Cadillac regresa con fuerza al segmento de ultra lujo con el impresionante Celestiq, un vehículo eléctrico que representa no solo un homenaje a su legado de diseño icónico, sino también un avance significativo en la electrificación del automóvil de alta gama. Con un precio que alcanza los $360,000 dólares, este sedán fastback no es para todos, sino para aquellos que buscan tecnología, personalización y elegancia sin compromisos, marcando un hito en la historia de General Motors (GM) y su apuesta por posicionar a Cadillac como referente de la alta ingeniería automotriz estadounidense. El Celestiq se inspira en la era dorada de los “land yachts” de los años 60, cuando Cadillac definía el lujo automotriz con vehículos enormes, espaciosos y sofisticados. Pero esta vez, el lujo viene acompañado de un enfoque moderno y sostenible, gracias a su motorización totalmente eléctrica capaz de entregar 655 caballos de fuerza. Esto se traduce en una experiencia de conducción potente que no sacrifica la comodidad ni el refinamiento, ideal tanto para conductores empedernidos como para quienes prefieren ser transportados con la elegancia que solo una obra maestra hecha a mano puede ofrecer.
Uno de los elementos más destacables del Celestiq es su diseño interior. Pensado para cuatro ocupantes, el apartado trasero ofrece asientos con múltiples ajustes, funciones de masaje y una pantalla táctil central que controla aspectos tan detallados como el microclima personal y la opacidad del techo panorámico de vidrio inteligente, capaz de oscurecer o aclarar cada uno de sus cuatro segmentos de manera individual. Esta tecnología de cristal inteligente no solo es una innovación en confort visual, sino también una declaración de sofisticación que refleja el nivel de detalle y lujo con el que fue concebido el vehículo. El exterior del Celestiq es igualmente impresionante. Utiliza tecnología avanzada como paneles de fibra de carbono que simulan ser metal para ocultar sensores y cámaras sin estropear la estética, algo fundamental para sus sistemas de conducción autónoma mejorados.
Estas mejoras incluyen un sistema de asistencia al manejo llamado Ultra Cruise, que combina cámaras, radares y LiDAR para ofrecer conducción sin manos incluso en carreteras secundarias, preparando a Cadillac para un futuro donde la autonomía total es una realidad. Bajo la piel, la ingeniería del Celestiq es equiparable a la de vehículos deportivos de alto rendimiento, en parte debido al liderazgo de Tony Roma, el ingeniero jefe que también supervisa al Corvette. A pesar de pesar más de 2,700 kilogramos, el sedán puede acelerar de 0 a 100 km/h en menos de cuatro segundos, un dato sobresaliente para un auto de estas dimensiones. Su sistema de suspensión con control magnético, derivado de tecnologías usadas en el Corvette, proporciona una experiencia de manejo que balancea rigidez y comodidad, ofreciendo estabilidad en curvas y absorción de irregularidades del camino. El desarrollo del Celestiq no estuvo exento de retos, especialmente cuando se trató de integrar una batería Ultium de 111 kWh con un diseño interior que priorizara el confort trasero y una silueta aerodinámica y estilizada.
Para conservar un techo bajo y una experiencia espaciosa, los ingenieros reubicaron varias celdas de la batería, normalmente ubicadas bajo el piso, hacia un falso túnel central, una solución innovadora que permite una mejor ergonomía y mantiene el equilibrio del vehículo. La exclusividad del Celestiq se amplifica con el hecho de ser uno de los primeros vehículos de GM fabricados completamente a mano en su Artisan Center en Michigan. Cada unidad es ensamblada por un equipo de 12 artesanos a lo largo de seis estaciones, empleando técnicas que integran avances en impresión 3D y mega fundiciones de aluminio para crear partes estructurales con precisión y durabilidad excepcionales. Esta producción limitada, con una capacidad máxima de dos unidades diarias, convierte a cada Celestiq en una verdadera joya automotriz, única e irrepetible. Además, la personalización invita a los compradores a diseñar prácticamente cualquier aspecto de su vehículo, con más de 350,000 combinaciones posibles de colores y materiales.
Cadillac va más allá al ofrecer la posibilidad de encargar detalles exclusivos, como grabados personalizados en los pernos visibles o acabados interiores inspirados en temáticas tan especiales como “Game of Thrones”, con materiales tan extravagantes como terciopelo rojo y piedra natural. Esta flexibilidad no solo refleja la habilidad técnica sino la sensibilidad artística del equipo detrás del Celestiq, que busca que cada auto sea un reflejo auténtico del dueño. El apartado tecnológico también incluye un sistema de sonido de alta fidelidad desarrollado en colaboración con Dolby Atmos y equipado con 38 altavoces AKG, algunos integrados en los reposacabezas, que convierten el habitáculo en una sala de cine móvil. A esto se suma una pantalla panorámica de 55 pulgadas en el tablero, con resolución equivalente a televisores 8K y Google integrado, que centraliza las funciones de infoentretenimiento y control del vehículo con una interfaz fluida y clara incluso bajo la intensa luz solar. Con un enfoque claro en el revalorizamiento de Cadillac como una marca de referencia en lujo y tecnología americana, el Celestiq no solo es un vehículo, sino una declaración de intenciones.