En un giro inesperado, un grupo de nueve senadores demócratas conocidos por su apoyo al sector cripto decidió oponerse al proyecto de ley sobre stablecoins impulsado por los republicanos en su forma actual. Este cambio de postura ha amenazado con estancar una legislación que se considera fundamental para establecer el primer marco regulatorio nacional en Estados Unidos para las stablecoins. La noticia, reportada el 3 de mayo por Politico, ha causado revuelo dentro de la comunidad cripto, que esperaba la aprobación de un marco claro que impulse la innovación y a la vez genere confianza en los usuarios y reguladores. El proyecto de ley, conocido formalmente como la Ley GENIUS (Guiding and Establishing National Innovation for US Stablecoins Act), fue introducido por el senador Bill Hagerty y ha recibido un seguimiento cercano tanto en el Senado como en industrias relacionadas. Originalmente, la iniciativa parecía contar con un apoyo transpartidista, especialmente después de que lograra pasar el comité bancario del Senado en marzo con respaldo de varios demócratas que ahora han decidido retirar su apoyo.
Entre los senadores que firmaron la declaración conjunta en la que expresan su oposición figuran Ruben Gallego, Mark Warner, Lisa Blunt Rochester y Andy Kim, quienes previamente habían respaldado el proyecto. También acompañan a esta declaración Raphael Warnock, Catherine Cortez Masto, Ben Ray Luján, John Hickenlooper y Adam Schiff. Curiosamente, dos figuras clave que coauspiciaron el proyecto junto con Hagerty, las senadoras Kirsten Gillibrand y Angela Alsobrooks, no aparecen entre quienes se oponen. La principal razón de esta reversión parece radicar en que las enmiendas realizadas al proyecto después de su aprobación inicial no abordan adecuadamente varios temas sensibles señalados por los senadores demócratas. En particular, exigen un fortalecimiento en las salvaguardas contra el lavado de dinero, una supervisión más rigurosa respecto a la seguridad nacional, mecanismos más estrictos para limitar la participación de emisores extranjeros y medidas claras para incentivar la responsabilidad ante actores que incumplan la regulación.
Estas preocupaciones reflejan una tensión creciente dentro del Partido Demócrata sobre cómo debe estructurarse la regulación cripto para equilibrar la innovación con la protección del sistema financiero y la seguridad nacional. La medida del comité parecía insuficiente para calmar a quienes temen que un marco regulatorio laxo pueda facilitar actividades ilícitas o permitir que actores no autorizados operen sin consecuencias. Desde la industria cripto, el proyecto GENIUS ha sido descrito como un paso monumental para brindar claridad regulatoria a un sector que tradicionalmente ha operado en una especie de limbo legal. Una regulación específica que defina competencias, responsabilidades y estándares es vista como necesaria para atraer inversiones, fomentar la competencia sana e impulsar el desarrollo tecnológico en Estados Unidos frente a otras jurisdicciones más avanzadas en esta materia. Sin embargo, la retirada del apoyo demócrata plantea ahora un escenario donde la aprobación podría demorarse considerablemente o incluso fracasar si no se alcanzan consensos.
El Senado se prepara para dar inicio a la consideración en sesión plenaria del proyecto, con una votación preliminar esperada en la semana próxima. El bloqueo generado por estos senadores podría retrasar la transformación del panorama regulatorio, manteniendo incertidumbre para empresas y usuarios. Es importante destacar que, a pesar de declarar su oposición, los senadores subrayaron su compromiso con una regulación cripto responsable y manifestaron su apertura para continuar dialogando y modificar el proyecto en línea con sus demandas. Esto indica que no rechazan la idea de regular las stablecoins, sino que exigen una legislación más robusta y segura. El contexto regulatorio en Estados Unidos ha sido complejo y, en muchos sentidos, contradictorio en relación con las criptomonedas y stablecoins.
Un ejemplo cercano es la posición de la Reserva Federal (Fed), la cual ha mantenido señales mixtas al respecto. Caitlin Long, fundadora y CEO de Custodia Bank, ha criticado la continuidad de una política de la Fed que favorece las stablecoins emitidas por grandes bancos mientras limita la participación directa de otras entidades en el espacio cripto. A pesar de eliminar ciertas directrices restrictivas, la Fed no ha removido completamente regulaciones que bloquean la emisión de stablecoins en blockchains sin permiso, manteniendo una barrera significativa para la innovación. De acuerdo con Long, la promulgación de una ley federal sobre stablecoins podría superar estas limitaciones y ofrecer finalmente una ruta legal clara para que diferentes actores participen. Su llamado a que el Congreso acelere la adopción de esta legislación refleja la urgencia percibida en la industria para contar con un marco nacional que unifique criterios y regule de manera equilibrada.
La importancia estratégica de las stablecoins no debe subestimarse. Estas monedas digitales vinculadas a activos tradicionales, como el dólar estadounidense, facilitan transacciones rápidas, reducción de costos y acceso a servicios financieros para sectores no bancarizados o con acceso limitado. Sin embargo, su potencial también acarrea riesgos, desde vulnerabilidades operativas hasta ser usadas para eludir controles financieros, motivo por el cual se insiste en la necesidad de medidas rigurosas. En el panorama internacional, otras jurisdicciones han avanzado en crear regulaciones específicas para las stablecoins, buscando atraer inversiones y fortalecer sus ecosistemas cripto. La indefinición normativa en Estados Unidos podría traducirse en una pérdida de liderazgo y fuga de capitales a mercados más amigables y claros.
En resumen, el retiro del apoyo de senadores demócratas al proyecto de ley de stablecoins en el último minuto refleja los desafíos intrínsecos de equilibrar innovación con seguridad dentro de un entorno político complejo. La evolución legislativa en torno a las criptomonedas será clave para definir el rol futuro de Estados Unidos en la economía digital y financiera mundial. La comunidad cripto y los actores regulatorios estarán atentos a las próximas maniobras políticas y a la capacidad de las partes para llegar a acuerdos que satisfagan tanto requisitos de seguridad como necesidades de desarrollo tecnológico. Mientras tanto, la espera continúa y el debate sobre cómo regular las stablecoins permanece abierto, evidenciando la importancia de este tema en la agenda política y económica del país.