Durante el primer trimestre de 2025, Uber experimentó un impacto significativo en sus resultados financieros, generando preocupación entre los inversores y en la bolsa de valores. Aunque la compañía sigue confiando en sus estrategias de crecimiento a largo plazo, la desaceleración en la demanda del sector de ride-hailing en Estados Unidos ha provocado una caída notable en el crecimiento de sus ingresos, uno de los pilares fundamentales de su negocio postpandémico. Esta situación ha llevado a una caída en el precio de sus acciones, evidenciando la sensibilidad del mercado ante la dinámica económica y los cambios en el comportamiento del consumidor. El crecimiento del mercado de transporte privado a través de aplicaciones ha sido un fenómeno global que se aceleró durante la pandemia debido a la reducción del uso de transporte público y el confinamiento. Sin embargo, con la reapertura y el retorno gradual a las actividades presenciales, la demanda se ha estabilizado y en algunos casos ha mostrado signos de desaceleración, particularmente en Estados Unidos.
Uber, que había capitalizado este boom, enfrenta ahora los desafíos inherentes a esta nueva etapa. En el primer trimestre, los ingresos totales de Uber alcanzaron los 11.530 millones de dólares, un aumento del 14% con respecto al mismo período del año anterior. Aunque este crecimiento puede parecer favorable a simple vista, la realidad es que estuvo por debajo de las expectativas del mercado, que estimaban ingresos por 11.620 millones.
Este déficit puso de manifiesto que la compañía está experimentando un menor crecimiento en su unidad principal de ride-hailing, con solo un 15% de aumento en ingresos, la tasa más baja desde el inicio de la pandemia. Por otro lado, el negocio de delivery mostró un desempeño más sólido, con un incremento del 18% en ingresos, cumpliendo con las estimaciones de los analistas. Este segmento ha sido estratégico para Uber en la última década, ya que permite diversificar sus fuentes de ingresos y reducir la dependencia de un solo mercado o línea de negocio. La adquisición reciente de una participación mayoritaria del 85% en Trendyol Go, una plataforma de delivery de alimentos y comestibles en Turquía, resalta el interés de la empresa por fortalecer su presencia internacional y aprovechar mercados emergentes con alto potencial. El contexto macroeconómico ha jugado un papel importante en el comportamiento de los ingresos de Uber.
La baja demanda de viajes, especialmente por parte de turistas y viajeros internacionales en Estados Unidos, ha sido atribuida en parte a la incertidumbre generada por políticas comerciales erráticas y tensiones globales. La reducción en el gasto de extranjeros en viajes dentro del país alcanzó su nivel más bajo desde la pandemia, afectando directamente el negocio de ride-hailing que se nutre de estos segmentos de viajeros. En respuesta a estos desafíos, los ejecutivos de Uber han reafirmado su confianza en la capacidad de la empresa para navegar en este entorno económico incierto mediante la expansión internacional y la innovación tecnológica. Prashanth Mahendra-Rajah, director financiero, señaló que ha habido un ligero aumento en la proporción de viajes internacionales, compensando en cierta medida la menor demanda doméstica. Además, la compañía está fortaleciendo sus alianzas con operadores de taxis autónomos, como Pony AI en China y Waymo en Estados Unidos, para incorporar vehículos robotizados en su flota y mejorar la eficiencia y escalabilidad de su servicio.
Esta apuesta por la tecnología avanzada suma a las operaciones existentes en ciudades como Austin, Texas, donde el servicio de robotaxis ha mostrado altas tasas de utilización y Uber planea aumentar la cantidad de vehículos para optimizar la experiencia del usuario y reducir costos. Estas iniciativas no solo posicionan a Uber como un líder en innovación dentro del sector de movilidad, sino que también generan expectativas positivas para los próximos trimestres. A pesar de la decepción en los ingresos del primer trimestre, Uber proyecta para el segundo trimestre un crecimiento en los pedidos y ganancias ajustadas que superarían las estimaciones de Wall Street. La empresa espera que los ingresos brutos por reservas se sitúen entre 45.750 y 47.
250 millones de dólares, con ganancias ajustadas de entre 2.020 y 2.120 millones. Estas previsiones reflejan la confianza de la compañía en su diversificación geográfica y de negocio, además de la continuidad en la recuperación postpandemia. En cuanto a la reacción del mercado, las acciones de Uber experimentaron una caída inicial de más del 6% en la apertura de la bolsa tras el anuncio de resultados, aunque luego lograron reducir pérdidas y finalizar la jornada con una caída de apenas un 1%.
Este movimiento demuestra que, si bien los inversores están preocupados por la desaceleración en su unidad principal, también valoran el potencial de crecimiento que representan los proyectos de expansión y tecnología impulsada por Uber. La recuperación y crecimiento sostenido de Uber dependerán en gran medida de varios factores clave. Primero, la capacidad para adaptarse a los cambios en la demanda del consumidor en mercados desarrollados como Estados Unidos y Europa. La competencia con otras plataformas, además de alternativas tradicionales de transporte, requiere innovación constante y mejoras en la experiencia del usuario. En segundo lugar, la expansión en mercados emergentes, donde la penetración tecnológica y el crecimiento demográfico ofrecen oportunidades significativas.
El desarrollo de vehículos autónomos se perfila como un elemento disruptivo y transformador para la industria de movilidad. Uber ha invertido considerablemente en esta tecnología, y las colaboraciones con empresas especializadas abren la puerta a un futuro con menor dependencia de conductores humanos, lo que podría reducir los costos operativos y aumentar la disponibilidad del servicio. No obstante, también existen desafíos regulatorios y tecnológicos que la compañía deberá superar para alcanzar estos objetivos. Además, el segmento de delivery sigue siendo una fuente estable de ingresos y expansión. La diversificación en este ámbito, incluyendo la entrega de alimentos, comestibles y paquetes, permite que Uber reduzca la vulnerabilidad ante fluctuaciones en otros segmentos y siga capturando la creciente demanda del comercio electrónico y servicios a domicilio.
Por último, el entorno económico global seguirá influyendo en el desempeño de Uber. Factores como la inflación, políticas comerciales, la evolución del turismo internacional y cambios en los hábitos de consumo impactarán directamente en la demanda de sus servicios. La capacidad de Uber para anticiparse y adaptarse a estas variables será determinante para mantener su posición en el mercado y recuperar la confianza a nivel bursátil. En resumen, Uber atraviesa un momento complejo tras la publicación de resultados que muestran una desaceleración en su negocio principal en Estados Unidos. Sin embargo, la empresa mantiene una estrategia sólida basada en la expansión internacional, diversificación de servicios y un fuerte compromiso con la innovación tecnológica.
Las perspectivas positivas para los próximos trimestres reflejan la apuesta de Uber por consolidarse no solo como una plataforma de movilidad, sino como un actor clave en el mercado global de entregas y transporte autónomo. Los próximos meses serán decisivos para observar si estas estrategias pueden revertir la tendencia negativa en ingresos y continuar generando valor para los accionistas.