La industria de la construcción está a punto de experimentar una metamorfosis sin precedentes gracias a la irrupción de robots autónomos de gran tamaño impulsados por inteligencia artificial. Estos gigantes mecánicos, con una altura aproximada de 6 metros, están diseñados para realizar tareas complejas y delicadas como la soldadura, carpintería, ensamblaje y la impresión 3D de edificios. Esta revolución tecnológica podría cambiar para siempre la manera en que se construyen estructuras, aliviando problemas crónicos que la industria ha enfrentado durante décadas. En Torrance, California, la empresa RIC Robotics está desarrollando un robot llamado Zyrex, que promete ser un salto cualitativo en el ámbito de la construcción automatizada. Este robot de 20 pies de altura no solo puede ejecutar tareas pesadas, sino que incorpora capacidades cognitivas basadas en avanzados modelos de inteligencia artificial, lo que le permitirá operar con un alto grado de autonomía en entornos dinámicos y complejos.
La necesidad de esta innovación surge de dos problemáticas urgentes en la industria: la escasez de trabajadores calificados y la peligrosidad inherente a los sitios de construcción. Según datos oficiales, se estima que en Estados Unidos se requerirán más de 439,000 trabajadores especializados solo en 2025 para responder a la demanda, una cifra que se ve amenazada por el envejecimiento de la fuerza laboral y la falta de interés de las generaciones más jóvenes por estos oficios. Por otro lado, los accidentes en obras continúan siendo elevados, con un preocupante número de más de 1,000 muertes reportadas en 2023, lo que subraya la necesidad de soluciones que puedan reducir riesgos. Zyrex no es un robot cualquiera; está equipado con tecnología LiDAR para escanear con precisión su entorno, así como sensores visuales impulsados por modelos de visión-acción-lenguaje (VLA). Esta combinación tecnológica le permite comprender y adaptarse a los cambios en la obra, trabajar de forma coordinada con operarios humanos y garantizar que sus acciones se ajusten estrictamente a los planes digitales de construcción, utilizando modelos BIM para mantener la exactitud y la calidad.
El plan de implementación contempla que inicialmente Zyrex será manejado a distancia por operadores humanos mediante simuladores de realidad virtual y control físico, lo que servirá para recopilar datos en tiempo real y perfeccionar su funcionamiento autónomo. El objetivo final es que el robot pueda desempeñar sus tareas sin supervisión directa, aumentando la productividad y minimizando errores y accidentes. El diseño del Zyrex es singularmente funcional; en lugar de copiar la forma humana, está configurado para maximizar su eficiencia en actividades de construcción. Desde manipular materiales pesados hasta ejecutar soldaduras precisas, sus capacidades cubren un amplio espectro de labores necesarias en proyectos comerciales e industriales. Además, el robot tiene la ventaja de operar con constancia y precisión, sin requerir pausas ni estar sujeto a la fatiga que afecta a los trabajadores humanos.
Esta innovación tecnológica marcará un punto de inflexión en la forma en que entendemos la mano de obra en la construcción. A pesar de los temores iniciales sobre la sustitución de puestos de trabajo, muchos expertos apuntan que estos robots serán herramientas complementarias, encargándose de las tareas más peligrosas y tediosas, mientras que los trabajadores humanos se enfocarán en labores creativas, supervisión y mantenimiento. Los ejemplos previos de robots de RIC Robotics ya han demostrado su potencial. Modelos como el RIC-M1 Pro han participado en la impresión 3D de extensiones para almacenes de Walmart en Tennessee y Alabama, completando las construcciones en plazos incluso más cortos que los planificados. Estas experiencias previas brindan confianza sobre la viabilidad y el impacto positivo de la tecnología en la productividad del sector.
El costo estimado de Zyrex será menor a un millón de dólares, con opciones de leasing mensual por debajo de los 20,000 dólares, lo que podría hacer la tecnología accesible para grandes empresas constructoras que buscan optimizar sus operaciones y reducir costos laborales a largo plazo. Con esta inversión, los beneficios en seguridad, rapidez y calidad pueden compensar significativamente los gastos iniciales. Más allá de la eficiencia, los robots de construcción representan una gran esperanza para mejorar la seguridad en obra. Al encargarse de las labores de mayor riesgo, disminuirán la exposición de los trabajadores a accidentes causados por caídas, manejo de maquinaria pesada o exposición a ambientes peligrosos. Esto podría traducirse en menos accidentes fatales y una cultura laboral más segura y estable.
Sin embargo, la integración de robots autónomos en la construcción también presenta desafíos. La adaptación del sector a esta nueva realidad requerirá formación especializada para los trabajadores, cambios en los protocolos de seguridad y coordinación entre humanos y máquinas, así como una reflexión ética sobre la redistribución laboral y el impacto social de la automatización. En términos de sostenibilidad, aunque la nota actual no enfatiza una prioridad ecológica en el desarrollo del Zyrex, la posibilidad de construir con precisión y reducir la cantidad de errores y desperdicios materiales podría tener un impacto positivo en la reducción de residuos en obra. El uso de impresión 3D en construcción también representa una innovadora forma de optimizar el uso de recursos. La llegada de robots autónomos de gran escala representa un paso más hacia la automatización total en una industria que hasta hace poco se caracterizaba por procesos muy manuales y dependientes de la labor humana intensiva.