo natural de adaptación y biodiversidad que hasta ahora había pasado desapercibido. No es la primera vez que fenómenos naturales relacionados con electricidad generan cambios genéticos. Estudios anteriores han mostrado que los rayos, por ejemplo, pueden inducir mutaciones en organismos como nematodos y bacterias en el suelo tras una tormenta eléctrica. Sin embargo, las descargas controladas y repetidas que generan las anguilas ofrecen un sistema más específico y localizado, con potenciales efectos más directos y sostenidos sobre organismos acuáticos vivos. La relevancia de esta investigación también se extiende a otras criaturas acuáticas que poseen órganos eléctricos, como algunos tipos de rayas y peces gato.
Si estas especies también facilitan la entrada de ADN ambiental mediante su actividad eléctrica, podríamos estar frente a un sorprendente fenómeno evolutivo más común de lo que se pensaba, desafiando la percepción tradicional de la transmisión genética exclusiva a través de la reproducción sexual o la mutación aleatoria. Por otra parte, el descubrimiento abre nuevas posibilidades para la biotecnología inspirada en procesos naturales. Comprender cómo las descargas eléctricas inducen la incorporación de ADN en las células en un entorno no controlado podría facilitar el desarrollo de métodos más eficientes y menos invasivos. Estos métodos podrían mejorar la edición genética en acuicultura, la conservación de especies amenazadas o la investigación de desarrollo de nuevas terapias genéticas, usando principios basados en la naturaleza. Sin embargo, aún existen muchas incógnitas que los científicos deben resolver sobre el alcance y las implicaciones ecológicas de esta transferencia genética natural.
Por ejemplo, no está confirmado que estos procesos ocurran de manera rutinaria y significativa en ambientes naturales, donde las condiciones son mucho más variables y complejas que en el laboratorio. Además, es necesario evaluar si estas modificaciones genéticas inducidas influyen realmente en la salud, la supervivencia y la evolución a largo plazo de las especies receptoras. Este descubrimiento también plantea cuestiones éticas y ecológicas importantes. Si ciertos organismos, como las anguilas eléctricas, pueden naturalmente influir en la genética de sus vecinos, ello implica un nivel de interacción biológica mucho más profundo y dinámico en los ecosistemas acuáticos. La comprensión de estos mecanismos podría transformar la forma en que manejamos la conservación de hábitats y la biodiversidad, especialmente en regiones como la Amazonía, donde estos peces desempeñan un papel ecológico fundamental.