Haliey Welch, conocida popularmente como la 'Hawk Tuah girl', se ha convertido en una de las figuras más controvertidas del mundo digital y de las criptomonedas durante los últimos meses. Originaria de Tennessee y con apenas 22 años, su meteórica carrera comenzó tras una entrevista callejera viral en junio de 2024, donde popularizó la expresión 'hawk tuah spit on that thang'. Su frase se volvió un fenómeno en las redes sociales, abriendo la puerta para que varios expertos en criptografía y marketing digital se acercaran a ella para lanzar una criptomoneda que llevaba su nombre: el $HAWK token. La idea de un memecoin vinculada a una personalidad viral no es inédita, pero el caso de Welch alcanzó un nivel de impacto poco común cuando el valor del $HAWK token se desmoronó de manera exponencial en apenas veinte minutos, provocando pérdidas millonarias a los inversores, muchos de ellos fanáticos que invirtieron sus ahorros confiando en el respaldo de su ídola digital. Se reportaron pérdidas de cerca de 450 millones de dólares, lo que generó denuncias, investigaciones y un fuerte debate sobre la responsabilidad de las figuras públicas en proyectos financieros.
La caída abrupta del token $HAWK fue calificada por críticos y expertos de 'rug pull', un término que describe la maniobra fraudulenta donde los creadores de la criptomoneda venden masivamente sus activos, provocando un desplome en el valor y dejando a los inversores con criptomonedas prácticamente sin valor. Esta situación desató la indignación de miles de seguidores que afirmaban haber perdido sus ahorros, algunos incluso toda su vida financiera, al apostarlo todo por el proyecto asociado a la joven influencer. Pese a la ola de críticas y a las demandas interpuestas por inversores afectados contra las entidades responsables de la criptomoneda —entre ellas la fundación Tuah The Moon, la empresa desarrolladora OverHere Ltd y los directivos vinculados—, Haliey Welch ha mantenido una postura pública relativamente activa, defendiendo su inocencia y su aparente falta de implicación directa en las operaciones financieras que llevaron al desplome del token. Su actividad en redes sociales cobró más relevancia en enero y febrero de 2025, cuando se supo que las autoridades, incluido la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC), estaban investigando la cuestión. La expectativa era alta, y la joven estuvo varios meses en silencio esperando los resultados de la investigación.
Finalmente, su equipo legal anunció que la SEC no encontró evidencias suficientes para imputarla o sancionarla, lo que técnicamente la eximía de cualquier cargo. Sin embargo, poco tiempo después de su regreso a las redes sociales y al mundo público, la cuenta oficial de Haliey Welch en Twitter fue suspendida. El mensaje en la plataforma indicaba que la suspensión respondía a la violación de las reglas comunitarias, aunque no se dio detalle concreto sobre la infracción específica que motivó la decisión. Este hecho generó más viralidad y especulación, colocando a la joven de nuevo en el centro del foco mediático y de opinión. El caso de Haliey Welch es un reflejo claro de los riesgos asociados con la promoción de criptomonedas por parte de figuras públicas que cuentan con una gran audiencia, pero que pueden carecer del conocimiento técnico o legal necesario para entender las complejidades financieras y regulatorias de estos activos.
La fascinación por las ganancias rápidas y la popularidad generan un caldo de cultivo para posibles fraudes o malas prácticas, afectando directamente a inversores poco preparados para afrontar volatilidades extremas. Además, la suspensión en Twitter sugiere que la plataforma social está actuando con cautela frente a usuarios envueltos en disputas legales o relacionados con productos que pueden perjudicar a otros usuarios, buscando evitar la propagación de presuntas estafas o contenidos que infrinjan políticas de seguridad y confianza. En el terreno jurídico, la situación continúa siendo tensa. Aunque Welch no enfrenta cargos, el proceso legal sigue activo contra las compañías y individuos que estuvieron detrás de la emisión y promoción del $HAWK token. Los inversores afectados buscan recuperar sus pérdidas a través de demandas que pueden prolongarse durante años, en un contexto donde la regulación sobre criptomonedas todavía está en desarrollo en muchos países, incluida Estados Unidos.