Ethereum, una de las plataformas blockchain más grandes y reconocidas del mundo, ha sido un motor clave en la evolución de las criptomonedas y los contratos inteligentes. Sin embargo, a diferencia de Bitcoin, que se caracteriza por un diseño minimalista y una estructura relativamente sencilla, Ethereum ha adquirido con el tiempo una arquitectura compleja que presenta desafíos en términos de costos, desarrollo y seguridad. Vitalik Buterin, cofundador de Ethereum y figura central en su evolución, ha dejado claro que su ambición es simplificar Ethereum para que en cinco años pueda ser tan simple como Bitcoin. Esta propuesta representa un cambio de paradigma significativo en la concepción y ejecución de la red Ethereum. Vitalik Buterin, en un detallado blog publicado a principios de mayo de 2025 titulado “Simplificar la capa 1 (L1)”, explica cómo una arquitectura más simple podría resolver muchas de las problemáticas actuales que enfrenta el ecosistema.
En lugar de agregar nuevas funcionalidades o aumentar la complejidad para hacer frente a la competencia, su visión es ir a lo básico, reduciendo funciones y adoptando modelos inspirados en la simplicidad de Bitcoin para aumentar la resiliencia y la escalabilidad a largo plazo. Uno de los retos de Ethereum ha sido su constante evolución técnica, marcada por la incorporación de funcionalidades avanzadas como la transición a prueba de participación (Proof of Stake, PoS) y la integración de tecnologías como zk-SNARKs (Zero-Knowledge Succinct Non-Interactive Argument of Knowledge). Aunque estas mejoras tecnológicas han hecho que Ethereum sea más robusto y respetuoso con el medio ambiente, también han añadido un nivel significativo de complejidad que ha llevado a ciclos de desarrollo prolongados, costos más altos, y una mayor susceptibilidad a errores y vulnerabilidades. Vitalik señala que esa vorágine de innovación, a menudo impulsada por la búsqueda de beneficios ilusorios, ha diluido la estabilidad y eficiencia del proyecto. Para alcanzar esa simplicidad, obtiene inspiración directa del diseño minimalista de Bitcoin.
La cadena de bloques de Bitcoin es generalmente vista como un modelo sólido y seguro gracias a su código auditable y relativamente conciso. Su filosofía se basa en hacer pocas cosas, pero hacerlas bien. En contraste, Ethereum, aunque poderoso y flexible, se ha convertido en un sistema multifacético con capas y componentes que generan redundancia y dificultad para nuevos desarrolladores e incluso para la propia comunidad central de desarrollo. Una de las innovaciones estructurales clave que Vitalik propone está relacionada con la capa de consenso de Ethereum. En su visión, la red adoptaría un modelo denominado “finalidad de 3 ranuras” o “3-slot finality”.
Este mecanismo aspira a eliminar elementos complejos actuales como las épocas, comités de sincronización y la rotación de validadores. Esto reduciría el número de validadores activos simultáneamente, lo que facilitaría el uso de reglas más simples de elección de bifurcación (fork choice rule) y permitiría implementaciones más seguras y fáciles de auditar. La simplificación en la capa de consenso no solo es importante para optimizar la seguridad y eficiencia, sino que también tiene un impacto directo en la descentralización y escalabilidad de la red. Vitalik también menciona la adopción de protocolos de agregación basados en STARK (Scalable Transparent Argument of Knowledge), que podrían permitir una coordinación más sencilla y descentralizada entre nodos y validadores, facilitando la transición hacia una red más liviana y manejable. Pero la simplificación no solo afectaría la capa de consenso, sino también la capa de ejecución, donde se procesan los contratos inteligentes y las transacciones.
Actualmente, Ethereum funciona utilizando la Ethereum Virtual Machine (EVM), diseñada originalmente para soportar su amplia variedad de funcionalidades y lenguajes de programación. Vitalik sugiere que un enfoque futuro podría consistir en migrar hacia una máquina virtual más sencilla y compatible con pruebas de conocimiento cero, basada en RISC-V, una arquitectura de conjunto de instrucciones (ISA) abierta y minimalista que se usa en el diseño de procesadores computacionales. RISC-V se caracteriza por su filosofía sencilla y eficiente, con un conjunto reducido de instrucciones que permiten implementaciones flexibles y escalables. Esta transición a un entorno ZK-friendly optimizaría el rendimiento de Ethereum en el manejo de contratos inteligentes y podría multiplicar por cien la eficiencia en las pruebas de conocimiento cero, áreas fundamentales para la privacidad y escalabilidad de la red. Para proteger la compatibilidad con contratos existentes, Vitalik propone que durante la fase de transición el EVM se ejecute a través de un intérprete basado en RISC-V, permitiendo que ambas máquinas virtuales coexistan hasta consolidar el cambio.
Además, Vitalik aboga por establecer estándares protocolarios a nivel general. Propone unificación en los métodos de codificación de borrado, formatos de serialización (como favorecer el formato SSZ, que es simple y eficiente) y estructuras de árboles para reducir la redundancia y complejidad innecesarias en las herramientas e infraestructuras de Ethereum. La idea es mantener la lógica crítica del consenso lo más ligera y auditiva posible, estableciendo incluso límites máximos en las líneas de código, similar a proyectos minimalistas como Tinygrad. Esta simplificación también permitiría que las características no esenciales o legadas se mantengan, pero fuera de la especificación central, lo que ayudará a evitar que obstaculicen el desarrollo o pongan en riesgo la eficiencia y seguridad del núcleo de Ethereum. La urgencia de esta transformación radica en que Ethereum está perdiendo terreno frente a otras blockchains de capa 1 (L1) que ofrecen soluciones más simples, rápidas y económicas a los usuarios y desarrolladores.
Durante una discusión en el evento LONGITUDE de Cointelegraph, el CEO de Nansen, Alex Svanevik, destacó que la posición dominante que Ethereum mantenía hace algunos años ha disminuido, indicando la necesidad de adaptarse y evolucionar para no perder relevancia en un mercado cada vez más competitivo. El llamado de Vitalik a la simplicidad llega como respuesta estratégica para hacer que Ethereum vuelva a ser competitivo y sostenible en el largo plazo. La complejidad técnica que alguna vez fue vista como un motor de innovación se ha convertido en un freno para la adopción masiva y el crecimiento del ecosistema. Este giro hacia lo esencial representa también un aprendizaje del mundo de desarrollo tecnológico en general, donde muchas veces menos es más. Un sistema simple puede ser más fácil de mantener, auditar y de mejorar sin introducir riesgos inesperados.
Al mirar cómo Bitcoin ha logrado mantenerse sólido y seguro durante más de una década con una arquitectura sencilla, hay muchos motivos para considerar esta inspiración como una guía práctica. El futuro de Ethereum según la propuesta de Vitalik podría sentar las bases para una red más accesible no solo para grandes instituciones, sino también para desarrolladores independientes y usuarios comunes que en la actualidad se enfrentan a barreras de entrada debido a la complejidad y costos elevados. Además, la adopción de máquinas virtuales compatibles con pruebas de conocimiento cero y la simplificación de protocolos podría abrir nuevas puertas a la privacidad, interoperabilidad y escalabilidad efectiva sin sacrificar la seguridad ni la descentralización. En resumen, la propuesta de Vitalik Buterin para hacer de Ethereum una red tan simple como Bitcoin en cinco años implica un cambio profundo en la arquitectura técnica del protocolo, buscando eliminar la complejidad innecesaria y sistema fragmentados, reduciendo el número de validadores activos y simplificando tanto la capa de consenso como la de ejecución. Esta estrategia apunta a mejorar la eficiencia, seguridad y accesibilidad del sistema, mientras que la adopción de estándares únicos y métodos simplificados promete facilitar el mantenimiento y desarrollo futuro.
Este camino hacia la simplicidad no solo es una decisión técnica, sino también un posicionamiento clave para Ethereum en la carrera por mantener su relevancia en un mundo blockchain dinámico y competitivo. Solo el tiempo mostrará si esta visión podrá concretarse y ayudar a Ethereum a continuar como una de las fuerzas líderes en el espacio de las criptomonedas y la tecnología descentralizada.