El enfrentamiento público entre Donald Trump y Jerome Powell ha generado una creciente incertidumbre en los mercados financieros y entre observadores políticos sobre la posibilidad de que el expresidente intente destituir al jefe de la Reserva Federal. Esta cuestión no es simplemente un asunto personal o político; implica profundas complejidades legales y constitucionales que aún no tienen un precedente claro en la historia moderna de Estados Unidos. La cuestión fundamental radica en si Trump, o cualquier presidente, posee la autoridad para despedir al presidente de la Reserva Federal, y qué consecuencias tendría tal acción. Para comprender esta problemática, es necesario tener en cuenta que la Reserva Federal (Fed) se estableció mediante la Ley de la Reserva Federal de 1913. Esta ley creó un sistema federal de bancos centrales independientes cuyo propósito principal es gestionar la política monetaria de Estados Unidos, controlar la inflación y promover la estabilidad del sistema financiero.
La estructura de la Fed está diseñada para asegurar un alto grado de autonomía frente al Ejecutivo, y su consejo de gobernadores está compuesto por siete miembros nombrados por el presidente y confirmados por el Senado, con mandatos escalonados de 14 años para asegurar continuidad y estabilidad. Jerome Powell, quien ha ocupado el cargo de presidente de la Reserva Federal desde 2018, cumple simultáneamente tres funciones: es presidente de la Reserva Federal, miembro del consejo de gobernadores y presidente del Comité Federal de Mercados Abiertos (FOMC), que es el organismo encargado de establecer las tasas de interés y llevar a cabo la política monetaria. Su mandato como miembro del consejo de gobernadores expira en 2028, aunque su posición como presidente es renovable cada cuatro años. Esta distinción es importante, ya que el presidente de Estados Unidos nombra al presidente de la Fed entre los miembros del consejo, y puede designar o retirar a esta persona como líder, pero los fundamentos legales para remover a un gobernador o al mismo presidente son objeto de debate. El punto central es la interpretación de la ley original que rige la Fed.
La Ley contempla que los gobernadores sólo pueden ser removidos "por causa justificada", lo que tradicionalmente se ha entendido como mala conducta o incapacidad, y no por desacuerdos en decisiones de política monetaria o diferencias políticas. Aunque el texto legal no profundiza en qué constituye esta causa, nunca ha habido precedentes de un presidente que intente despedir a un gobernador por motivos distintos a infracciones graves. En el caso particular de Powell, la situación se complica porque la ley no especifica limitaciones debido a su cargo como presidente. ¿Podría entonces un presidente removerlo sólo de esta función, manteniéndolo como gobernador? Esto es posible, pero no sencillo. Removerlo simplemente como presidente permitiría que Powell continúe dentro del consejo hasta culminar su mandato.
Además, el presidente puede optar por nombrar a otro gobernador para ocupar el cargo de presidente, siempre sujeto a la confirmación del Senado. En caso de que Trump decidiera despedir a Powell, se abriría una incógnita legal de enorme magnitud. Nunca ningún presidente ha intentado destituir a un presidente de la Fed por razones políticas o estratégicas, y cualquier tal acción seguramente desembocaría en un litigio que llegaría hasta el Tribunal Supremo. Actualmente, hay casos judiciales vinculados con destituciones laborales realizadas por Trump que están sirviendo como indicios de cómo podrían interpretarse los límites del poder presidencial en esta materia. Desde el punto de vista práctico, despedir a Powell por su resistencia a recortar las tasas de interés generaría una crisis política y financiera.
La independencia de la Fed es considerada una piedra angular para la estabilidad económica en Estados Unidos y a nivel global. Si el poder ejecutivo interfiere directamente en la conducción de la política monetaria, podría erosionarse la confianza tanto en el gobierno como en los mercados. La oposición y parte de la opinión pública temen que un cambio forzado en el liderazgo de la Fed no solo generaría volatilidad financiera, sino que enviaría un mensaje negativo sobre la autonomía institucional en la economía estadounidense. Por otro lado, Trump ha expresado reiteradamente su desacuerdo con las decisiones de la Fed y ha criticado a Powell por no ajustar la política monetaria a su conveniencia. La independencia del banco central fue diseñada para proteger la economía de presiones políticas coyunturales, y por eso el Congreso estableció mandatos largos y protecciones legales para sus gobernadores.
Cualquier acción que ponga en riesgo esta independencia se interpretaría como un grave precedente, y podría tener consecuencias a largo plazo para la economía estadounidense y también la percepción internacional sobre la estabilidad política y financiera de Estados Unidos. A nivel político, la acción de destituir a un presidente de la Fed podría ser una jugada arriesgada para cualquier mandatario. No solo enfrentaría una batalla jurídica compleja, sino también un costo reputacional entre economistas, inversores y actores financieros. Incluso dentro del mismo círculo de gobernadores designados por Trump existe un compromiso con la independencia y la estabilidad del sistema, lo que podría complicar que alguna figura dentro de la Fed apoye públicamente una medida de este tipo. En conclusión, aunque legalmente no está completamente claro si Donald Trump podría destituir a Jerome Powell, la tradición, el diseño institucional y las leyes vigentes establecen una fuerte protección para la independencia de la Reserva Federal y sus gobernadores.
Intentar despedir a Powell sin una causa justa constituiría un acto sin precedentes y tendría que enfrentarse a la resistencia del poder judicial y de la sociedad, que valoran la autonomía del banco central como un pilar clave para el bienestar económico. Esta situación subraya la delicada balanza entre el poder político y la independencia financiera, un tema que seguirá siendo materia de debate y análisis en la política y economía de Estados Unidos.