La movilidad urbana en las grandes ciudades está en constante transformación y Londres no es la excepción. En los últimos años, la City de Londres ha visto un cambio trascendental en la forma en que sus habitantes y trabajadores se desplazan. La bicicleta se ha convertido en el medio preferido durante las horas punta, superando en número a los vehículos privados y comenzando a dominar el tráfico en esta emblemática área financiera. Según datos oficiales recogidos en octubre de 2024, la cifra de personas que utilizan la bicicleta diariamente en la City alcanzó un récord de 139,000, un aumento impresionante en comparación con los 89,000 ciclistas registrados en 2022. Esta cifra revela no solo una tendencia creciente, sino un cambio que se está consolidando como parte fundamental de la rutina de miles de personas.
Durante las horas punta, que comprenden principalmente los periodos de 8 a 10 de la mañana y de 5 a 7 de la tarde, el ciclismo representa el 56% de todo el tráfico. Este dato es particularmente relevante porque demuestra que más de la mitad de los desplazamientos en carretera en esos momentos se realizan en bicicleta, superando con creces a los vehículos privados como coches y motocicletas. El incremento del uso de bicicletas no solo se limita a un crecimiento lineal, sino que se ha acelerado en ciertas calles clave de la City, donde el número de ciclistas se ha más que duplicado en tan solo dos años. Un factor distintivo de este aumento es que el 60% proviene del ciclismo personal, es decir, personas que usan sus propias bicicletas para desplazamientos cotidianos, en lugar de transportes públicos o vehículos motorizados. Además, el auge de las bicicletas sin anclaje o dockless, que no requieren estar estacionadas en lugares fijos, ha sido espectacular.
Este tipo de bicicletas ha aumentado cuatro veces desde 2022 y ahora constituyen aproximadamente una de cada seis bicicletas en las calles de la City de Londres. Empresas como Lime y Forest, líderes en la prestación de servicios de bicicletas compartidas sin anclaje, reportaron un total de 16 millones de viajes solo durante las horas de tráfico en 2024, lo que ejemplifica la gran aceptación y popularidad de esta modalidad de transporte. Este aumento masivo en la ciclabilidad también se refleja en la proporción general del tráfico en la City. Durante el día, entre las 7 de la mañana y las 7 de la tarde, las bicicletas componen un 39% del tráfico, un incremento significativo desde el 24% registrado en 2019. Más impactante aún es el dato que señala que durante las horas pico, el 85% de toda la actividad vial en las calles corresponde a medios de transporte activos, principalmente bicicletas y peatones.
Este cambio en la dinámica del tráfico no solo ha modificado el comportamiento de los usuarios, sino que también ha permitido que la gestión urbana alcance objetivos muy ambiciosos establecidos para 2030, pero que se han cumplido seis años antes. Desde 2017, el uso de la bicicleta aumentó un 70%, superando el objetivo inicial trazado del 50%. Paralelamente, el tráfico motorizado ha disminuido en algo más de un tercio, superando también la meta del 25% de reducción prevista para la misma fecha. Los datos reflejan que, a pesar de una reducción continua en el tráfico durante las horas diurnas, el pico de tráfico por vehículos motorizados se ha desplazado a las 10 de la noche. Este fenómeno está muy probablemente vinculado con la demanda de taxis para el regreso a casa tras la vida nocturna, una tendencia que también tiene implicaciones en la planificación de la movilidad urbana y el control del tráfico.
Por otra parte, se ha observado que la proporción de ciclistas respecto a otros vehículos alcanza su punto más alto en las horas de mayor congestión, mientras que la circulación de taxis y furgonetas se mantiene relativamente constante durante el día. También es interesante destacar que después de las 6 de la tarde, cuando entra en vigor el impuesto por congestión, la utilización de coches aumenta, sugiriendo que muchos conductores retrasan sus desplazamientos para evitar este impuesto, contribuyendo a una distribución más uniforme del tráfico a lo largo del día. La evolución del transporte en la City de Londres no habría sido posible sin políticas públicas y estrategias de movilidad que priorizan la seguridad y la experiencia del usuario. Shravan Joshi, presidente del Comité de Planificación y Transporte del Ayuntamiento de la City de Londres, destaca la importancia de crear un entorno más seguro y agradable para todos los usuarios. Las cifras respaldan este compromiso, mostrando la menor tasa de lesiones graves en las calles desde que se iniciaron los registros.
La mejora en la calidad del aire es otro de los grandes logros asociados a este cambio. A partir de la estrategia de movilidad lanzada en 2019, se redujo el número de ubicaciones donde se superaban los límites contaminantes de dióxido de nitrógeno (NO2) de quince a tan solo dos en 2024. Esta evolución muestra el impacto directo de la reducción del tráfico motorizado y el aumento de la movilidad activa sobre la salud pública. La experiencia en la City de Londres puede representar un modelo inspirador para otras grandes ciudades que buscan mejorar la calidad de vida urbana, reducir la contaminación y ofrecer opciones de movilidad más sostenibles. La transformación de la City refleja que con políticas adecuadas, inversiones en infraestructura, y cambios culturales, es posible revertir tendencias históricas de dependencia automovilística.
Sin embargo, este cambio también genera desafíos. La interacción entre peatones, ciclistas y otros vehículos requiere reglas claras y su aplicación efectiva para evitar accidentes y conflictos. Algunos usuarios mencionan casos donde el incumplimiento de las normas de circulación está aumentando, señalando la necesidad de vigilancia y educación vial constante. Por otro lado, el crecimiento exponencial del uso de bicicletas dockless plantea cuestiones sobre el orden público y el espacio urbano, ya que estas bicicletas pueden ser depositadas en cualquier lugar, a veces dificultando el tránsito peatonal y generando desgaste en la infraestructura urbana. No obstante, los beneficios superan ampliamente estas dificultades.
La bicicleta aporta a la descongestión del tráfico, a la reducción de emisiones contaminantes, y a un estilo de vida más saludable y activo para los ciudadanos. La City de Londres se convierte así en un claro ejemplo de cómo adaptar las ciudades a la revolución de la movilidad sostenible. El éxito del ciclismo en esta zona financiera también plantea preguntas sobre el futuro de la planificación urbana y la movilidad en otros sectores de Londres y a nivel global. La conexión entre políticas, tecnología, comportamientos ciudadanos y entornos urbanos emerge como esencial para facilitar una transición exitosa hacia sistemas de transporte más inteligentes y respetuosos con el medio ambiente. En definitiva, la bicicleta ha pasado de ser una opción minoritaria y ocasional a ocupar un lugar central en el transporte de la City de Londres.
Su predominancia en las horas punta muestra no solo un cambio estadístico sino también cultural y funcional que redefine la experiencia urbana. Esta tendencia abre el camino a ciudades más limpias, seguras y humanas, donde la movilidad activa se convierte en sinónimo de calidad de vida.