Grayscale Investments, uno de los gestores de activos digitales más influyentes y reconocidos a nivel mundial, ha dado un paso trascendental al solicitar formalmente la aprobación de la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) para incorporar capacidades de staking de Ethereum en sus productos cotizados en bolsa (ETPs). Esta iniciativa representa un momento crucial para el ecosistema de criptomonedas en Estados Unidos, ya que busca abrir las puertas a una funcionalidad de Ethereum hasta ahora restringida en los productos estadounidenses, generando múltiples beneficios para los inversores y el mercado en general. Ethereum es mucho más que una criptomoneda. Su protocolo permite funcionalidades avanzadas, entre ellas el staking, que consiste en participar en la validación de transacciones y mantenimiento de la red a cambio de recompensas. Esta modalidad ofrece la posibilidad de obtener ingresos pasivos atractivos simplemente por mantener y comprometer activos dentro del ecosistema, sin necesidad de vender o intercambiar tokens.
Sin embargo, a diferencia de otras regiones donde el staking en productos regulados está habilitado, en Estados Unidos las regulaciones vigentes han limitado esta capacidad para inversores institucionales que operan con fondos como los ETPs. Grayscale Ethereum Trust (ETHE) y Grayscale Ethereum Mini Trust, dos de los instrumentos de inversión más relevantes gestionados por Grayscale, agrupaban casi el 50% de todos los activos de Ethereum bajo gestión dentro de productos cotizados en Estados Unidos. A pesar de esta presencia robusta, la imposibilidad de habilitar el staking ha representado un importante costo de oportunidad. Documentos presentados ante la SEC revelan que desde el lanzamiento de estos productos hasta febrero de 2025, se han dejado de percibir aproximadamente 61 millones de dólares en recompensas por staking. Esta cifra no solo es representativa del valor que se pierde, sino que, de continuar esta situación, se estima podría alcanzarse una pérdida acumulada de hasta 5.
5 mil millones de dólares en el transcurso de la próxima década cuando se considera el efecto del interés compuesto diario. El planteamiento de Grayscale no solo es ambition sino también muy técnico. Uno de los mayores retos para implementar staking en fondos cotizados radica en la diferencia entre los tiempos de liquidación para redenciones de los inversores y el período necesario para el proceso de unstaking, es decir, la retirada de Ethereum comprometido en staking. En el caso de ETFs tradicionales, la liquidación de reembolsos suele completarse en aproximadamente un día hábil. Por otro lado, el unstaking de Ethereum no es inmediato, pudiendo tardar cerca de diez días en condiciones normales.
Esta desalineación temporal genera un desafío para la liquidez, pues el fondo debe mantener suficiente accesibilidad para atender a los inversores que redimen sus posiciones. Para mitigar esta dificultad, Grayscale propone un innovador mecanismo denominado "Liquidity Sleeve" o manga de liquidez, que consiste en mantener una reserva de Ethereum sin comprometer en staking, disponible exclusivamente para cubrir redenciones y demandas inmediatas de liquidez. Además, la empresa contempla acuerdos potenciales de financiamiento a corto plazo con custodios y proveedores de liquidez, así como la implementación de una línea de crédito revolvente para actuar como respaldo en escenarios excepcionales o de alta volatilidad. Esta estrategia combinada busca equilibrar la maximización de las recompensas por staking sin comprometer la capacidad del fondo para responder oportunamente a la salida de capitales. El análisis presentado por Grayscale también está avalado por datos históricos de comportamiento de redenciones en los productos que administra.
Los registros reflejan que las salidas no han sido masivas ni repentinas, con picos máximos de retiro en 10 días que no superan el 6.7% del valor del fondo y una media habitual alrededor del 3%. Este patrón apoya la viabilidad de mantener una proporción adecuada en la manga de liquidez para garantizar tranquilidad tanto a inversores como reguladores. Un punto de referencia alentador son los mercados europeos, donde ya existen ETPs que incluyen el staking de Ethereum. Estos vehículos de inversión han demostrado que es posible gestionar el staking de forma eficiente y transparente, manteniendo spreads ajustados y una dinámica efectiva en la creación y redención de participaciones.
Esta experiencia internacional, mencionada por Grayscale ante la SEC, es una evidencia práctica que respalda la viabilidad regulatoria y operativa del modelo que proponen. Cabe destacar que el intercambio bursátil NYSE Arca ya ha presentado una solicitud formal para modificar las reglas que permitan esta operación, consolidando un marco regulatorio ajustado a las nuevas tecnologías y modelos de negocio que emergen en la industria de activos digitales. La colaboración entre el sector privado y los entes reguladores es fundamental para adaptar las normativas tradicionales a la velocidad y particularidades del mercado cripto. La evolución regulatoria en torno al staking de Ethereum planteada por Grayscale tiene implicaciones profundas para los inversores minoristas e institucionales. Por un lado, abre la posibilidad de acceder a rendimientos superiores derivados de las recompensas de red, que tradicionalmente solo estaban disponibles para quienes participaban directamente en nodos de validación o plataformas no reguladas.
Por otro lado, mejora la competitividad de los productos estadounidenses frente a opciones similares en otros mercados, eliminando una barrera que actualmente provoca un desbalance en el acceso y aprovechamiento de beneficios dentro del mundo blockchain. Adicionalmente, el staking de Ethereum contribuye a fortalecer la seguridad y eficiencia del protocolo, apoyando la transición hacia un modelo de consenso más sostenible y menos dependiente del consumo energético intensivo, en comparación con el tradicional proof-of-work. Por tanto, la integración de esta función en productos financieros regulados también puede ser vista como un impulso positivo a la sostenibilidad y robustez de la red en sí misma. No obstante, este proceso también plantea desafíos para los reguladores, quienes deben equilibrar la innovación con la protección del inversor y la integridad del mercado. La volatilidad inherente a las criptomonedas, junto con las diferencias técnicas y operativas del staking, exigen establecer marcos claros y mecanismos de supervisión efectivos que prevengan riesgos sistémicos y salvaguarden transparencia.