En el complejo mundo de las finanzas y las criptomonedas, las regulaciones y garantías para proteger a los inversores y usuarios son fundamentales para mantener la confianza en el sistema. Sin embargo, hace poco el CEO de Tether, Paolo Ardoino, lanzó una fuerte advertencia contra el marco regulatorio europeo, señalando que las normativas vigentes no solo son insuficientes sino que podrían empeorar la situación financiera en Europa al aumentar el riesgo de fallos bancarios masivos. En una reciente entrevista en el podcast "Less Noise More Signal", Ardoino criticó directamente las reglas establecidas por la Unión Europea para los emisores de stablecoins, en particular la obligación de mantener una parte significativa de sus reservas—hasta un 60%—en depósitos bancarios sin seguro. Besando la imprudencia, esta regulación puede poner en jaque la liquidez y la estabilidad de estas entidades, poniendo en riesgo tanto a las firmas como a los usuarios finales. El diagnóstico de Ardoino parte de una observación fundamental: los bancos europeos operan bajo un modelo de reserva fraccionaria, un sistema donde solo una fracción de los depósitos está garantizada en efectivo, mientras que el resto es prestado o invertido.
En términos simples, si un banco recibe 10 mil millones de euros, solo un porcentaje pequeño está disponible físicamente para retiradas en el día a día; el resto ya ha sido asignado a préstamos o inversiones. Ardoino señala que esto crea una vulnerabilidad crítica, especialmente cuando la regulación de Europa obliga a empresas de stablecoins como Tether a mantener tanto dinero en bancos con seguros limitados a 100,000 euros, un monto que él compara con "escupir sobre el fuego". Este escenario recuerda al colapso del Silicon Valley Bank (SVB) en 2023, cuando un aumento repentino en la demanda de retiradas expuso la incapacidad del banco para cubrir esos desembolsos, manifestando un claro desfase entre liquidez disponible y obligaciones a corto plazo. Ardoino alerta que los bancos más pequeños en Europa, que son a menudo quienes aceptan depósitos de empresas de stablecoins, están operando con niveles de riesgo similares y, por ende, podrían enfrentar una crisis semejante. En particular, dice que ante un evento de redenciones equivalente al 20%, los bancos podrían encontrarse cortos en miles de millones de euros, creando una reacción en cadena que impactaría directamente a emisores de stablecoins, consumidores e incluso gobiernos.
Lo que resulta paradójico es que las regulaciones europeas buscan, en principio, fortalecer la liquidez y estabilidad de los bancos dentro del bloque. Sin embargo, al imponer requisitos que forzan a emisores de stablecoins a depositar grandes sumas en bancos menores y menos solventes, se estaría generando una fuente enorme de riesgo sistémico, potencialmente más peligrosa que las debilidades iniciales que pretendían controlar. Ardoino subraya además que los grandes bancos europeos, como UBS, han decidido no aceptar depósitos de stablecoins, lo que empuja a estos emisores hacia instituciones financieras con menor capacidad para resistir crisis. Esta realidad plantea una seria disyuntiva para los reguladores y actores del ecosistema financiero europeo. Por un lado, las stablecoins se están convirtiendo en una herramienta vital para transacciones rápidas, seguras y transfronterizas en el mundo de las criptomonedas y los activos digitales.
Por otro lado, la falta de garantías reales sobre la liquidez y solvencia de los depósitos que respaldan estas monedas digitales podría desencadenar un efecto dominó con consecuencias imprevisibles. Las advertencias de Ardoino llegan en un momento crucial: Tether planea lanzar un producto de stablecoin basado en Estados Unidos, un mercado donde los marcos regulatorios pueden ofrecer condiciones diferentes, quizás incluso más seguras o estables. Mientras tanto, en Europa, la incertidumbre alrededor de MiCA (Markets in Crypto-Assets Regulation), la regulación europea sobre criptoactivos, genera debates entre expertos sobre cómo equilibrar la innovación con la protección del consumidor y la estabilidad financiera. Paolo Ardoino, además de sus críticas regulatorias, resalta la importancia de un enfoque más realista y menos apresurado para diseñar políticas públicas. Lo que él ve como un “escupir sobre el fuego” es la dificultad que enfrentan los reguladores para entender la complejidad técnica y la dinámica que rige tanto a los bancos tradicionales bajo un sistema de reserva fraccionaria como a las stablecoins, sistemas que en la actualidad están cada vez más interconectados.
El CEO de Tether advierte que este tipo de problemas no son exclusivos de una región o mercado. En un panorama global, donde las finanzas y las tecnologías digitales están en constante evolución, los riesgos pueden replicarse en cualquier lugar donde existan las mismas condiciones. En Europa, sin embargo, el problema se agrava porque las instituciones bancarias suelen tener estructuras menos transparentes y menos robustas frente a situaciones de estrés financiero, y los seguros de depósitos demasiado bajos no cubren la magnitud de los fondos comprometidos. Por lo tanto, la crítica hacia las regulaciones europeas no solo proviene de un interés empresarial, sino también de una preocupación genuina por evitar una crisis que afecte a millones de usuarios y a la confianza en el sistema financiero. Ardoino señala directamente que la bancarización del ecosistema de stablecoins debe ser una prioridad para los reguladores, pensando en la estabilidad y no solo en la regulación por el hecho de regular.
Esta llamada de atención también pone en relieve el debate más amplio sobre cómo adaptar el viejo sistema bancario a la nueva economía digital. La coexistencia y cooperación entre sectores tradicionales y emergentes no es automática ni exenta de riesgos. La necesidad de garantías robustas, mecanismos claros de protección y transparencia son puntos esenciales para evitar episodios de colapso y contagio financiero. En conclusión, la señal de advertencia de Paolo Ardoino sobre la fragilidad del modelo europeo para la provisión de liquidez y protección en depósitos de stablecoins debe ser tomada en serio por reguladores, bancos y actores del mercado. Lo que empieza como un problema regulatorio puede transformarse en una crisis financiera si no se implementan medidas coherentes que reduzcan el riesgo sistémico y aseguren la confianza no solo en las criptomonedas, sino en todo el sistema financiero europeo.
El futuro del ecosistema de stablecoins en Europa depende en gran medida de cómo se aborden estas vulnerabilidades. La innovación debe ir acompañada de prudencia, y lograr ese equilibrio será clave para aprovechar todo el potencial de la tecnología blockchain mientras se resguarda la estabilidad y la seguridad que los usuarios necesitan en un entorno financiero cada vez más complejo.